Galicia no eliminará de forma general el uso de mascarilla en exteriores

Elisa Álvarez / M. J. Fuente SANTIAGO, VIGO

SOCIEDAD

Transeúntes con mascarillas en una de las calles peatonales del centro de Lugo
Transeúntes con mascarillas en una de las calles peatonales del centro de Lugo Óscar Cela

Saúde Pública elabora un documento sobre su utilización en espacios abiertos

22 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada de café para todos. Este sábado entra en vigor el fin de la obligatoriedad del uso de mascarilla en exteriores pero el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, avisó ya de que Galicia tendrá su propia norma. Lo hizo en un instituto en Vigo, en donde recordó que habrá que salir a la calle con esta protección en el bolsillo. Lo que no se atrevió a adelantar el popular es en dónde, con qué condiciones o en base a qué incidencia habrá que mantener el cubrebocas.

En estos momentos Saúde Pública elabora un documento con las recomendaciones sobre su uso en exteriores ante el descenso de la incidencia de coronavirus. El texto aún no ha llegado a los miembros del comité clínico, que se reúnen esta tarde a las seis como cada semana, pero las aportaciones de estos expertos son unánimes y de sentido común, no debería quitarse si no se mantiene la distancia de seguridad, «no es lo mismo pasear por un monte que meterse en la calle de los vinos», explica Tato Vázquez Lima, uno de los integrantes del comité.

Es la opinión de la mayoría, y así lo han manifestado, por lo que el documento —que no prevé aprobarse hoy—, podría ir por estos derroteros. Mantener la mascarilla en situaciones de aglomeración de gente, aunque sea en exteriores, y permitir su retirada en espacios en donde se mantiene la distancia de seguridad. En cuanto a si el uso de la mascarilla al aire libre puede estar condicionado por la incidencia acumulada del concello, los expertos solo son partidarios de aplicar este criterio en niveles altos, por ejemplo con más de 500 casos por cien mil habitantes en 14 días. En estos momentos Galicia está muy por debajo, con 41 casos por cien mil, menos de la mitad que la media española, que se sitúa en los 92.

Feijoo recordó que la comunidad tiene toda la autonomía para hacer una propuesta propia cuando el Gobierno derogue la obligatoriedad de usar la mascarilla, algo que prevé hacerse el jueves y que entrará en vigor el sábado 26. El presidente de la Xunta insistió en llevar la mascarilla en el bolsillo, no solo para acceder a los interiores sino por si se dan circunstancias de aglomeración en las que se precisa su uso.

Dudas en la hostelería

Lo que sí está decidido es que el comité, en su reunión de esta tarde, modifique los aforos para celebrar eventos en exterior, pasando en las zonas con baja incidencia acumulada de un 50 a un 75 %. Es decir, que en los concellos con esta baja incidencia un concierto en exterior podrá llegar al 75 % del aforo del recinto en lugar del 50 % como ahora.

Otra de las decisiones que el sector de la hostelería espera como agua de mayo es el cambio en los aforos de terrazas y exteriores. Hasta ahora se aplican cuatro niveles y estaba previsto aprobar esta tarde el nivel bajo, que permite elevar el aforo de las terrazas del 75 al 100 %. Este nivel estaba recogido en el documento original pero nunca llegó a aprobarse, y se aplicaría a los concellos con menos de 50 casos en 14 días o 25 en siete, la mayoría en Galicia. No es nada seguro, sin embargo, que esta decisión salga adelante, ya que hay reticencias en aflojar estas restricciones en hostelería.

En cuanto a los concellos que cambiarán de nivel, la situación es buena en Galicia aunque preocupa el concello de A Coruña, con una incidencia bastante más alta que el resto de la comunidad.

Sin bajar la guardia

El fin de la mascarilla en exteriores obedece a una situación que puede calificarse como buena. Pero bajar la guardia sigue siendo un riesgo, y en ello insisten los expertos. La variante Delta, la india, tiene una capacidad de contagio un 50 % más alta que la británica, que ya era mucho más contagiosa que las primeras cepas. Y además las vacunas no previenen los contagios, pese a que reducen drásticamente muertes y hospitalizaciones. «La vacunación es la medida fundamental pero no es la única, porque desde una perspectiva global el problema no es la inmunidad de grupo en España, sino la inmunidad de grupo global», apunta Tato Vázquez Lima.