Kiko Rivera lamenta que no le hayan permitido despedirse de su abuela: «Nadie me ha llamado para decirme nada»
29 sep 2021 . Actualizado a las 18:48 h.Doña Ana, la madre de Isabel Pantoja, ha fallecido a los 90 años en la finca de Cantora, donde vivía con su hija. Ana Martín había sufrido últimamente un deterioro en su ya delicada salud, lo que la llevó a estar ingresada en el hospital gaditano de Puerto Real durante varios días de este mes de septiembre. A finales de la semana pasada había recibido el alta médica, pero este martes se produjo su fallecimiento.
En los últimos días, Isabel y su hermano Agustín Pantoja no se han separado de su madre, a la cual adoraban, y la han acompañado hasta el último momento, según informa la agencia Europa Press. La matriarca del clan será incinerada este mismo miércoles en la más estricta intimidad, puesto que la tonadillera quiere evitar una despedida pública. Según informa Efe, la familia ha dado instrucciones al tanatorio de Jerez, donde está prevista la incineración, para que no se difunda información sobre la despedida de la madre de la tonadillera.
Esta pérdida supone un duro golpe para Isabel Pantoja. Doña Ana ha sido siempre el apoyo de su hija en su carrera artística y se convirtió en su compañía constante, siempre en la sombra. La última vez que se la pudo ver en público fue en el 2017 durante el concierto de la reaparición de Isabel Pantoja en el Wizink Center de Madrid.
Muy delicada desde hace varios años, la salud de la matriarca del clan Pantoja ha estado siempre rodeada por un gran secretismo. Pieza fundamental de la familia, doña Ana sufría alzhéimer, una enfermedad que se vio agravada por el ictus que sufrió en el año 2019 y del que, presuntamente, no llegó a recuperarse totalmente. Su estado de salud era muy delicado en los últimos tiempos, puesto que se encontraba muy delgada y necesitaba ayuda para caminar en todo momento.
Doña Ana se mantuvo siempre en un segundo plano, pero era ella quien hacía y deshacía en la vida de la cantante. Muy exigente con la educación de todos sus hijos, el ojito de derecho de la matriarca siempre fue su niña Maribel, en la que vio desde pequeña ese don para la música y a quien acompañó desde sus inicios por los tablaos flamencos.
Desde bien pequeña Ana Martín había quiso ser ella misma artista y bailaora, pero los tiempos tan difíciles en los que se crió y creció no le permitieron brillar como profesional encima de los escenarios. Ese sueño que ella no pudo cumplir sí pudo verlo realizado en su hija Isabel Pantoja, que causó sensación desde la primera vez que interpretó un tema encima de un tablao. Su vida estaba destinada al arte y no dudó en marcharse junto a ella a Madrid, donde la esperaba el mundo del espectáculo.
Doña Ana vivió esa oportunidad como si fuera la suya propia y no dudó en acompañar a Isabel Pantoja a lo largo de toda su vida. Guió sus pasos, la animó en los escenarios y luchó para que su hija fuera lo que ella nunca llegó a ser. Nunca se apartó del lado de Isabel Pantoja y vivió junto a ella sus éxitos y sus fracasos hasta que su salud empezó a empeorar.
A tres días de la boda de Anabel Pantoja
El fallecimiento de la matriarca del clan Pantoja coincide en un momento muy señalado para la familia, ya que se ha producido tres días antes de la fecha de la boda de Anabel Pantoja con Omar Sánchez en la isla de La Graciosa (Lanzarote), cuya celebración esta prevista para este viernes. Con toda ya preparado, la colaboradora de televisión había estudiado la posibilidad de cancelar la boda, según avanzó la revista ¡Hola!, aunque finalmente esta misma publicación ha publicado que parece haber optado por seguir adelante con sus planes.
Hasta la isla canaria se habían desplazado ya Kiko Rivera e Irene Rosales, que fueron recibidos por los novios entre palmas, algarabía y gestos de cariño. También llegaron Isa Pantoja y Asraf Beno.
Kiko Rivera ha sido el primer miembro de la familia en reaccionar públicamente a la muerte de su abuela, a quien estaba muy unido y a la que no veía desde que estalló la guerra contra Isabel Pantoja hace un año. Completamente destrozado, se despidió de su abuela en sus redes sociales.
«Hoy te has ido y contigo se ha ido parte de mi vida. No sé qué hacer estoy perdido y en La Graciosa. Tuve mis dudas de venir pero al final arriesgué y perdí. Yaya de mi alma, tantos meses sin verte y ahora ya no te veré nunca más», comenzaba un Kiko devastado por la muerte de su abuela.
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A pesar de su dolor, el pinchadiscos no ha dudado en lanzar un reproche público contra su madre por no permitirle visitar a doña Ana en los últimos tiempos: «Mi abuela, a la que no dejan que vaya a despedirme por mierdas de problemas familiares. Órdenes expresas desde Cantora... 'No queremos que venga nadie'».
«No sé nada, solo sé por la tele porque nadie me ha llamado para decirme nada. No sé qué se va hacer ni dónde, ni horarios ni absolutamente nada», se ha lamentado, confesando qué es lo único que quiere ahora mismo: «Solo quiero que me dejen despedirme de mi abuela. No quiero saber de nadie más, todos los demás me importan una mierda. Porque son unos indeseables todos». Un durísimo mensaje con el que Kiko aumenta, todavía más, la brecha insalvable que ya lo separaba de su madre.
Por último, el hijo de Isabel Pantoja ha confesado cómo se siente en estos durísimos momentos dedicándole unas desoladoras palabras a su abuela: «Me quedaré esperando y rezándote. Me quedaré quieto y callado, pensándote. Tus hijos no me dejan despedirme, ni siquiera me han informado de tu estado. Lo siento mucho yaya. Me siento roto, solo y desolado. Tú alma vive en mí y aunque no me pueda despedir de ti (lo hice en su momento) pero ahora lo necesito otra vez, siempre te llevaré en mi. Descansa en paz, Yaya. Por siempre, tu nieto favorito».