La Consellería de Política Social destina 500.000 euros anuales a este fin
05 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.En el Día Internacional del Voluntariado, Galicia tiene mucho que celebrar. Y a muchos, porque son 44.000 las personas que, de forma altruista, se han asociado a una de las más de 1.000 entidades que se dedican a fomentar estas actividades en la región. Es ese espíritu el que hace posible que la comunidad sea un referente de voluntariado en España.
La oferta gallega es amplia: las iniciativas abarcan ámbitos culturales, patrimoniales, educativos e incluso ambientales. En cada uno de ellos, los voluntarios entregan su tiempo, su dedicación y su esfuerzo para llevar a cabo actividades que persiguen el beneficio de su comunidad. La más importante, tal vez: la integración, el acercamiento entre miembros muy diversos que encuentran en estas actividades un puente hacia los otros.
Así lo explica Antón García Fernández, un profesor ya jubilado, de 73 años, que participa en una iniciativa cultural en la Biblioteca Pública de Pontevedra impartiendo clases de filosofía. «É unha forma de que unha serie de xente de diferentes idades se reúna e se coñeza, porque nos meus cursos eu vexo xente nova falando con xente maior e debatendo. E é enriquecedor todo o que aporta cada un a esa colectividade», asegura. Esta es una opinión que comparte Gema Laherrán García, de 44 años, que formó parte de un voluntariado medioambiental en el Camino de Santiago durante el verano. «Me gustó mucho la interacción intergeneracional, porque no solemos tener esta oportunidad de relacionarnos, entonces sirven como puntos de encuentro», señala.
Además, García Fernández destaca que «os voluntariados son actividades no mercantilizadas que permiten facer cousas diferentes». «Moita xente non faría nada ou limitaríase se non tivera estas alternativas culturais», señala García Fernández. Y en ese sentido, Laherrán indica que sirven también para crear una especie de efecto dominó: «Es algo que se va impregnando en ti y que termina impactando alrededor». Recuerda cómo, luego de formar parte de la iniciativa, se desplazó por cuenta propia a las Fragas do Eume con una bolsa y unas pinzas recogedoras con la intención de limpiar el lugar: «El voluntariado de la Xunta hizo que yo, a nivel personal, me comportara de una manera y, en consecuencia, eso tuvo también un impacto en todas las personas que me vieron ese día», explica.
Pero estas iniciativas no solo le aportan a quien las recibe sino también a quienes forman parte de ellas. «Pienso que el voluntariado empieza en el voluntario y en cómo se siente. Él es el primer beneficiado, porque ayudar a los demás lo hace sentir bien, porque aprende cosas, porque siempre se lleva algo de la experiencia. Y, como consecuencia, los demás también se benefician», señala Laherrán. Coincide García Fernández: «Para min é moi importante, porque me xubilei con 70 anos e dende aquelas foi deixando cousas. Isto obrígame a ler, a escribir e a coñecer xente nova. Logo, eles me escoitan, lemos xuntos, pensamos e debatemos».
Pero nada de esto sería posible sin fondos. De hecho, uno de los motivos por los que la ONU decidió conmemorar este día fue, precisamente, que sirviera como un recordatorio a los gobiernos. Sin contribuciones económicas, estas entidades sociales están de manos atadas, de manera que el compromiso desde las administraciones es fundamental. Por eso, a través de la Consellería de Política Social, la Xunta destina más de 500.000 euros para apoyar y poner en marcha programas de voluntariado en la comunidad. Además, para favorecer el reconocimiento de esta labor ofrece certificados oficiales a quienes forman parte de estos programas y celebra desde hace dos años los Premios Galicia de Acción Voluntaria.