El conselleiro de Sanidade: «Espero que no tengamos que confinar en las próximas semanas»
SOCIEDAD
La Xunta decretará el toque de queda solo en algunos lugares de Galicia, considera que el confinamiento es la última de las medidas y cree que «tiene sentido» mantener la limitación de reuniones a convivientes. Récord de contagios en Galicia: 755 en un día
02 nov 2020 . Actualizado a las 09:22 h.Pocas horas después de cerrar en sus concellos a casi la mitad de los gallegos, el conselleiro de Sanidade escapa de las frases contundentes. Julio García Comesaña (Vigo, 1968) dice que quiere evitar el confinamiento, pero admite que no son tiempos de certezas.
—Hace quince días, el comité clínico dijo que entrábamos en dos semanas críticas para el control de la epidemia. Este viernes se cerraron las ciudades: es evidente que la epidemia no se ha controlado. ¿Qué ha fallado?
—Hace tres semanas nos preocupaba muchísimo la situación de Ourense y tomamos medidas muy importantes. Han funcionado y Ourense es una de las ciudades con una mejor situación. En estos 15 días ha habido un aumento muy grande de la incidencia acumulada en las ciudades grandes. Están en los rangos de cuando tomamos medidas importantes en Ourense, pero ha habido un aumento muy grande de la incidencia acumulada.
—Si lo que preocupa es la velocidad con la que crecen los casos, esa tendencia ya estaba ahí. Hace dos semanas Vigo tenía una incidencia de 55 casos por cien mil habitantes en siete días y pasó a 115 en una semana; Santiago, de 134 a 223; Pontevedra, de 53 a 141; Lugo, de 94 a 134... ¿Por qué no se tomaron medidas antes?
—Fuimos prudentes. Hemos intentado tomar medidas proporcionales y ver si producían resultados... Hace dos semanas pasamos toda Galicia a nivel 2 con reuniones de un máximo de diez personas. El martes de la semana pasada, a cinco. Esta medida intentaba revertir la tendencia.
—Y no lo hizo.
—Evidentemente, no. El domingo pasado llegó la restricción de la movilidad nocturna y quisimos ver si tenía algún impacto.
—Hay miembros del comité clínico que pedían restricciones más agresivas.
—Efectivamente. La medida de la restricción de la movilidad ya se planteó antes.
—El cierre de Ourense da resultados tres semanas después. ¿Por qué los nuevos cierres de ciudades son de cuatro días?
—Parecía que en este festivo de Todos los Santos iba a haber mucha movilidad hacia los pueblos y además en el ámbito de las personas mayores. Queríamos evitarlo. La medida dura siete días pero el martes se reevalúa.
—Con el objetivo de levantarla.
—Lo normal sería circunscribir la medida a Todos los Santos. Pero hay otra medida que es la de los no convivientes. Seguramente tiene más sentido mantenerla.
—¿En el futuro se van a aplicar restricciones para días concretos: puentes, fines de semana...?
—El Consejo Interterritorial de la semana pasada se habló de hacer medidas ad hoc para los puentes. Es oportuno. El marco temporal hay que incorporarlo en las decisiones. Pero que hagamos medidas temporales no quiere decir que sean para toda Galicia, hay que adaptarse a cada zona.
—¿Este continuo cambio de normas no marea al ciudadano?
—Sí, es un riesgo que tenemos. Trabajamos para que las medidas sean lo más homogéneas posible.
—Los cierres entraron en vigor a las 15.00 horas. ¿Querían evitar que la gente se escapase?
—Lo hicimos a la vista de la experiencia de Ourense, para donde se dieron más de 24 horas...
—¿En el futuro va a ser así? ¿Hacer cierres de hoy para hoy?
—Confío en que no. Tenemos el reto del puente de diciembre...
—Me ha quedado claro que no nos vamos a poder mover.
—Habrá que verlo. Ojalá pudiéramos saberlo
—¿Puede salir en el DOG que todos los fines de semana de lo que queda de año se restrinja la salida y entrada de las ciudades?
—Lo dudo. Sería en una situación peor que la actual. Lo que puede haber es restricciones concretas en áreas concretas.
—El primer plazo del estado de alarma, con toque de queda obligatorio, termina el 9 de noviembre. Después decide la Xunta. ¿Dónde se implantará?
—Donde haya una situación epidemiológica concreta, no en toda la comunidad. Es difícil en un concello con cero casos convencer a la gente de que no salga de casa. Bien es cierto que todo lo que ayude a que la población tenga un nivel de concienciación grande.
