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Un vaso sanguíneo de pruebas para mejorar los nuevos fármacos

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Ezequiel Álvarez, investigador de la USC
Ezequiel Álvarez, investigador de la USC cedida

El investigador Ezequiel Álvarez, de la USC trabaja en el diseño de un prototipo

10 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de administrar un fármaco en humanos es necesaria toda una retahíla de pruebas anteriores que incluyen la experimentación en animales. Un equipo de la USC, liderado por el investigador Ezequiel Álvarez, trabaja en el diseño de un vaso sanguíneo de prueba. Su objetivo es que todos estos pasos previos se hagan del modo más parecido al de administrar el medicamento a una persona para tener así una visión más precisa de si sirven o no para su uso.

«Pretendemos un modelo que va a buscar un mimetismo fisiológico con los vasos sanguíneos. Vamos a intentar reproducir en 3D un vaso sanguíneo recubriéndolo de células sanguíneas, las que normalmente están ahí. Y vamos a probar cómo responden los fármacos en esas situaciones», resume el investigador. Busca con ello someter al fármaco a unas condiciones «lo más parecidas a las del fármaco en un organismo entero».

«Lo que pretende nuestro estudio es hacer disponible un tipo de ensayo mucho más eficiente y fiable que los que tenemos ahora para seleccionar y elegir los mejores fármacos que vayan a tener efecto en un organismo vivo», señala Álvarez. Para ello mimetizan un vaso sanguíneo real «con células vivas» del modo más fiel posible. Algo con lo que se consigue un notable avance: «Hasta ahora se experimenta en células en dos dimensiones, que no se parecen a la configuración del organismo. Aquí se da un salto importante, al contar con una configuración en tres dimensiones. Por ese vaso podemos hacer correr flujo. Eso se parece más a las condiciones que tiene en el organismo y determina mejor las situaciones».

Dos años de plazo máximo

El proyecto está pensado para desarrollar en un período que oscila entre los 18 meses y dos años. «Esperamos para entonces poder contar ya con un prototipo para hacer las pruebas», dice Álvarez. Este tendrá unas consecuencias directas en la industria farmacéutica. Lo argumenta: «De este modo, se obtendrá de un ensayo mucho más relevante. Los datos que se traen de ahí son los que se darán en realidad en los organismo vivos. Si los podemos introducir en la cadena de producción del fármaco, tendremos mejores fármacos, ahorraremos y decidiremos mejor si el fármaco pasa a la siguiente fase del desarrollo con datos más fiables. No perderemos fármacos que pudieran ser positivos después», explica.

Este proyecto biomédico ha sido elegido dentro la convocatoria CaixaResearch Validate y Consolidate 2021 y contará con la ayuda de la Fundación ”la Caixa”.