El ministro de Consumo dice que «no está acreditado» que las mascarillas FFP2 protejan mejor
SOCIEDAD
Alberto Garzón asegura que «no parece que haya una fuente científica suficientemente rigurosa» que lo certifique
08 feb 2021 . Actualizado a las 17:29 h.El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha asegurado este lunes que de momento «no parece que haya una fuente científica suficientemente rigurosa que acredite» que las mascarillas FFP2 protegen mejor contra el coronavirus, por lo que ha llamado al uso de todos los instrumentos de prevención.
Durante una entrevista en Canal Sur TV, el ministro se ha pronunciado de esta forma sobre las recomendaciones para el uso de mascarillas FFP2 en algunos países europeos y ha destacado las medidas tomadas ante la dificultad de algunas familias para acceder a «un bien de primera necesidad» como son las mascarillas.
Entre ellas, se ha referido a la rebaja del IVA para que las mascarillas higiénicas «sean accesibles» para la mayoría de la población. «Si en algún momento consideran los científicos que lo más adecuado es cambiar la recomendación de las mascarillas higiénicas a otro tipo de mascarillas, lo haríamos desde el Gobierno de España», ha puntualizado.
En este sentido, Garzón ha subrayado que «no parece que haya de momento una fuente suficientemente rigurosa que acredite que estamos mejor protegidos de esa manera, con ese otro tipo de mascarillas no higiénicas». Preguntado por las críticas de la oposición sobre la falta de apoyo del Gobierno al turismo y la hostelería frente a la crisis, el ministro las ha calificado de «falsas e injustas» y ha aseverado que, por el contrario, está ayudando «suficientemente».
De hecho, ha señalado que «son miles de millones de euros los que estamos dedicando a proteger un sector que es fundamental para nuestra economía», y que «está sufriendo mucho porque es muy dependiente de la movilidad nacional e internacional», que es la que hay que restringir cuando hay que «combatir una pandemia» como la que azota actualmente al país, ha acotado.
Los médicos de preventiva no aconsejan su uso obligatorio
La Sociedad Española de Medicina Preventiva Salud Pública e Higiene (Sempsph) no recomienda hacer obligatorias las mascarillas FFP2 en el transporte público o los espacios interiores con poca ventilación, lugares para los que aconseja el uso de las quirúrgicas.
Es el posicionamiento de la Sempsph sobre el uso de estas mascarillas en espacios interiores compartidos y transporte público en el que analiza los pros y contras de la obligatoriedad del uso de las FFP2 y señala que estos argumentos son «en muchos casos opinión de expertos». Entre los argumentos en contra destaca que una obligación parcial, como en el transporte público, puede facilitar un mal uso de la mascarilla al colocarse y quitarse, y que puede dar una falsa sensación de seguridad que derive en la relajación de otras medidas preventivas.
Recalca que el control de la transmisión a partir de una persona con covid asintomática «se consigue de una forma eficaz con las actuales mascarillas higiénicas homologadas y las mascarillas quirúrgicas». Recuerda que un uso incorrecto disminuye la eficacia de la medida y que también pueden registrarse dificultades de disponibilidad o accesibilidad para la población en algún momento y que la obligatoriedad conlleva «una obligación institucional» de facilitar a la población mascarillas para «un uso diario y correcto».
Sostiene, asimismo, que no es necesaria una medida obligatoria para asegurar un buen cumplimiento de una preventiva y que la obligación debe implementarse como «último recurso», cuando no se espera que las medidas voluntarias tengan éxito. «Una medida obligatoria genera un sentimiento de limitación de libertades individuales», indica el documento, que abunda también en que las mascarillas autofiltrantes requieren un entrenamiento por parte del usuario y un ajuste facial «adecuado».
Entre los argumentos a favor recoge que una obligación generalizada facilita el cumplimiento de la medida y que una parcial, como en el transporte público, es «más fácil de implementar y controlar»; además, su uso puede tener un efecto protector individual.
Con el uso voluntario «podría no asegurarse su cumplimiento en un porcentaje de la población suficiente como para proporcionar la protección», señala el documento y no siempre se puede garantizar una ventilación adecuada en los espacios públicos compartidos ni evitar aglomeraciones. Tras analizar estos argumentos a favor y en contra, la Sempsph no recomienda la obligatoriedad del uso de mascarillas autofiltrantes por parte de la población general.
Además, aconseja el uso de mascarillas quirúrgicas para la población «en espacios interiores con poca ventilación o esta no puede ser evaluada o mantenida de forma adecuada».Resalta que cualquier regulación de la obligatoriedad de la medida «debe estar enmarcada en una estrategia más amplia de salud pública». Una estrategia que, a juicio de esta sociedad, debe garantizar que la medida está acorde al riesgo de transmisión en el momento de su implantación y que se cumplen el resto de medidas preventivas; también que los mensajes llegan de forma eficaz a la población y que los precios sean asequibles al nivel de renta.
Igualmente debe asegurar la estrategia que no hay escasez de suministro de este tipo de mascarillas para las personas y situaciones «en las que estas están claramente indicadas», como por ejemplo en el personal sanitario cuando atiende a pacientes con covid o sospechosos de tener la infección, informa EFE.