—Si hoy fuera día 9, ¿el toque de queda sería en los sitios donde se ha restringido la movilidad?
—Probablemente.
—Parte del comité se lo pedía desde hacía tiempo y no lo hicieron.
—Porque esas medidas de limitar la movilidad por horas tenían un marco legal complicado.
—¿Podían hacerlo para 24 horas, pero por unas horas no?
—Nuestros jurídicos nos decían eso.
—La secuencia ha sido limitar los aforos, reducir las reuniones a diez personas, luego a cinco, luego a convivientes, restringir movilidad... ¿Vamos a llegar al confinamiento?
—En el final de las medidas está esa y hemos visto que funciona. Pero todos escapamos de ponerla en marcha.
—La secuencia parece una escalada agonizante hacia ahí.
—Todos lo pensamos. Pero si tengo que decir si lo espero en las próximas semanas digo que no.
—¿Cuántas semanas?
—De momento, la situación de nuestros hospitales permite tener ese horizonte más lejos.
—El viernes, el Gobierno reconoció que está preparando un borrador de normativa para que las comunidades puedan confinar.
—En el Consejo Interterritorial eso no se ha comentado. Todo lo que podamos consensuar nos parece bien.
—En Santiago se han ido tomando medidas escalonadas. Nada ha funcionado. ¿Por qué tiene que funcionar ahora?
—Nos preocupa, nos está costando revertir la situación. Se han hecho cribados a gente joven... No descartamos medidas de todo tipo.
—¿Cuál será la siguiente?
—No me atrevo a decirlo, pero habrá que tomar más medidas. Para que funcione la población tiene que concienciarse de la situación. Como en Ourense. Lo que nos llega es que no toda la población lo ha interiorizado.
—¿Lo dice por los estudiantes o por más gente?
—Lo digo por la gente que valora menos el riesgo y que está en una franja de edad muy concreta. Estudiantes universitarios y no solo. La gente más joven.
—¿Por qué esa secuencia de medidas tiene que funcionar en otras ciudades?
—Porque en otros sitios, como Ourense, sí ha funcionado. Santiago tiene peculiaridades especiales. La gente entra y sale, el criterio de conviviente es más difícil de establecer.
«Se han suspendido 209 operaciones»
El reto de la segunda ola para los hospitales es atender el covid sin dejar de atender el resto, como ocurrió en la primera.
—¿Cuántas operaciones se han suspendido por la presión asistencial del covid?
—Diez en septiembre y 209 en octubre (el 2 % del total), en Ourense, por la capacidad asistencial, y en Pontevedra, por el brote en oncología. Cirugías demorables a criterio facultativo.
—¿Qué perspectivas hay?
—En Ourense, malas, por la presión en la uci; aunque con la esperanza de que la situación epidemiológica mejora y de que eso se note. En cuanto al resto, en el peor momento de la primera ola hubo 946 ingresados en planta a la vez y 178 en uci. Ahora estamos al 56 % de aquello.
—Ya, pero entonces se paralizaron los hospitales y ahora no.
—Es cierto. En Galicia tenemos 8.000 camas de hospitalización y de uci podríamos llegar al doble de lo que tuvimos.
—Si la incidencia va a crecer y si los contagios de hoy se notan en los ingresos de dentro de diez días, ¿cuánto queda para que el resto de hospitales empiecen a suspender actividad?
—Espero que no lleguen. Las medidas de esta semana van orientadas hacia eso.
—¿Por qué siguen cerrados los centros de salud?
—No están cerrados. Hacen un trabajo fundamental para el control de la pandemia. Ahora mismo, el 85 % de las consultas de enfermería son presenciales y en médicos de familia y pediatras está entre el 25 y el 30 %. Atienden a toda la población por teléfono y luego deciden a quién presencialmente.
—El problema de acceso también es que hay lista de espera.
—Sí la hay. Trabajamos en descargar al médico de burocracia.
«Publicaremos los contagios que tiene cada concello»
Comesaña asegura que Galicia es un ejemplo de transparencia.
—¿Cuántos rastreadores hay en Galicia?
—No voy a cambiar el discurso...
—Que es no dar el dato.
—No lo digo tanto por eso. Tenemos una estructura a disposición de la pandemia importantísima. La atención primaria se ha incorporado a hacer rastreo y seguimiento, los servicios de medicina preventiva de los hospitales, los de alertas epidemiológicas, la central de seguimiento de contactos. Si yo digo X rastreadores, se va a comparar con otra comunidad autónoma.
