
El lunes iniciará la tercera fase de la desecalada sin que hasta el momento se haya producido un repunte de casos después de Semana Santa, lo que sitúa al país con la menor incidencia de contagios de la Unión Europea
17 abr 2021 . Actualizado a las 17:09 h.Al sur del Miño se sigue apostando por la cautela, por el desconfinamiento a cuentagotas, los test masivos y por el cierre de fronteras con España, al menos hasta el 3 de mayo, para mantener a raya la pandemia, tras los números trágicos de enero y febrero, que dispararon el número de fallecidos y que pusieron al sistema sanitario al borde del colapso.
Este viernes, la Asociación de farmacias portuguesas ha confirmado que desde que se pusieron a la venta, el pasado 31 de marzo, los test de autodiagnóstico de antígenos, a 6,99 euros, se han vendido en todo el país más de 104.000 unidades. A lo que hay que añadir que algunos ayuntamientos, como el de Lisboa, los entregan de forma gratuita a sus residentes, así como los cribados masivos en escuelas, institutos y universidades.
Los cierres perimetrales impuestos en todos los municipios lusos durante toda la Semana Santa también parecen haber dado resultado, ya que no se ha producido un repunte de infectados, fallecidos e internados en las ucis. Estas últimas se encuentran en su nivel más bajo de ocupación desde septiembre pasado. Los números siguen siendo muy buenos, con una media nacional consolidada a 14 días, de 60 contagios por 100.000 habitantes, lo que han convertido a Portugal, desde hace cuatro semanas, en el país de la UE con menos nuevos contagios de covid-19.
Los buenos datos son los que han permitidlo al primer ministro, António Costa, a cumplir su compromiso de iniciar a partir del lunes la tercera fase de la desescalada en todo el país. De esta forma, los alumnos desde cuarto de secundaria, bachillerato y los universitarios, volverán el lunes a las clases presenciales, tras tres meses de enseñanza telemática. A todos ellos se les hará durante la próxima semana un test de antígenos para evitar que se multipliquen los casos de covid-19, como ocurrió en enero.
Otra novedad es que los cafés y restaurantes podrán servir hasta a cuatro personas por mesa en su interior y a seis en la terraza hasta las diez de la noche durante la semana. Abrirán los centros comerciales, cines, teatros, tiendas de más de 200 metros cuadrados y se podrán realizar clases de grupo en los gimnasios y algunos deportes colectivos en el exterior, lo que estaba totalmente prohibido hasta ahora. Las competiciones deportivas con público seguirán prohibidas por el momento. Se podrán celebrar bodas, bautizos y comuniones con un 25% del aforo total de los templos.
En esta casi apertura o vuelta a la nueva normalidad en Portugal se sigue imponiendo la cautela por parte del ejecutivo de António Costa, ya que los sábados y los domingos, para evitar que se disparen los contactos sociales y nuevos contagios, las tiendas, los restaurantes y los cafés están obligados a cerrar a las 13 horas. Esta medida no ha sido bien acogida en la opinión pública lusa, porque sí se permite el fin de semana salir del municipio para ir a la playa, pasear, visitar a amigos, familiares o permanecer en la calle sin toque de queda.
Las diez excepciones
Las únicas excepciones, a la tercera fase de la desescalada en Portugal, serán los ayuntamientos de Mira, Odemira, Portimão y Rio Maior, que superan los 200 casos por 100.000 habitantes. Estas cuatro localidades retroceden a la fase uno, que únicamente permite la venta al postigo, en la puerta y los servicios de comida a domicilio. Otros seis municipios, que superan los 120 casos por 100.000 habitantes, Albufeira, Alandroal, Figueira da Foz, Penela, Marinha Grande y Lagoa, se quedarán en la fase dos, donde solo está autorizado servir comidas y bebidas en las terrazas de los bares y restaurantes y abrir al pequeño comercio.
