La participación de Ucrania también se encuentra en el ojo del huracán por cuestiones geopolíticas
15 feb 2022 . Actualizado a las 09:11 h.Con el Benidorm Fest y sus polémicas casi en el olvido, los eurofanes siguen la pretemporada eurovisiva rodeados de nuevos frentes. España no es el único país que está sufriendo una elección de representante agitada. En Rumanía el jurado profesional descartó de la final a los cinco favoritos del público, en Suecia uno de los que sonaba en las quinielas se quedó fuera de la final después de que se registraran fallos en la aplicación de voto y uno de los integrantes de la banda búlgara que viajará a Turín en mayo se encuentra en busca y captura en España por no comparecer a un juicio por presuntas amenazas a su expareja. Si esta ristra de eurodramas, como se conoce en el mundo festivalero, fuera corta, este fin de semana se han sumado dos nuevas controversias.
Letonia ha querido unirse a la lista con la elección de su canción. El grupo letón Citi Zeni se hizo con el billete a Eurovisión 2022 con su tema Eat your salad, que se traduciría por Cómete la ensalada. La canción, a priori inofensiva, trata sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y comer sano, pero los versos iniciales han resonado internacionalmente. La banda comienza su actuación con la frase: «En vez de carne como vegetales y coño, me gustan frescos y jugosos» y a lo largo de la canción realizan metáforas como «olvídate de los perritos calientes porque mi salchicha es más grande». Esto ha corrido como la pólvora en redes sociales como Twitter o Tik Tok, donde se pone en duda que Eurovisión permita este tipo de palabras. Las normas al respecto impiden usar «palabrotas o lenguaje inapropiado» en las actuaciones, además de prohibir el contenido político, pudiendo acarrear incluso la descalificación. El grupo letón decidió no pronunciar la controvertida palabra durante su actuación en su final nacional, pero sí proyectar en unas pantallas gigantes pussy junto al emoticono de un gato, ya que además de referirse al aparato genital femenino es una forma coloquial de referirse a los felinos.
Sin embargo, no es la primera vez que estas circunstancias ocurren en el festival. Sin ir más lejos, los ganadores de la edición del 2021, los italianos Maneskin, tuvieron que sustituir «es mejor tocarse los cojones» por «es mejor no cometer errores». Las vinculaciones políticas hicieron que Rodolfo Chikilicuatre tuviera que modificar parte de la canción en el 2008 por hacer referencias a Hugo Chávez, Mariano Rajoy o José Luis Rodríguez Zapatero. Solo un año después de esto, Georgia se retiró del festival porque Eurovisión defendía que su tema We don't wanna put in incumplía las reglas del concurso. Los georgianos utilizaban un juego de palabras en su canción. A pesar de que la traducción literal del título era No queremos poner, en su pronunciación en inglés se podía entender No queremos Putin, en alusión al presidente ruso.
A la lista de polémicas se ha sumado también la ganadora de la preselección ucraniana Alina Pash. La cantante se hizo con la victoria bajo acusaciones de fraude por los segundos clasificados, que reprochan a la organización no ofrecer los datos desglosados. La empresa encargada del recuento ha confirmado que el resultado es válido, pero las críticas no cesan. A esto hay que añadir los rumores que señalan que Alina Pash entró en Crimea por territorio ruso en el 2015, un año después de la adhesión a Rusia de la península.Esto supondría una violación de las normas del certamen ucraniano, que solo permite el acceso a Crimea por determinadas zonas de su propia frontera. La controversia se ve acrecentada por el actual conflicto con Rusia, aunque en otras ocasiones ya ha afectado al certamen. En la edición del 2017, celebrada en Kiev, los ucranianos no permitieron la entrada en el país de la representante del país rival. Los organizadores justificaron la decisión en que la cantante rusa había entrado ilegalmente al país años antes. En el 2019 se retiraron del festival tras un rifirrafe con la que iba a ser la representante, a la que le llegaron a preguntar en directo si pensaba que Crimea era ruso.
