Una de las empresas privadas que está desarrollando su propio cohete lunar es SpaceX, conocido como Starship. Hace una década, el público podría haberse burlado de la idea de que la empresa de Elon Musk hiciese algo histórico. Pero hoy, SpaceX es el único viaje de la NASA a la Estación Espacial Internacional, y la agencia ha firmado con la compañía para lanzar varias de sus próximas misiones. No solo eso, la NASA también ha contratado a SpaceX para producir el módulo de aterrizaje que los futuros astronautas de Artemis utilizarán para pisar la superficie lunar, además de la nave espacial que ayudará a empujarlo hacia la órbita lunar.
La NASA ha establecido algunos plazos muy ambiciosos para el programa Artemis, y cada uno debe tomarse como un grano de polvo lunar, especialmente el objetivo para el primer aterrizaje, en el 2025. Todavía están trabajando en la tecnología de aterrizaje de SpaceX. Los trajes especiales todavía no se han terminado. Incluso el inodoro que finalmente se instalará en la cápsula Orion todavía está en pruebas.
El regreso triunfal a la Luna solo puede comenzar en un lugar: en la plataforma de lanzamiento, con un despegue exitoso del cohete. La NASA debe ahora esperar a que los técnicos completen varias reparaciones, incluido el reemplazo de un sello que evitaría que el hidrógeno líquido se escape.
Marina Koren periodista especializada en temas del espacio, incluidas las misiones de astronautas, exploraciones con robots y el sistema solar. © 2022 The Atlantic. Distribuido por Tribune Content Agency. Traducido por S. P.