Una investigación revela que a pesar de que la humanidad reduzca la emisión de gases de efecto invernadero, la Tierra seguirá calentándose
16 nov 2020 . Actualizado a las 09:10 h.Uno de los conceptos fundamentales para entender la amenaza del cambio climático es la inercia. Todo el dióxido de carbono que las actividades humanas han estado liberando desde la Revolución Industrial actuará sobre el clima global, incluso en el hipotético caso en el que la humanidad decidiese reducir su huella de carbono a cero. Este gas de efecto invernadero tiene una permanencia media en la atmósfera de un siglo. Al menos durante ese tiempo seguirá bloqueando la radiación térmica infrarroja o calor que emite la Tierra hacia el espacio exterior, devolviéndolo a la superficie y elevando la temperatura media.
Un grupo de científicos noruegos modelaron el efecto de diferentes reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero sobre los cambios en el clima global desde el año 1850 al 2500 y crearon proyecciones de la temperatura global y el aumento del nivel del mar. El artículo publicado en Scientific Reports sugiere que en condiciones en las que las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero alcanzan su punto máximo durante la década del 2030 y disminuyen a cero en el 2100, las temperaturas globales serán 3 grados más cálidas y el nivel del mar 3 metros más alto en el 2500 que en 1850.
Los autores sostienen que las temperaturas mundiales podrían seguir aumentando incluso después de que se hayan reducido las emisiones de gases de efecto invernadero ya que el continuo derretimiento del hielo del Ártico y del permafrost aumentarían el vapor de agua, el metano y el dióxido de carbono, que actúan reteniendo el calor que emite el planeta hacia el espacio exterior. El retroceseo del hielo y el del suelo congelado del Ártico también reducirían la superficie de hielo que se encarga de reflejar el calor y la luz del sol, potenciando el calentamiento.
Para evitar los aumentos proyectados de la temperatura y el nivel del mar los autores señalan que todas las emisiones antropogénicas tendrían que haberse reducido a cero entre 1960 y 1970. En este sentido, para impedir los impactos potencialmente más catastróficos sobre los ecosistemas de la Tierra y la sociedad humana, al menos 33 gigatoneladas de dióxido de carbono deberían eliminarse de la atmósfera cada año a partir del 2020 a través de métodos de captura y almacenamiento de carbono, recomiendan los autores.
El ser humano parece estar perdiendo ya la batalla de la mitigación y debe empezar a centrarse en la siguiente: la adaptación. El calentamiento global y sus consecuencias no se detendrán y hay que empezar a prepararse para un futuro inevitable: vivir en un mundo cada vez más cálido.