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El covid-19 está aquí para quedarse, ¿cómo conviviremos con él?

Sarah Zhang / THE ATLANTIC ONLINE

SOCIEDAD

María Pedreda

Los expertos dicen que será como otros coronavirus, con síntomas leves o sin ellos

01 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En los ochenta, un grupo de doctores de un hospital inglés intentó infectar deliberadamente a 15 voluntarios con un coronavirus. El covid-19 aún no existía, pero lo que interesaba a estos doctores era un virus de la misma familia, denominado 229E, que causa el resfriado común. El 229E es ubicuo y oscuro. La mayoría lo hemos tenido, probablemente en la niñez, pero los síntomas fueron seguramente tan leves que pasaron desapercibidos. De los 15 adultos voluntarios, solo 10 se infectaron, y de ellos, solo ocho desarrollaron síntomas.

Al año siguiente, los doctores repitieron el experimento. Rastrearon a todos los voluntarios originales, salvo uno, y rociaron nuevamente sus narices con el 229E. Seis de los infectados previamente volvieron a contraer la enfermedad, pero esta segunda vez, sin síntomas. Llegaron a la conclusión de que la inmunidad se desvanece rápidamente y las reinfecciones son comunes, pero más leves o asintomáticas.

Este pequeño estudio no tuvo mucha repercusión. Los coronavirus aún pertenecían al remanso de la investigación viral, ya que los resfriados parecían banales. En la primavera del 2020, cuando los científicos que buscaban pistas acerca del nuevo coronavirus, redescubrieron esta antigua investigación. Antes del SARS-CoV-2, entre los humanos circulaban cuatro coronavirus, incluyendo al 229E. Todos causan resfriados comunes y, en el escenario más optimista, el covid-19 terminará siendo el quinto de ese grupo.

El covid podría parecerse mucho a un resfriado del 229E, recurrente pero, en gran medida, sin complicaciones.

Esto puede ser difícil de imaginar con las ucis llenándose con la variante delta, pero la pandemia terminará. De una forma u otra, terminará. Los picos actuales de casos y muertes son el resultado de un nuevo coronavirus que se encuentra con sistemas inmunes ingenuos. Cuando suficientes personas hayan ganado algo de inmunidad, el coronavirus pasará a ser lo que los epidemiólogos llaman «endémico». Con ese manto de inmunidad, habrá pocas hospitalizaciones y aún menos muertes por covid-19. Las dosis de refuerzo podrán apuntalar periódicamente esa inmunidad.

No sabemos con exactitud cómo infectaron por primera vez a los humanos los otros cuatro coronavirus del resfriado común, pero algunos especulan que al menos uno también comenzó como una pandemia.

Tendremos que ajustar la forma en la que pensamos sobre del covid-19. «Esto es algo con lo que tendremos que convivir», afirmó Richar Webby, investigador de enfermedades infecciosas en St. Jude (Tennessee). «Y mientras no afecte la atención médica en su conjunto, creo que podemos hacerlo», añade.

La eventualidad de que el covid sea endémico no significa que debamos dejar de lado todas las precauciones. Cuanto más podamos aplanar la curva ahora, los hospitales estarán menos colapsados y tendremos más tiempo para continuar repartiendo vacunas, incluyendo a los niños.

El camino hacia un covid-19 endémico también dependerá de cuánto continúe mutando. La variante delta ya ha socavado los planes de reapertura para el verano. La buena noticia es que es poco probable que el virus evolucione tanto como para llevar a cero nuestra inmunidad. «Nuestras respuestas inmunes son tan complejas, que es básicamente imposible para un virus escapar a todas ellas», señala Sarah Cobey, bióloga evolutiva en la Universidad de Chicago. Por ejemplo, los niveles de anticuerpos que neutralizan rápidamente al SARS-CoV-2 sí disminuyen con el tiempo, como sucede contra la mayoría de los patógenos, pero las reservas de células B y T que también reconocen al virus permanecen a la espera. Esto significa que la inmunidad contra la infección puede desvanecerse, pero la protección contra una enfermedad severa o la muerte es mucho más duradera.

