Así operan los antivacunas: a través de una centralita para pactar la cita «médica»
SOCIEDAD
Los «teleoperadores» dicen que están «colapsados» y hay lista de espera
20 dic 2021 . Actualizado a las 18:01 h.Un número de teléfono, lista de espera para la consulta «médica», que puede ser presencial o telefónica, y recetas en blanco. Es parte del funcionamiento de la red de negacionistas gallegos que forma parte de la organización de Médicos por la Verdad. Para llegar hasta el doctor hay que llamar antes a uno de los números de teléfono que se difunden a través de los grupos de mensajería, que cuentan con cientos de participantes. Es entonces cuando sale a la luz un funcionamiento similar al de una centralita. Varias personas «voluntarias» responden llamadas y mensajes —las primeras, para personas que residen en el extranjero y los segundos, para los nacionales—, de 10 de la mañana a 10 de la noche. «Nos estamos turnando, pero estamos colapsados porque hay muchísimos casos de gente con síntomas o secuelas. Si quieres una atención más rápida, te doy directamente el número de alguno de nuestros médicos. En Vigo podrían atenderte pronto en consulta», dice una amistosa voz al otro lado del teléfono. Esa misma persona avisa de que el retraso para las consultas telefónicas es de varios días y que, para acudir presencialmente, hay miles de personas esperando. Asimismo, además de móviles, entrega correos electrónicos de facultativos de Galicia, pero también de otras comunidades «menos afectadas» que atienden los casos más urgentes.
Sin embargo, esta «centralita» pide por adelantado «todos los datos del paciente» que incluyen nombre y apellidos, edad, síntomas, si el solicitante está vacunado, tarjeta sanitaria... Son los requisitos previos a la charla o visita al médico. Además, después es posible conseguir recetas médicas, «las mandan por ordenador o te las dan en mano», confirman personas que atienden las llamadas.
El testimonio de una usuaria
Una persona que solicitó consulta con un médico gallego relató a La Voz cómo sucedieron los hechos. La decisión de contarlo se produjo tras el fallecimiento de su padre ya que «le recomendaron beber agua tras cocer unas hierbas aromáticas y hojas para combatir los efectos del virus», dice mientras muestra los mensajes que confirman su testimonio.
Tras llamar a esta centralita, la persona afectada —ella se contagió junto con su padre y toda la familia— consiguió hablar telefónicamente «con un médico que me atendió a cambio de no identificarse». Le facilitó recetas, a las que tuvo acceso este periódico. Después, su padre empezó a empeorar paulatinamente, y falleció al cabo de una semana.
La versión de los negacionistas
Este periódico ha intentado contactar con varios de los médicos gallegos que están integrados en esta red negacionista, pero solo recibió respuesta de uno de ellos. La primera contestación fue la siguiente: «¿Para qué queréis hablar? Si después vais a poner lo que os dé la gana. Total vais a insultar, a llamarnos negacionistas y repetir lo mismo que decís habitualmente (...). Para mí todos los medios de comunicación trabajan para BlacKRock y Vanguard, que a su vez son accionistas de esta historia que llamáis vacuna. Pon lo que quieras de mí, más tarde o más temprano este teatrillo caerá y los jueces dilucidarán las culpas de cada uno. Yo asumiré las mías con orgullo». En otros correos este médico, que trabaja para el Sergas, asegura que los niños «empezarán a morir» tras recibir la vacuna contra el covid-19. A esto añade que «la ciencia se basa en la transparencia y el debate... Qué curioso que somos los negacionistas los que lo pedimos».
Otra de las conocidas facultativas negacionistas es Natalia Prego, que además cuenta con un grupo con más de 27.000 suscriptores y un crowdfunding abierto. En los grupos de mensajería también aparecen insultos contra conocidas personalidades gallegas, e incluso organizan quedadas en las distintas ciudades «para emprender acciones».