La inmunidad natural contra el covid-19 es duradera, también tras una infección leve o asintomática

Melchor Sáiz-Pardo / Alvaro Soto MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Pruebas serológicas (comprueban la presencia de anticuerpos) a alumnos de la UDC
Pruebas serológicas (comprueban la presencia de anticuerpos) a alumnos de la UDC MARCOS MÍGUEZ

Un estudio estadounidense asegura haber encontrado en personas con escasos síntomas células que producirán anticuerpos «durante el resto de su vida»

25 may 2021 . Actualizado a las 20:42 h.

Las personas que han sufrido covid-19 con síntomas leves desarrollan células productoras de anticuerpos que pueden durar toda la vida. Esta es la principal conclusión de un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis publicado en la prestigiosa revista Nature y que apunta que esos enfermos que pasaron la enfermedad sin apenas trastornos también tendrán «una protección duradera de anticuerpos», lo que hace esperar «que los brotes repetidos de la enfermedad sean poco frecuentes».

El estudio confirma que los niveles de anticuerpos disminuyen tras una infección aguda, «pero no bajan a cero, sino que se estabilizan». Los investigadores de la Universidad de Washington llegaron a encontrar «células productoras de anticuerpos» en personas que pasaron el covid de manera leve once meses después de los primeros síntomas. «Estas células vivirán y producirán anticuerpos durante el resto de la vida de las personas. Eso es una prueba sólida de una inmunidad duradera», zanja el informe. «Durante una infección vírica, las células inmunitarias productoras de anticuerpos se multiplican y circulan por la sangre. Una vez resuelta esta infección, la mayoría de esas células mueren y los niveles de anticuerpos en sangre descienden, pero una pequeña parte, las células plasmáticas de larga vida, migran a la médula ósea y se instalan allí, desde donde secretan continuamente niveles bajos de anticuerpos», concreta.

La clave para constatar que el covid provoca una protección de anticuerpos duradera estaba, por tanto, en la médula ósea y en confirmar que en esos pacientes con síntomas leves también habían sobrevivido esas células plasmáticas de larga duración. Por ello, Ali Ellebedy, coordinador del estudio, se unió a otros investigadores que ya estaban rastreando los niveles de anticuerpos en muestras de sangre de supervivientes a la enfermedad. Ese equipo ya tenía 77 voluntarios que estaban donando muestras de sangre a intervalos de tres meses comenzando aproximadamente un mes después de la infección inicial. La mayoría de los participantes en este estudio del que se «aprovechó» Ellebedy habían tenido casos leves. De hecho solo seis habían sido hospitalizados.

Ellebedy y sus colegas obtuvieron médula ósea de 18 de los voluntarios entre siete y ocho meses después del inicio del contagio. Cinco de ellos regresaron cuatro meses después y proporcionaron una segunda muestra de médula ósea. El grupo de control fueron otras once personas nunca contagiadas a los que también se extrajo médula ósea . Y los resultados confirmaron la tesis de partida. Como se esperaba, los niveles de anticuerpos en sangre cayeron de manera drástica en los primeros meses después de la infección y luego se estabilizaron en su mayoría, «con algunos anticuerpos detectables incluso 11 meses después de la infección». Las muestras de médula ósea de personas que habían pasado la enfermedad contenían células productoras de anticuerpos que se dirigían específicamente contra el SARS-CoV-2. Estas células seguían encontrándose cuatro meses después en las cinco personas que regresaron para proporcionar una segunda muestra de médula ósea. Por su parte, ninguna de las once personas sanas produjo células productoras de anticuerpos en la médula ósea.

«Las personas con casos leves de covid eliminan el virus de sus cuerpos 2 o 3 semanas después de la infección, por lo que evidentemente ya no hay ningún virus presente en el organismo que pueda seguir provocando una respuesta inmunitaria activa 7 u 11 meses después de la infección», explicó Ellebedy. «Estas células no se están dividiendo. Simplemente se asientan en la médula ósea y secretan anticuerpos. Lo hacen desde que acabó la infección y continuarán haciéndolo indefinidamente», insistió el experto.