Casi la mitad de los jóvenes españoles han pensado en quitarse la vida en el último año

D. chiappe MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

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El teléfono de prevención del suicidio 024 recibe casi 700 llamadas al día

02 jun 2022 . Actualizado a las 23:41 h.

Ocho de cada diez jóvenes creen que su futuro no será mejor que su momento actual. Entre los 15 y los 29 años acusan tristeza, desesperanza, desinterés, cansancio, apatía, problemas de concentración, de alimentación y de sueño, inquietud, desasosiego o agresividad, según el III barómetro juvenil. Salud y bienestar, elaborado por Fundación FAD Juventud. Basado en 1.500 entrevistas digitales, los resultados revelan que casi la mitad (44,3 %) han tenido ideas suicidas en el último año y que el 56 % reconoce haber sufrido problemas de salud mental, aunque la mitad admite no haber pedido ayuda, por razones económicas (37 %) o por subestimar o quitar importancia a la situación (34 %).

Hasta un 20 % de los jóvenes se callan sus emociones. «No lo comparto con nadie, evito que los demás conozcan que tengo algún problema», es una respuesta más recurrentes entre los chicos de 19 años. «La gente más joven tarda en mostrar sus malestares, gestiona peor sus emociones y tiene menos recursos», explica Anna Sanmartín, directora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, encargado de la investigación.

Entre los jóvenes, hay dos tendencias negativas que van en ascenso, según el informe. La primera es la automedicación: más de la mitad de los consultados (53 %) ha recurrido a fármacos sin prescripción en los últimos meses. Aún peor, el 15 % los consume de manera sistemática, varias veces a la semana. Y la mayoría prefieren psicofármacos. «Acuden a los que le recetaron hace tiempo, o a los que tienen sus padres», indica Lorenzo Cooklin, director de la Fundación Mutua Madrileña, durante la presentación del trabajo, en Madrid. «No se trata de ir a una farmacia a que le den un lexatín. Hay otros recursos, como los medicamentos guardados. No sabemos cuáles consumen pero los datos oficiales indican que los que más crecen son los sedantes», añade.

La segunda tendencia es esa consolidación de las ideas suicidas. Al 35 % se le ha pasado por la cabeza al menos una vez quitarse la vida y al 9 %, con frecuencia. Suman un 44 %. Hay «un aumento significativo respecto al 2019», advierten los autores del trabajo. Además, «es preocupante el cambio experimentado entre los 15 y los 19 años», señala Cooklin, franja en la que el porcentaje de los que se lo han planteado se disparó del 5,5 % en el 2019 al 12,3 % en el 2021. «Ahora mismo son el grupo con más ideas suicidas y mayor frecuencia, cuando antes era el menos proclive. Hay poner este problema sobre la mesa para que se visibilice», insta. El estudio desvela además que hay más chicas que chicos con este tipo de impulsos, pero que ellos lo piensan con más frecuencia.

El teléfono de prevención del suicidio 024 recibe casi 700 llamadas al día

María Pedreda

En tres semanas de funcionamiento, sus profesionales han atendido a 9.609 personas y detectado 241 casos «en curso»

En 21 días —desde que empezó a funcionar, el 10 de mayo, hasta este lunes, día 30— el teléfono de prevención del suicidio habilitado por el Ministerio de Sanidad ha atendido a 9.609 personas. Recibe entre 600 y 700 llamadas al día, a las que se les está dedicando una media de entre 15 y 20 minutos.

De las 9.609 personas atendidas, 502 fueron derivadas al 112 —servicios de urgencia—, que gestionan las comunidades autónomas. En total, se identificaron 241 suicidios «en curso». El teléfono se puso en marcha con intención de rebajar las cifras de suicidio y también las tentativas, que llegaron a crecer un 30 % durante la pandemia. «Los datos de la puesta en marcha del 024 hablan por sí solos, son ciertamente relevantes», celebró este jueves la ministra, Carolina Darias.

  • 024: Las llamadas a este número son gratuitas y no quedan registradas

La línea es gratuita, accesible para las personas con discapacidad, inmediata y confidencial: no exige identificarse y no queda registrada en la factura telefónica. Al otro lado, descuelgan el teléfono personas expertas para dar apoyo, tanto a aquellos a los que se les pase por la cabeza hacerse daño o quitarse la vida, como a sus familiares y allegados, que no saben qué hacer. Además, está conectada con los servicios de emergencia de las distintas comunidades y ciudades autónomas para, en caso de tener que asistir una situación límite, ayudar al que llama.

En esta primera fase, el servicio está gestionado por Cruz Roja, mientras el Ministerio de Sanidad continúa con la licitación definitiva. El equipo del 024 cuenta con un responsable, 11 supervisores y 26 operarios, todos ellos con amplia experiencia y conocimientos en la gestión de este tipo de intervenciones.

El suicidio es la primera causa de muerte no natural en nuestro país. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en el 2020 se registraron 3.491 muertes por suicidio en España —una cada dos horas— lo que supuso un 7,4 % más que en el 2019. Trescientas fueron de personas de entre 14 y 29 años, y 14 de niños. Atendiendo a las cifras de la Fundación Anar, de ayuda urgente a la infancia, en el 2021 hubo el doble de intentos y autolesiones entre menores de edad que en el 2020. Más de 7.000 adolescentes se pusieron en contacto con ellos para pedir ayuda.

El Cunqueiro participa en un proyecto nacional para la prevención del suicidio

La formación de médicos de primaria y campañas de información, entre sus líneas de actuación

El Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) ha puesto en marcha un proyecto para la prevención del suicidio en el que participan los hospitales Álvaro Cunqueiro de Vigo, Virgen del Rocío de Sevilla y Clínico Universitario de Valencia, que coordinan el proyecto en sus respectivas comunidades autónomas. El jefe de servicio de salud mental de Vigo, José Manuel Olivares, explica que se trata de unir fuerzas para prevenir el suicidio, prevenir el estigma, mejorar la educación en salud mental y fomentar la búsqueda de ayuda.

Esto incluye cuatro líneas de actuación: formación de médicos de primaria y de salud mental para reconocer las conductas suicidas, campañas de concienciación para el público general, formación para profesionales y facilitadores comunitarios (policías, periodistas, profesores...) y apoyo a pacientes y familiares de alto riesgo.