La Unión Europea reconoce que podría ser el período sin lluvia más severo de la historia reciente del continente
21 mar 2023 . Actualizado a las 10:44 h.Mientras se anuncia un otoño conflictivo por los cortes del gas ruso, otro gran problema se cierne sobre muchos países de Europa, incluyendo España. La sequía actual podría agravarse durante los próximos meses. Si en otoño no llueve la situación empeorará de manera drástica, ya que el déficit de precipitación que arrastran muchas regiones europeas, como Galicia, es ya muy elevado. En el Reino Unido están viviendo el período sin lluvias más severo desde 1976.
La Unión Europea acaba de publicar un informe en el que reconoce que la falta de precipitaciones está provocando que el contenido de agua del suelo se reduzca significativamente. Esto dificulta que las plantas extraigan agua, lo que genera un estrés generalizado en la vegetación. Algo que está ocurriendo en las tierras bajas de Italia, en el sur, centro y oeste de Francia, en el centro de Alemania y el este de Hungría, Portugal.
En España el volumen de agua almacenada en embalses es actualmente un 31 % inferior a la media de los últimos 10 años. El documento publicado por el Observatorio Europeo de la Sequía también destaca que el estrés por agua está reduciendo el rendimiento de los cultivos. El vicepresidente de la Comisión de la UE, Maros Sefcovic, advirtió recientemente que «la actual sequía en Europa podría convertirse en la peor de la historia».
La sequía podría empeorar por dos motivos fundamentales. Primero, porque desde mayo las temperaturas están siendo muy elevadas. El calor extremo activa procesos físicos que restan la cantidad de agua disponible. «Ademais da propia chuvia resulta moi importante a evaporación. A humidade que hai no solo é un balance entre a precipitación e o que evapora. Cando temos temperaturas tan altas aumenta a evaporación, o solo perde humidade e aumenta a seca. Ao mesmo tempo a seca provoca que haxa todavía máis calor porque a enerxía invertese en calor e non en evaporar a auga. Prodúcese polo tanto unha retroalimentación entre a seca e a calor que empeora a situación en ambos sentidos», señala Damián Insua, investigador del grupo de Física No Lineal de la USC.
Las temperaturas tan elevadas que se están registrando este verano en Europa, como durante la reciente megaola de calor, también generan otro tipo de retroalimentación. Una que tiene que ver con el anticiclón de las Azores, el responsable principal de la ausencia de lluvia. Algunos datos dan buena cuenta de la intensa anomalía que se remonta a comienzos de año. Entre enero y junio se ha registrado la alta presión más fuerte desde 1962. «Cando hai moita calor créase unha dorsal anticiclónica. Unha situación que coñécese como heat dome o cúpula de calor. A columna atmosférica onde se concentra o aire quente ocupa máis espazo, expándese e chega máis arriba. Isto provoca que en altura haxa unha zona de alta presión onde o aire está máis denso que ao seu arredor. Esta situación bloquea a chegada das borrascas», asegura.
El anticiclón lleva tiempo en una dinámica en la que cada vez se encuentra más cómodo y resulta más difícil de mover. Esto es algo que los modelos meteorológicos empiezan a reflejar en las previsiones a medio y largo plazo. La mayoría anuncian que el trimestre agosto, septiembre y octubre será más seco y caluroso. El modelo europeo ECMWF señala que existe entre un 60 % y un 70 % de posibilidades de que sean unos meses cálidos o muy cálidos.
Una de las razones que pueden explicar que las altas presiones estén tan reforzadas es La Niña. Estadísticamente, el evento oceánico que se desarrolla en el Pacífico ecuatorial está relacionado con un anticiclón de bloqueo en el Atlántico. Esto ocurrió durante la intensa sequía del 2011. Sin embargo, la Niña es un fenómeno que tiende a enfriar el planeta.
Lo que está llamando la atención de la comunidad científica es que se produzcan episodios de temperaturas tan altas coincidiendo con La Niña. Cabe preguntarse qué ocurriría si estuviese activo El Niño, que actúa justo en la dirección contraria, calentando el planeta. Lo que está ocurriendo solo se puede entender por el cambio climático.
La Agencia Meteorológica del Reino Unido verificó tras un estudio los 40,3 grados que se registraron el pasado 19 de julio. El informe destaca que «en un clima que no se vea afectado por el cambio climático inducido por la actividad humana, sería prácticamente imposible que las temperaturas en el Reino Unido alcancen los 40 grados, pero el cambio climático ya está provocando que las olas de calor en nuestro país sean más frecuentes, intensas y más duraderas».