Admite que en su juventud recurrió a las fiestas y al alcohol para huir del dolor causado por la muerte de su madre, la princesa Diana
21 may 2021 . Actualizado a las 17:37 h.Después de la entrevista en la que Meghan Markle sacudió a la institución real británica acusándola de racismo hacia ella, el príncipe Enrique vuelve a asestar otro duro golpe a su familia en televisión y, de nuevo, de la mano de la famosa presentadora estadounidense Oprah Winfrey. En el documental sobre salud mental que Apple TV+ estrenó este viernes, titulado The Me You Can't See (Lo que no puedes ver de mí), acusa directamente a su padre, el príncipe Carlos, de haberlo hecho sufrir en su infancia y a la casa real británica, de intimidarlo para que guardara silencio.
El príncipe Enrique señala como el origen de sus problemas no solo a la trágica muerte de su madre, la princesa Diana, en agosto de 1997 cuando él tenía tan solo 12 años, sino también al escaso apoyo que recibió de su familia después de ese trauma. Fue por eso que en su juventud recurrió a las fiestas y al alcohol «como vía de escape» del dolor que sentía.
Afirma que todavía le persigue el sonido que hacían las pezuñas de los caballos sobre el asfalto durante la comitiva fúnebre. Ese momento en el que, siendo apenas un niño, fue empujado a caminar por las calles de Londres detrás del féretro de Diana.
Enrique comparte en el documental detalles de cómo fue su vida con los Windsor tras la muerte de su madre, especialmente los primeros años de su juventud, y su lucha por mantener su estabilidad mental, según la revista People. «Estaba dispuesto a beber, estaba dispuesto a tomar drogas, estaba dispuesto a intentar hacer cosas que me hacían sentir menos como me sentía», le confiesa en el documental a Winfrey.
«Pero poco a poco me di cuenta de que, está bien, no estaba bebiendo de lunes a viernes, pero probablemente bebería el equivalente a una semana en un solo día, un viernes o un sábado por la noche. Y estaba bebiendo, no porque lo disfrutara, sino porque estaba tratando de enmascarar algo», precisa en la entrevista.
Enrique es muy crítico con el modo en que su padre los crio a él y a su hermano, Guillermo. «Cuando era más joven solía decirme, solía decirnos a Guillermo y a mí, ''así ha sido para mí y así será para vosotros'' -recuerda el príncipe-. Eso no tiene sentido. Solo porque tú hayas sufrido no quiere decir que tus hijos tengan que sufrir. Más bien al contrario. Si tú has sufrido haz todo lo posible para asegurarte de que todas tus experiencia negativas se vuelvan correctas para tus hijos».
En todo ese contexto familiar llegó su boda con Meghan Markle y la relación no mejoró. Ahora asegura que se alegra de haberse marchado de Londres, una ciudad que «dispara» su ansiedad, a California. Asegura que él y su esposa se sintieron abandonados por la familia cuando Meghan entró en una situación en la que, como le confesó a Oprah Winfrey, quería quitarse la vida. «Creí que mi familia nos ayudaría, pero a cada pregunta, a cada petición, a cada advertencia solo encontramos un silencio total y una total negligencia».
También acusa a la familia real de haber maniobrado para desacreditar a públicamente a la exactriz en los días previos a su polémica entrevista con Oprah.
Para Enrique, la época más feliz de su vida fueron los diez años que estuvo en el Ejército, según sostiene, «porque no había un trato especial por ser miembro de la realeza».
«Soy una de las primeras personas en reconocer que tenía miedo cuando fui a terapia por primera vez. Miedo a perder», asegura. «Cuatro años de terapia para una persona que nunca pensó que alguna vez la necesitaría o haría terapia es ... eso es mucho tiempo. Yo tampoco estaba en un ambiente en el que se animara a hablar de eso», se queja, al referirse a la falta de comunicación con su familia.
El duque de Sussex explica que acudió a terapia porque necesitaba curarse del pasado, principalmente de la muerte de su madre. «No quiero pensar en ella porque, si pienso en ella, va a salir a relucir el hecho de que no puedo traerla de vuelta y me va a entristecer. ¿De qué sirve pensar en algo triste? Y simplemente decidí no hablar de eso. Nadie hablaba de eso», recuerda.
Después de la muerte de Diana de Gales, Enrique sentía que tenía «la cabeza metida en la arena y simplemente se resquebrajaba», y agrega: «Si la gente hubiera dicho: '¿Cómo estás?' Diría que 'bien'. Nunca feliz. Nunca triste, muy bien. Bien fue la respuesta fácil».
Otra de sus confesiones se refiere a los «ataques de pánico y ansiedad severa» que sufría cuando tenía que cumplir sus deberes en la realeza, un período que él llama un «tiempo de pesadilla» porque él estaba en «modo de lucha o huida» y «enloqueciendo» a menudo. «Cada vez que me subía al automóvil y cada vez que veía una cámara, empezaba a sudar. Sentía como si la temperatura de mi cuerpo fuera dos o tres grados más alta que la de todos los demás en la habitación. Me convencía a mí mismo de que mi rostro estaba rojo brillante y todos podían ver cómo me sentía, pero nadie sabría por qué», comparte el nieto de la reina Isabel.
«Ahora, en retrospectiva, mirando hacia atrás, todo es cuestión de tiempo. Hacia el final de mis 20 años, todo agitó para mí. Hasta el punto del agotamiento. Estaba viajando por todos lados». Y explica cómo se manejan estos asuntos en su familia: «Necesitamos que alguien vaya allí: Nepal, Harry. Ve tú». Reconoce que siempre fue asertivo con sus obligaciones, pero eso lo llevó al agotamiento.
Apple TV+ estrenó este viernes esta producción en la que también han participado Lady Gaga, Glenn Close, Zack Williams y la boxeadora Virginia Fuchs, entre otros invitados. Según Apple, los productores del formato han contado con la supervisión de 14 especialistas y organizaciones de diferentes partes del mundo para hablar de tratamientos y terapias sobre salud mental. La serie cuenta también con los testimonios de personas de diferentes edades, género y condición sociocultural, añadió la plataforma.