Expertos alertan de la dependencia de Google ante el riesgo de otra caída global

Mónica Pérez
M. Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Dado Ruvic | Reuters

La situación perjudicó a numerosas empresas en teletrabajo por la pandemia

16 dic 2020 . Actualizado a las 16:53 h.

Desde no poder enviar un correo electrónico, tener que anular una reunión, no poder acceder a un documento o que fuese imposible llegar a su destino porque no funcionaba Google Maps. Millones de personas sufrieron el pasado lunes las consecuencias de la caída global de Google lo que dejó patente la casi completa dependencia que tanto para cuestiones profesionales como de ocio, existe de la gran tecnológica.

¿Es posible que se repita la situación? ¿Qué se puede hacer para limitar esta dependencia? Los expertos no descartan que la caída de Google, la segunda en los últimos seis meses, sea la última y ven prácticamente imposible acabar a corto plazo con esta situación. Fernando Pérez González, catedrático del departamento de Teoría de la Señal de la Universidad de Vigo y miembro de la Real Academia de Ciencias gallega explica que «han sido muy hábiles y en particular Google, muy brillante para conseguir que poco a poco nos vayamos pasando a todas sus aplicaciones. Es verdad que nos ponen la vida mucho más cómoda, pero al final nos están atrapando y dependemos de todas esas aplicaciones de una única compañía. Eso es lo que es peligroso y se puso de manifiesto el lunes».

Por su parte Fernando Suárez, presidente del Colexio Profesional de Enxeñería en Informática de Galicia (CPEIG), destaca que «una caída así afecta en un momento en el que el uso de la tecnología ha crecido exponencialmente en todos los sectores».

La caída de Google, que según la compañía se trató de un problema interno «con la cuota de gestión del sistema de autentificación», puso en evidencia la fragilidad del teletrabajo. «Hay que pensar que la gente utiliza las versiones gratuitas de estos programas, pero existen muchas empresas que están pagando por ellos y el perjuicio económico es muy grande», añade Pérez González.

Difícil cambiar el escenario

Sobre si es posible revertir esta fuerte dependencia del gigante tecnológico el catedrático de la Universidad de Vigo reconoce que «no es fácil volver atrás, porque en el fondo las Administraciones han dejado que esto pase. Deberían haber obligado a la interoperabilidad entre plataformas». E incluso va más allá y recuerda que «en su momento a Microsoft le impidieron tener un navegador metido en el sistema Windows, pero ahora en los teléfonos tenemos Android y todas las aplicaciones de Google instaladas por defecto. Eso se ha permitido». Con una compañía de las dimensiones de Google «es muy difícil cambiar su posición dominante».

Suárez asegura que estas empresas actúan como «inhibidores de la innovación y estamos en sus manos».