Los juguetes de madera aún existen

Dani Cons, S.B. PONTEVEDRA

SOCIEDAD

Guillermo Rocha, artesano de juguetes de madera, en su taller de Romai (Portas)
Guillermo Rocha, artesano de juguetes de madera, en su taller de Romai (Portas) MARIA ARAGON

Guillermo Rocha, bisnieto del titiritero Barriga Verde, es un juguetero artesano que, a través de sus manos, construye juguetes de madera propios de antaño, como coches de carrera o barcos veleros

24 ago 2022 . Actualizado a las 13:07 h.

Los juguetes de madera han sido uno de los símbolos que han marcado un antes y un después en la infancia de muchas generaciones, en donde las nuevas tecnologías todavía no se habían instalado en la sociedad y, en la que todo niño, soñaba con algún coche o muñeca fabricada por este material.

Ahora, en los tiempos que vivimos, estos juguetes han evolucionando adaptándose a los nuevos gustos de este mundo tan tecnológico, adquiriendo formas que nada recuerda a aquellos bártulos de madera, que quedan ahora como recuerdos del pasado, algo que para Guillermo Rocha, es todo un presente.

Carpintero de profesión y bisnieto del titiritero José Silvent, más conocido como Barriga Verde, el nacimiento de su hijo Xabier, lo introdujo en el mundo de la juguetería artesanal. «Cansado de repararlle sempre os xoguetes de plástico ao meu fillo, cando tiña dous anos, fabriqueille un pequeno coche de fórmula 1 de madeira, xa que coñecía o material e sabía o que se podía facer con el», cuenta el artesano.

Fue a partir de ese momento cuando su interés por estos juguetes fue aumentando y de un fórmula 1 pasó a un coche triangular y después a un barco, hasta que, poco a poco, fue acumulando tal cantidad que acabó dando vida al que se ha convertido en su negocio actual, Artesanía Silvent, en funcionamiento desde el año 2018.

Desde entonces, todos sus productos los vende a través de su página web o en persona en las distintas ferias de artesanía a las que acude cada año, visitando distintas partes de Galicia, así como fuera del país, como Estocolmo o Londres. Sus juguetes, terminados y decorados al mínimo detalle, atraen la atención de muchos, que solicitan sus manos para crear productos personalizados, como regalos de boda o de jubilación.

Todos sus productos tienen ese aura tradicional que inevitablemente, para muchos, les recordará a su pasado. Sin embargo, este juguetero defiende la necesidad de estos en la infancia de cualquier niño, tanto antes como ahora: «A xente, para os nenos, apártanse moitísimo deste tipo de xoguetes. Cando saen do cole, o primeiro que lle meten é un móbil. Pero non se dan conta do beneficio que da a un neno un xoguete de madeira. E só os profesores de infantil ou os logopedas, saben realmente o que estes aportan nun neno».

Sin embargo, este juguetero admite pertenecer a una profesión complicada, donde las ventas cuestan y la artesanía sigue infravalorada. Ahora los talleres, que imparte en colegios o en su local, se han convertido en una nueva forma de divulgación, con los que está recibiendo un gran interés, tanto por los más pequeños de la casa como por lo más mayores.

Aunque vive en Caldas, pasa la mitad del día en su taller de Portas, donde este juguetero no para de innovar y cuenta ya con la ayuda de su pequeño Xabier, que ya fabricó su propio coche.

«Pode ser unha profesión moi difícil, pero a min gústame. Ver as caras dos nenos e maiores, as súas reaccións cando ven os seus xoguetes de infancia, é algo moi satisfactorio», termina Guillermo.