El cáncer de páncreas podrá diagnosticarse con un análisis de heces

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

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Es uno de los tumores más mortíferos porque suele detectarse en su fase final, cuando ya es demasiado tarde, un escenario que podría cambiar gracias a una investigación del CNIO y del Laboratorio Europeo de Biología Molecuar que han identificado en los microbios del intestino una huella molecular que alerta de su aparición

17 mar 2022 . Actualizado a las 21:02 h.

El cáncer de páncreas no avisa. Es un tumor silencioso. Cuando sus síntomas empiezan a hacerse palpables suele ser, por lo general, demasiado tarde. Coinciden con la última fase de la enfermedad, en la que ya no existe opción para la cirugía, a lo que hay que añadir que el arsenal terapéutico para frenarlo en estadios avanzados es muy limitado.

Son razones objetivas que avalan que los tumores de páncreas, sin ser de los más frecuentes, representan la tercera causa de muerte por cáncer en España, solo por detrás de los de pulmón y colon. Y, lo que es peor, los oncólogos advierten de que la enfermedad va en aumento, no solo entre los mayores sino que también se están identificando casos en población joven de entre 40 y 55 años.

Sin una terapia eficaz para contrarrestarlo, la única alternativa que existe para cambiar el actual escenario de elevada mortalidad pasa por el diagnóstico temprano. Pero, a día de hoy, tampoco existe una herramienta clínica para detectarlo a tiempo. Una situación que podría cambiar gracias a una investigación conjunta del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), que han identificado en los microorganismos del intestino (bacterias, hongos o bacterias) una huella para identificar el cáncer de páncreas en sus estadios iniciales.

Es una firma molecular localizada en 27 microorganismos del intestino que alerta del riesgo de la aparición del tumor. ¿Como podría diagnosticarse entonces? Mediante un análisis de nuestras heces. El examen de su microbiota podría predecir aquellos pacientes de alto riesgo de adenocarcinoma pancreático ductal, el tipo más frecuente de cáncer de páncreas, e incluso diagnosticar los estadios más tempranos de la enfermedad.

Los investigadores, dirigidos por Nuria Malats, del CNIO, y por Peer Bork, del EMBL, han solicitado una patente con el fin de poder desarrollar un kit comercial de diagnóstico de cáncer de páncreas que detecte los 27 genomas microbianos en nuestras heces. La investigación se ha publicado en la revista científica Gut.

«En muchos casos, cuando se detecta el cáncer de páncreas es demasiado tarde. Necesitamos diagnosticar la enfermedad en estadios mucho más tempranos, antes de que aparezcan los síntomas, y para ello tenemos que identificar y definir la población de riesgo y disponer de buenas pruebas de cribado para detectar el cáncer cuando todavía es curable», explican los investigadores.

«El cáncer de páncreas es muy agresivo, porque no da la cara hasta una fase muy avanzada. Cuando se diagnostica, el 80 % de los pacientes ya tiene la enfermedad muy diseminada», concreta Nuria Malats, que confía en que el trabajo que han sacado adelante tenga, dentro de unos años, «un impacto en la mortalidad, porque podremos coger a tiempo a los pacientes que se puedan beneficiar de una cirugía o de un tratamiento del que ahora no pueden hacerlo, porque llegan con el tumor muy avanzado». Solo un ejemplo de su agresividad: con un tamaño de un centímetro, que apenas se detecta en las pruebas de resonancia magnética, ya puede desencadenar una metástasis.

Lo que han visto los investigadores es que la firma microbiótica se identifica en el intestino tanto si el tumor se encuentra en sus fases avanzadas como si lo está en sus estadíos iniciales.

Pero para que esta investigación se convierta en un kit clínico de uso rutinario aún tendrá que pasar algún tiempo. El paso más importante, aparte del desarrollo tecnológico, es la realización de un estudio con un mayor número de pacientes a los que se les realizará un seguimiento de varios años. ¿Cuántos? Todavía no se sabe, pero podrían ser menos de cinco. Una espera que vale la pena si se tiene en cuenta que un diagnóstico temprano supondrá un antes y un después en el abordaje de la enfermedad y que permitirá salvar a miles de vida solo en España

Para estudiar la relación de los microorganismos que conviven en las células del cuerpo humano con el origen del adenocarcinoma pancreático ductal, el equipo liderado por el CNIO y el EMBL estudió a 136 personas. De ellas, 57 eran pacientes recién diagnosticados, 50 era casos de control y 27,enfermos con pancreatitis crónicos. A todos se les realizó un informe epidemiológico y clínico muy detallado que se acompañó con el análisis de muestras de saliva, heces y tejido pancreático con el objeto de analizar su microbioma.

Al contrario de lo que pensaban originariamente, el microbioma fecal estaba mayormente asociado al cáncer de páncreas, no así el oral. «Fue una sorpresa, porque estudios previos lo habían relacionado con el microbioma oral, pero hemos constatado que el intestinal es el que mejor lo predice», precisa Nuria Malats.

«Análisis sofisticados a nivel bioestadístico y bioinformático nos han permitido construir una firma de 27 microbios procedentes de heces, la mayoría bacterias, que discriminan muy bien los casos con cáncer de páncreas de los controles, tanto en sus fases más avanzadas como en las más tempranas», concretan los investigadores en el estudio publicado en Gut.

Esta firma genética ha sido validada en un estudio independiente llevado a cabo en dos hospitales de Alemania y en 5.792 metagenomas fecales procedentes de 25 estudios de 18 países. Actualmente se está estudiando en población japonesa.

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Pero el cáncer de páncreas es una enfermedad con una etiología muy compleja con múltiples factores de riesgo como la edad, la obesidad, la diabetes, la pancreatitis crónica, el tabaco, el consumo elevado de alcohol, el grupo sanguíneo y la historia familiar de cáncer. Para evitar sesgos, y asegurarse de que los microbios identificados están asociados al cáncer de páncreas y no a la obesidad, la diabetes u otros factores, los autores del trabajo controlaron estas variables clínicas y demográficas en el análisis.

«No hay estudios que tengan esta profundidad de información», sostiene el equipo. Según escriben los investigadores en las páginas de Gut, el alto valor predictivo de esta firma genética en heces podría servir como biomarcador para definir la población de riesgo y, de validarse en ensayos clínicos, podría utilizarse para el diagnóstico temprano del cáncer páncreas.

«Actualmente, los programas de cribado están dirigidos a familias con agregación de cáncer de páncreas, que representa solamente un 10 % de los pacientes con este tumor. La inclusión en estos programas de cribado de un análisis de heces para identificar esta firma microbiótica podría servir para detectar el resto de la población de riesgo», avanzan.

Esta investigación ha contado con la colaboración del Grupo de Carcinogénesis Epitelial del CNIO, liderado por Paco Real, la Unidad de Citogenética Molecular del CNIO que dirige Sandra Rodríguez, el Servicio de Oncología del Hospital Universitario Ramón y Cajal liderado por Alfredo Carrato, el Servicio de Digestivo del Hospital Universitario Vall d'Hebron, con Xavier Molero, el Departamento de Hepatología Traslacional del Hospital Universitario Goethe, liderado por Jonel Trebicka y el grupo de Stephan Kersting en la Clínica Universitaria Erlangen, de Erlangen (Alemania).