—¿Y qué le da miedo?
—Que yo no sé qué hacen en otra comunidad.
—Le pregunto por Galicia. ¿Cuántos trabajan en la Central de Seguimiento de Contactos?
—Los necesarios.
—Ya. Al principio, en mayo, había veinte.
—Ha crecido... el número es variable. No se lo voy a decir.
—¿100? ¿200?
—El número que necesitamos. Se planteó hacer una central en cada área. Para mí sería un error. Prefiero tenerla para toda Galicia. Me parece bien que sea una estructura que vaya bajando y subiendo.
—Lo que no entiendo es por qué es tan difícil decir cuántos hay a día de hoy, 31 de octubre.
—Porque en cuanto lo digamos se va a comparar. Y no hay una definición homogénea para todas partes.
—Pues dicen: en la central hay X, en preventiva hay Y y en las jefaturas territoriales hay Z.
—La labor de rastreo es un proceso que hace mucha gente.
—Pero parece claro que si en primaria un médico está haciendo rastreo entre alguien que lo llama para renovar una receta y una urgencia que le entra por la puerta... ese no dedica la mayor parte de su jornada al rastreo. En su día dijeron que 6.000 rastreadores, porque sumaban a la primaria.
—Estamos dejando margen para que primaria actúe. Cuando sale un positivo lo primero que se le traslada es al médico de primaria. Dejamos un margen de cinco horas desde que sale el positivo hasta que lo llama la central, para respetar al médico de primaria. Entendemos que es bueno y hay médicos que nos lo piden. Cuando esa parte no la coge primaria, entra la central.
—¿Por qué puedo comparar la incidencia acumulada entre comunidades y no cuántos rastreadores hay?
—Porque la incidencia acumulada tiene una definición clara, pero lo que hace un rastreador, cuántos hay y para qué no es comparable.
—¿El personal es suficiente para el rastreo?
—Con este incremento de las últimas semanas, no. Por eso vamos a reforzarlos.
—¿Con cuántos?
—Los que veamos necesarios.
—¿Por qué siguen sin publicar los datos de contagios por concellos?
—Hemos tenido malas experiencias: que en un Concello señalase a un positivo que tenía un local, o que publicase la foto de un contagiado. Fuimos a un modelo de relación con los concellos: hablar con ellos cuando hay un problema. Creo que el modelo es más ese que decir cuántos casos hay periódicamente.
—Que es lo que hacen casi todas las comunidades autónomas.
—Sí, pero a nosotros nos gusta más ese.
—En todo caso, habla de cosas que pasaron en marzo o abril.
—No se crea. También en junio o julio. Ahora ya estamos publicando no el dato exacto sino un rango.
—Puestos a publicar un rango, ¿por qué no el número?
—Es probable que pasemos al número, pero en los concellos pequeños mantendremos un rango.
«Un trabajador no debería poder negarse a la vacunación»
El Consello de la Xunta aprobó una reforma de la Lei de Saúde que contempla la vacunación obligatoria.
—¿Se puede obligar?
—Ahora mismo, un trabajador de la uci puede negarse a vacunarse. ¿Sería razonable si existe una vacuna? Nosotros pensamos que eso no debería darse. Debemos tener instrumentos para la pandemia sin estado de alarma.
—¿Cómo se va a obligar?
—Este punto no está cerrado, lo importante es que la autonomía tenga posibilidades.
—¿Por qué no han comprado más vacunas antigripales?
—Las campañas se orientan a una población diana y este año tenemos 200.000 vacunas más. Quizás transmitimos que podía ser para toda la población. Tenemos vacunas para toda la población diana, aunque hemos tenido problemas de suministro, que se nos ha desbordado porque hemos vacunado a mayor ritmo. Hay que buscar maneras de que la población no diana siga vacunándose. Esto pasó el año pasado con los niños. Valoro la posición de la Sociedad Gallega de Pediatría que ha insistido en que hay que vacunar a los niños con situaciones de riesgo.
—Yo creo que lo que han dicho es que se vacune primero a los de riesgo. ¿Pero por qué no vacunarlos a todos?
—Porque la campaña de la gripe a nivel nacional no lo contempla.
—Ya, pero en vacunación tienen capacidad de sobra para decidir vacunar a toda la población. ¿Por qué no lo hacen?
—Porque los expertos en vacunas creen que es más razonable seguir criterios homogéneos para toda España.
—La Asociación Española de Pediatría recomienda vacunar a todos los niños.
—Lo sé. Es un tema que ya fue polémico el año pasado.