La vacunación con la segunda dosis de AstraZeneca: «Me daba más seguridad no mezclar vacunas»

maite rodríguez / m. cobas OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

LOLITA VÁZQUEZ

Un millar de ourensanos de menos de 60 se pusieron la segunda dosis de AZ

27 may 2021 . Actualizado a las 20:46 h.

Alrededor de 1.300 ourensanos de los colectivos de trabajadores esenciales estaban citados el jueves para vacunarse. Cumplidas entre 14 y 15 semanas desde que recibieran la primera dosis de AstraZeneca (cuyo uso en aquel momento estaba recomendado solo para menores de 60 años), tocaba administrar la segunda dosis. En el medio, varios cambios de criterio sobre a quién podía inyectársele la vacuna de Oxford así que al contrario de la primera vez (y algo que solo ocurre en estos casos) los citados podían elegir si repetir marca de antídoto o recibir una dosis de Pfizer.

La consulta telefónica que se hizo la víspera a todos los citados arrojó que el 87 % prefería repetir AstraZeneca. Aún así, una vez en el CHUO o en los hospitales comarcales de Verín y Valdeorras, todavía se podía cambiar de opinión. Pero al final de la mañana en el hospital de O Barco nadie había mudado su idea inicial. De hecho, la mayoría llegaban ya con el consentimiento informado de casa. «Non temos aínda o dato final, pero máis dun 95 % (había 200 personas citadas) repetiu con AstraZeneca», señalaba Carla Correia, enfermera del equipo de vacunación poco después de la una de la tarde.

Y los que no, ¿comentan los motivos? «Por dúbidas, porque queren probar ou porque a primeira lle causou moitos efectos secundarios», contestaba Correia. La ruesa Mónica Prada fue una de las que tuvo fiebre y acusó cansancio después de la primera dosis. Aún así, la trabajadora del Servizo de Axuda no Fogar de A Rúa repetía fórmula. «Me pongo la misma», decía. Y añadía: «Se supone que si te ponen una primero, te tendrán que poner la misma, o explicarte el por qué... pero no». En la llamada telefónica para citarla (que recibió el miércoles para ir ayer a primera hora) no le dieron más razón, solo que tenía que elegir. Y eligió, tras preguntar qué estaba escogiendo la mayoría. Sobre el consentimiento informado, era crítica: «Te hacen firmar por si te mueres, imagino, para lavarse las manos».

«As mesturas, como que non», era la explicación de Arenas Tato, trabajadora del SAF en O Barco, a su decisión de quedarse con AstraZeneca. «O consentimento é simple papeleo; porque xa no lo deberían dar no primeiro...», decía. Y añadía: «Iso de darche a elixir, é como se o médico che pregunta ‘que medicamento queres, este ou aquel?' Non me parece moi normal».

Sandra Rivero y Alberto dos Anxos esperaban en el pasillo del hospital de Valdeorras a que pasasen los 10 minutos desde recibir la vacuna para poder irse a casa. Ambos trabajadores del SAF en A Rúa repetían con AstraZeneca. «Porque fue la primera que nos pusieron, por no cambiar. De hecho, a mí si no me ponían la misma no me la ponía», decía ella. Y él asentía, recordando que con la primera dosis habían tenido efectos secundarios. «A mí me dio fiebre, y cansancio; pero por no mezclar», apuntaba Alberto.

Del millar de ourensanos citados ayer para vacunarse con la segunda dosis, 600 tenían que acercarse hasta el CHUO. La mayor parte de la gente llegaba con el consentimiento ya firmado, aunque en la entrada del hospital podían recoger el formulario quienes no habían podido descargarlo en el enlace que acompañaba a la citación, explicaba Pepa Rodríguez Araújo, subdirectora de enfermería de Primaria. Había para firmar tanto para AstraZeneca como de Pfizer. «La gente tuvo tiempo para pensar lo que quería y venían tan convencidos que ni preguntaron, nadie cambió de decisión», indicaba la enfermera. «Todas las vacunas son buenas y válidas. El equipo de enfermeras estamos para dar información, pero la gente lo tiene claro, lo que más quieren es terminar y completar su vacunación», añadía la sanitaria.

Entre las personas que acudieron a vacunarse por la tarde, todas tenían pautada la fórmula de AstraZeneca como segunda dosis. María Domínguez y Ana Costas, auxiliares de ayuda a domicilio en el concello de Lobios, opinaban que «as mezclas non son boas» para elegir la segunda dosis de AstraZeneca. La primera vez no les dio reacción y siempre pensaron en completar la pauta con la misma marca. La información sobre las vacunas la obtuvieron de la televisión. Discrepan en el sentido de pedir el consentimiento. María indica que hoy se pide para todo y a Ana no le gusta: «Parece que se lavan as mans. Por que con Moderna non fan firmar?. Parece que os de AstraZeneca somos os apestados». Con todo, no les preocuparon las noticias sobre los trombos raros. «Si te toca, te toca», resumen.

En la espera de quince minutos tras ser vacunada, Mari Carmen Vázquez, de 32 años, explica que decidió repetir con AZ porque «me daba más seguridad no mezclar». Tampoco sintió demasiada preocupación por los raros efectos adversos: «Como eran pocos casos entre muchos millones, no me preocupa». Tampoco le molestó tener que firmar el consentimiento. Lo mismo cuenta Cochi Maceiras, de 40 años, que se dedica a atender a dependientes. Este segundo pinchazo de AZ le dolió más que la primera vez. Decidió no cambiar, aunque la exigencia del consentimiento le parece algo «extraño. Es como que si te pasa algo es culpa tuya». Pero tener las dos dosis le da más «tranquilidad» para su trabajo.