Nunca antes se había formado un huracán de categoría 5 en pleno noviembre, a pocos días de terminar la temporada
17 nov 2020 . Actualizado a las 18:31 h.La actividad ciclónica encara la recta final de una temporada que no se cansa de acumular récords. El huracán Iota aporta un nuevo hito, tras haber alcanzado la categoría 5. Nunca antes se había formado uno de la máxima intensidad tan tarde, a mediados de noviembre. El potente ciclón ha experimentando una profundización muy rápida y sus vientos sostenidos alrededor del ojo superan los 200 kilómetros por hora. Iota ha impactado en Centroamérica, en países como Nicaragua, que todavía se está recuperando del los efectos del huracán Eta, que tocó tierra hace diez días. Los meteorólogos están apuntando a las aguas tan cálidas que hay en esa zona del Caribe como causa de que dos ciclones tan fuertes se desarrollen en el mismo lugar en tan poco tiempo. El caso de Iota completa, además, un lustro en el que se han formado cada año un huracán de categoría 5. Es la primera vez que ocurre desde que empezaron a tomarse registros, en 1851.
Esta tendencia encaja con las predicciones que llevan anunciado los científicos desde hace años. Aunque no está del todo claro que va a pasar con los ciclones tropicales en un contexto de calentamiento, sí se ha señalado en varias ocasiones que aumentará la cifra de los huracanes más potentes. El año pasado el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) publicó un estudio que ofrece un retrato sobre los huracanes del futuro. «Es probable que el calentamiento antropogénico cause que los ciclones tropicales sean más intensos en promedio. Esto implicaría un aumento aún mayor en la capacidad destructiva potencial de una tormenta», explicó a La Voz Tom Knutson, meteorólogo de la NOAA.
La investigación, que analizó 22 tormentas tropicales, concluye que serán más fuertes, lentos y con mayor capacidad de generar precipitaciones. «Los modelos proyectan un aumento del orden del 10 y 15 % de lluvia en una área de cien kilómetros alrededor centro de la tormenta», añade.
Esta proyección se realizó a partir de huracanes que se formaron en los últimos años. Uno de ellos fue Ike, que en el 2008 provocó vientos de 280 kilómetros por hora que sembraron el caos en el Caribe y dejaron 180 fallecidos. Ese mismo huracán tendría a finales de siglo vientos un 13 % más intensos, sería un 34 % más húmedo y se desplazaría un 17 % más despacio. La velocidad de un huracán se encuentra entre los factores principales que influyen en su impacto. en el 2018, Harvey se convirtió en el huracán más lluvioso en Estados Unidos tras generar 1.200 litros por metro cuadrado en 48 horas. En parte por su lento movimiento, que le permitió alimentarse constantemente de la humedad que desprende el Caribe.