Mientras mesones y cafeterías recogían, los restaurantes servían cenas
17 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Las cenas han regresado a los restaurantes de Galicia. Estos locales pudieron abrir ayer hasta las once de la noche después de un largo período con el horario restringido. La otra imagen fue la de muchos establecimientos de pinchos y raciones, que no pueden disfrutar de esta ampliación porque no tienen la licencia correspondiente. Los clientes que acudieron ayer tuvieron que hacerlo con cita previa y compartir sus datos con el restaurante, que tendrá que llevar un registro. En relación a los medidores de CO2, la obligatoriedad no entrará en vigor hasta el próximo día 23 de abril.
Fue una noche de contrastes. En Ourense, el casco viejo de la ciudad revivió en parte, en una noche de buena temperatura para cenar en terraza. O en interior. Los restaurantes de la zona vieja estaban con el aforo completo. Incluso tuvieron que desestimar reservas. La primera noche con servicio de cenas fue bien, confirmaba Javier Soto, de Lar de Sabela. «La gente pide terraza y con el aforo del 75 % tuvimos que rechazar reservas. Todo el fin de semana estamos al completo. El servicio de noche es el 80 % de nuestra facturación, si no estamos abocados al fracaso». En su terraza, tres mujeres cenan en una mesa. Tenían ganas de salir a cenar juntas hace tiempo y reservaron por la mañana. «Tienen que subsanar la discriminación con mesones y cafeterías», expresa una de ellas.
En la misa plaza de Eironciño dos Cabaleiros, la cruz de la normativa. El popular mesón O Queixo tiene que cerrar su amplio local y su terraza por no contar con licencia de restaurante. «Tuvimos que anular diez reservas, no sé qué me daba. Los clientes se quejaban», indica Maribel. En el restaurante San Miguel ya tienen instalados tres medidores de CO2 , uno por salón, y un buen número de reservas para todo el fin de semana, apunta Diego González.
Antonio Álvarez, restaurante celeiro
«Para ser el primer día no nos podemos quejar»
La restauración de A Coruña abrió ayer después de mucho tiempo hasta las once de la noche, lo que posibilitó ofrecer cenas. «Para ser el primer día no nos podemos quejar», asegura Antonio Álvarez, del restaurante Celeiro, ubicado en la céntrica calle Franja.
Sobre la necesidad de registrar los datos de los clientes, explica que «nadie ha puesta pegas a darlos, a nosotros nos lo exigen y ellos tienen que entenderlo». Esta relajación de las restricciones fue bien recibida por la clientela y los locales esperan que la gente «vaya cogiendo ritmo y confianza».