Las vacunas contra los virus respiratorios raramente protegen completamente contra la infección porque son mejores para inducir inmunidad en los pulmones que en la nariz, donde los virus respiratorios consiguen su primer punto de apoyo, pero con las vacunas nos acercamos a ello.

«Ahora estamos donde pensamos que estaríamos hace un año», indica Ruth Karron, directora del Centro para la Investigación en Inmunización de la Universidad Johns Hopkins. Las vacunas aún protegen muy bien contra enfermedades graves, como se esperaba, pero la inmunidad colectiva parece una vez más fuera de alcance.

El momento y la severidad de las reinfecciones y de los brotes cuando el covid-19 sea endémico dependerá de qué tan rápido se desvanezcan los efectos protectores de la inmunidad. Y esto, depende de la combinación de dos factores: lo rápido que se oxide nuestro sistema inmune y lo rápido que evolucione el virus.

Pero una reinfección revitaliza la respuesta inmunitaria. Actúa «como un refuerzo de la vacuna», explicó Laura Su, inmunóloga en la Universidad de Pensilvania. En el estudio del coronavirus 229E, los doctores encontraron que los voluntarios que no se infectaron la primera vez eran más propensos a enfermar al volver a exponer al año siguiente, en comparación con los que enfermaron la primera vez. Esto sugiere que una infección reciente otorga mayor protección.

El diagnóstico se volverá rutinario, pero siempre habrá riesgo

El virus cambiará con el tiempo. Buscará nuevas formas de evadir el sistema inmunológico. Una consecuencia natural de vivir con un virus en circulación: también la gripe muta cada año. Pero en un escenario endémico, donde muchas personas cuenten con algo de inmunidad, el coronavirus no será capaz de infectar a tanta gente o de replicarse tantas veces. «Estoy bastante seguro de que la tasa de adaptación estará determinada por la prevalencia del SARS-CoV-2 en el mundo», aseguró Cobey.

Se puede pensar en la replicación viral como comprar boletos de lotería, en los que el virus acumula mutaciones aleatorias que muy ocasionalmente lo ayudan a propagarse. Y cuantos menos boletos de lotería tenga el virus, menos probable es que gane el premio gordo de la mutación.

En las reinfecciones con los cuatro coronavirus más comunes podemos entrever un patrón: es probable que nos expongamos a estos virus de niños, cuando la enfermedad tiende a ser leve; nuestro sistema inmune se oxida; el virus muta; nos reinfectamos; la respuesta inmune se actualiza; el sistema inmune se vuelve a oxidar; el virus vuelve a cambiar. Y así sucesivamente.

En el mejor de los casos, el covid-19 seguirá este mismo patrón, con subsecuentes infecciones leves, afirma Stephen Morse, epidemiólogo en la Universidad de Columbia. El covid-19 se parece a la gripe, que mata a entre 12.000 y 61.000 estadounidenses al año. Pero, «hay un gran signo de interrogante respecto del covid prolongado», afirmó Yonatan Grad, inmunólogo e investigador de Harvard. No hay datos sobre cómo de buenas son las vacunas contra el covid persistente, pero los expertos generalmente están de acuerdo en que un sistema inmunológico vacunado está mejor preparado para combatir el virus sin causar daños colaterales.

Cuando todo el mundo tenga cierta inmunidad, un diagnóstico de covid-19 se volverá rutinario. Esto significa olvidar un año de mensajes diciendo que el covid-19 no era simplemente un resfriado.

Con la gripe, generalmente estamos de acuerdo en el riesgo que estamos dispuestos a tolerar. Con el covid-19, no hemos llegado a ese punto. «Debemos preparar a las personas para pensar que (el riesgo) no será cero. Disminuirá hasta un nivel que encontremos aceptable», afirman los expertos.

© 2021 The Atlantic. Distribuido por Tribune Content Agency. Traducido por Lorena Maya.