La vacuna más utilizada en el mundo cumple hoy cien años

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SOCIEDAD

Cedida

Denominada BCG, es la única que existe de momento contra la tuberculosis y también se utiliza para tratar el cáncer de vejiga

18 jul 2021 . Actualizado a las 12:55 h.

La tuberculosis ya campaba a sus anchas en el antiguo Egipto. Se ha visto en momias egipcias que tenían esta enfermedad. La enfermedad de los pobres, de los poetas y pintores románticos del siglo XIX, la que más mata en el mundo. Solo en el 2020 el SARS-CoV-2 le robó este dudoso honor a la infección bacteriana. Pero la tuberculosis seguirá ahí, matando a un millón y medio de personas cada año. Porque la carrera contrarreloj para conseguir una vacuna contra el covid-19 no ha sido tan veloz con esta patología. Solo hay una en el mercado contra la tuberculosis, la del bacilo Calmette-Guérin (BCG), y precisamente hoy 18 de julio se cumplen cien años desde que se inoculó por primera vez. Se denomina así en honor a sus creadores, el microbiólogo León Charles Albert Calmette y el veterinario Camille Guérin.

¿Y por qué no se ha desarrollado otra en cien años? «Son varios los factores -dice África González, catedrática de inmunología del Centro de Investigaciones Biomédicas (Cinbio) de la Universidade de Vigo-, por un lado hay un tratamiento muy barato y eficaz; por otro es una enfermedad casi de los pobres; y finalmente es una bacteria que se cuela dentro de las células, y es muy difícil hacer una vacuna frente a bacterias intracelulares».

África González
África González DUVI

La única vacuna que existe en el mundo no se pone en Europa, Australia y América. Porque no inmuniza de la tuberculosis pulmonar, la más frecuente, aunque sí de las sistemáticas. Además, tiene un grado de protección en los bebés, por eso sí se administra en los países del tercer mundo. Aquí, explica África, se opta por el tratamiento. Esto no quiere decir que no sea una gran vacuna, «es la más utilizada en el mundo», recuerda Carlos Martín, catedrático de microbiología en la Universidad de Zaragoza, y alma máter de otra vacuna para esta enfermedad, la más prometedora en estos momentos. La BCG no solo protege contra la tuberculosis a los niños sino que disminuye muchísimo la mortalidad, «y se utiliza contra el cáncer de vejiga». Es decir, «BCG tiene cien vidas, no solo cien años», apunta Carlos.

Carlos Martín
Carlos Martín RAMON LEIRO

Probablemente en unos años la BCG tenga una compañera, la MTBVAC, diseñada por este investigador y cuyos ensayos en fase III coordina Biofabri, biofarmacéutica gallega y filial del grupo Zendal. «Me gustaría pensar que la próxima vacuna va a ser la de Carlos, lleva toda la vida trabajando en esto y en todas las fases ha ido muy bien», explica África González.

En estos momentos hay 14 en desarrollo, y la de Martín es la más esperanzadora. Inactiva un gen virulento en una cepa clínica de tuberculosis. Es decir, «con ingeniería genética han quitado genes de virulencia, de forma que es casi igual a la micro bacteria, pero sin ser capaz de producir la enfermedad», cuenta la inmunóloga.

Este proyecto lo coordina Biofabri, que realizará el ensayo clínico de fase III en Sudáfrica fundamentalmente, aunque también en Madagascar y Senegal. Serán entre seis y siete mil bebés a los que se les inoculará la vacuna BCG o la MTBVAC en un doble ciego para ver cuántos desarrollan la enfermedad. 

Precio asequible

El compromiso de Biofabri con la Universidad de Zaragoza es que esta vacuna tenga un precio asequible para los países en desarrollo, y de demostrarse su eficacia -la falta de toxicidad y la respuesta inmunitaria ya se comprobó- podría incluso replantearse que vuelva a los países industrializados. De momento la esperanza está en los países pobres, en donde la enfermedad arrasa, sobre todo en personas con VIH, «en África se dice que viven con sida y mueren con tuberculosis», explica Carlos Martín. Y es que lo que antes ocurría en los países ricos ahora pasa en los pobres, «en el siglo XVII y XVIII una de cada cien personas al año moría en las grandes ciudades de tuberculosis, ahora ocurre lo mismo en los bebés de los países en desarrollo».

Que es una enfermedad que no interesa se refleja en las cifras. Según los datos de la Alianza Stop TB (alto a la tuberculosis) en el 2020 se invirtieron 107.000 millones para desarrollar vacunas contra el covid-19. Para la tuberculosis fueron 117. El número de muertes, aún en el año de la pandemia, no fueron muy dispares.