La Xunta endurece las restricciones para «resetear o sistema» y doblegar la curva
SOCIEDAD
Sesenta concellos limitan la actividad no esencial durante un mes para frenar una tendencia que es buena en comparación con el resto de España pero que se ha deteriorado en los últimos 15 días
04 nov 2020 . Actualizado a las 23:45 h.La situación se deteriora, lo está haciendo rápidamente y hay que poner la venda antes de que la herida sea demasiado profunda. La Xunta ha decidido optar por la vía de restricciones más duras durante menos tiempo con la esperanza de «resetear o sistema», volver a cifras epidemiológicas cómodas, proteger el sistema sanitario del colapso e intentar salvar la economía y principalmente, la campaña navideña.
«Canto máis se tarde en actuar, máis difícil e longa será a contención e máis profunda a afectación económica», advertía el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, consciente de que volver a hablar de limitaciones es desmoralizador y especialmente traumático para aquellas familias golpeadas directamente por las consecuencias económicas de restringir la actividad. «Por suposto será máis facil a opción de agardar, como parece que é a do Goberno central, pero parécenos sanitaria e humanamente inasumible».
Las medidas, que entrarán en vigor a las 00.00 horas del sábado y estarán en vigor un mes, se adelantan a los acontecimientos, como ha venido haciendo el comité clínico. Y son proporcionales, porque son más severas en aquellos 60 concellos en los que la fotografía epidemiológica es más preocupante. La lógica en una pandemia mundial es compararse con otros territorios y de ese ejercicio, Galicia sale favorecida. Es la quinta comunidad con la menor tasa de incidencia, es la segunda con menor ocupación de camas uci, la tercera de menor ocupación hospitalaria y está entre las cuatro comunidades con menor tasa de positividad de PCR. Y sin embargo, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, definió este miércoles con una palabra la situación: preocupante.
Desde el 14 de octubre se ha producido un repunte peligroso en los indicadores gallegos: los contagios han crecido un 111 % y la incidencia acumulada a siete días se incrementó un 105 % y a catorce días un 152 %. Es un deterioro progresivo que hay que frenar antes de llegar a «tensións como as que se viven noutros territorios» y que han llevado a varias comunidades a abrir oficialmente la vía del confinamiento domiciliario. «Galicia non aspira a estar mellor ca ninguén, senón mellor ca si mesma», subrayaba el presidente la Xunta. Así que se ha optado por el modelo O Carballiño: restringir la actividad no esencial y la movilidad para contener el avance el virus y para preservar el funcionamiento normal de los servicios sanitarios. La situación hospitaria está lejos de la situación de la primera ola, lejos del estrés sanitario «pero non podemos agardar a ocupar o 80 % das ucis con patoloxía covid», porque supone un riesgo y además, obliga a dejar de atender otras patologías urgentes, como las oncológicas o las cardícas.
La situación es traumática, pero no es, ni de lejos, la de marzo. Hoy, la experiencia acumulada durante los últimos meses permite actuar con mayor seguridad ante el avance del virus. La reunión del comité ha sido larga, ha habido debate porque se trata de decisiones difíciles y ha llegado a una conclusón clara: «Poderíamos utilizar modelos distintos, onde a baixada pode ser máis suave, pero pensamos que este é o que mellor funciona, máis estrito pero que sen dúbida é o modelo que debemos de seguir».
Lo explicaba Feijoo mientras sostenía una gráfica que demostraba como las medidas de cierre del interior de los locales, las restricciones de movilidad y finalmente la limitación de la actividad no esencial consiguieron que la curva de contagios en la comarca O Carballiño se desplomase rápidamente, hasta el punto de que la tasa a 14 días se redujo a menos de la mitad y la de siete días se redujo un 75 %. La curva acredita que el modelo «funciona» sin tener que llegar a recurrir al confinamiento, que tendría unas consecuencias dramáticas y «enormes efectos sociais e económicos». Y sin embargo, la sombra del confinamiento sigue ahí. Es una herramienta condicionada a la situación de cada momento, pero el objetivo es evitarlo.
«A hostelería non é transmisora do virus, sómolo as persoas»
Si hay un sector damnificado en esta segunda ola es el de la hostelería. Lo reconocía el presidente, que anunciaba que el Consello de la Xunta abordará este jueves la puesta en marcha de nuevas medidas de apoyo para una actividad económica que no hay que demonizar. Al contrario. «A hostelería non é transmisora do virus, sómolo as persoas», subrayó Feijoo. La hostelería y el sector del ocio son, más bien, víctimas y en una doble vertiente: están expuestos al virus y además, ven peligrar su modo de vida.
El objetivo es también que algunos establecimientos puedan reabrir a lo largo del mes de diciembre y con ello, salvar la campaña de navidad, una de las mayor consumo del año. Pero para eso la población tiene que ser estricta en el cumplimiento de las medidas. No está garantizado, pero se intentará. «O éxito depende de todos e nada serve que un autónomo que ten un bar peche o seu establecemento e comprometa o futuro dos seus fillos se no piso de arriba hai unha festa privada».
«Non imos retrasar un día unha restrición necesaria e tampouco imos esperar a abrir un negocio se é posible», remarcó el presidente de la Xunta, que lamentó una «falta de liderado como noutros países europeos». El Gobierno gallego discrepa «bastantes decisións e bastantes condutas» del Gobierno central, pero Feijoo aseguró que la lealtad institucional sigue en vigor, siempre con el paraguas de la crítica constructiva cuando sea necesaria. «A Xunta de Galicia nin esquiva as súas responsabilidades nin recorre a linguaxes propias dunha guerra»