Kiko Rivera carga contra Isabel Pantoja: «Necesitaba besos, abrazos, conversaciones como madre e hijo y eso ella no sabe hacerlo»
SOCIEDAD
El testamento de Paquirri, 36 años después, ha hecho saltar por los aires de nuevo la frágil paz de Cantora
06 nov 2020 . Actualizado a las 09:46 h.Fin de nuevo a la frágil paz del clan Pantoja. La familia está en eterno conflicto, primero la hija (ahora pródiga) y ahora el niño de los ojos de la tonadillera. Y por el medio otros conflictos que siempre vuelven, como la disputada herencia de Paquirri, que sus hijos mayores llevan reclamando décadas.
Las cosas entre Kiko Rivera y su madre Isabel Pantoja están peor que nunca. Todo empezó hace unas semanas cuando el hijo de la tonadillera fue a Sálvame Deluxe para hablar de que le había sido infiel a su mujer y terminó confesando que estaba deprimido. Tanto los espectadores como su familia, incluida su madre, se enteraban en directo de su estado anímico. Pantoja no dudó en entrar en directo para restarle importancia a los sentimientos de su hijo en estos difíciles momentos para España por la pandemia. Lo hizo con toda su buena intención, pero parece que Kiko no lo vio así. Desde entonces, la cosa no ha hecho más que empeorar. «Yo necesitaba besos, abrazos, conversaciones como madre e hijo y eso ella no sabe hacerlo», dice Rivera en una entrevista concedida a Lecturas. Tanto es así que tiene pensado impugnar el testamento de su padre, Paquirri.
Sus problemas económicos y la herencia del torero, entre la que se incluye la finca Cantora que parece que el pinchadiscos querría vender y su madre no, han dinamitado la relación. «Yo no cedí Cantora a mi madre a sabiendas. Firmé lo que ella me pidió», desvela Kiko a Mila Ximénez en la citada publicación. Quiere conocer la verdad sobre el polémico testamento de su padre Paquirri, que tanto ha dado qué hablar en los últimos años.
Cayetano y Francisco Rivera, los otros hijos del torero, lucharon durante mucho tiempo por lo que les correspondía y que Isabel Pantoja se negaba a darles. Cuando consiguieron que el juez les diese la razón, un robo en Cantora les impidió tener los papeles de su padre. Una versión que nunca se creyeron.
«Me huelo lo peor», dice contundente sobre la posibilidad de que su madre le haya engañado respecto a este tema. Kiko reconoce que una de las cosas que más le duele es ver cómo la artista ha devorado a su madre, Isabel Pantoja. Asegura que ya no la reconoce y por eso ya no pisa Cantora. «No voy a Cantora por el bien de mi salud y por el bien de mis hijas», dice, a la vez que declara: «Cuando llegas a casa de tu madre y lo único que te hacen sentir es que no vales nada, entonces ya no vuelves».
Un día antes de que saliera publicada la entrevista, él mismo quiso cebarse a través de sus redes sociales. «Solo soy alguien a quien la persona que más idolatraba me ha fallado de una manera irreparable engañándome toda la vida», escribió.
El disyóquei le ha declarado la guerra a Isabel y no parece que haya vuelta atrás. «El niño no es tonto. El niño ha sido bueno y ahora ha despertado», le advierte.
Su mujer, Irene Rosales, se ha convertido en su mejor escudera, aunque el buen rollo existente hasta ahora con su suegra Isabel también le pasará factura. Ella precisamente la acusa de toda esta crisis. También los hermanos de Kiko, Francisco y Cayetano, le han mostrado públicamente su apoyo. Algo que él ha agradecido pero prefiere que no digan nada malo de su madre por muy enfadado que esté con ella.