La cuarta dosis llega a los vacunódromos gallegos: «Era mejor en el centro de salud»

SOCIEDAD

La campaña de refuerzo arrancó hoy en Galicia para los mayores de 85 años

07 oct 2022 . Actualizado a las 17:49 h.

Vuelven a abrirse los dos vacunódromos gallegos para recibir a los mayores de 85 años dispuestos a ponerse la cuarta dosis de la vacuna contra el covid. Para esta nueva campaña, el Sergas ha decidido cambiar el modelo y reabrir los recintos de vacunación masiva, en vez de llevarla a cabo en los centros de salud . Así ha sido la jornada en las diferentes áreas sanitarias de Galicia.

Vigo: «Era mejor en el centro de salud»

Sillas de ruedas, muletas y, sobre todo, muchos acompañantes en la nueva inyección contra el coronavirus

M.Moralejo

Ángel Paniagua

Este viernes por la mañana, Eva Rodríguez, 89 años, se levantó en Goián (Tomiño), acompañó a su cuñado (87 años, silla de ruedas) a la consulta de control del Sintrom, en el centro de salud del municipio; después, ambos se montaron en el coche del yerno de Eva y pusieron rumbo a Vigo, para recibir la cuarta dosis de la vacuna del coronavirus. Ella lo lleva con humor. «¿La vacuna? ¡Ay, que Dios nos guarde!», se ríe. Su yerno lo lleva con más resignación, dentro de su ruta sanitaria como taxista ocasional. «Venimos aquí porque nos mandan», dice en el vestíbulo del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, «pero lo ideal era sería ir al centro de salud». Es un trayecto de 40 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, con parada en el centro de salud donde sí les pusieron las dosis anteriores de la vacuna anticovid, pero no la cuarta.

Son los que reestrenan los vacunódromos gallegos. En Vigo está instalado provisionalmente en el Álvaro Cunqueiro, porque la celebración de Conxemar ha impedido montarlo en el Ifevi, como siempre. Allí reabrirá el día 17. En el Cunqueiro hay diez puestos de vacunación y se cita a 3.000 personas cada día, con festivos y fines de semana incluidos, mañana y tarde. Y el de hoy es el día de los acompañantes.

Salud Pérez, de 85 años, va en silla de ruedas. «Esto es un poco lejos, las otras veces me vacunaron en el centro de salud de Redondela, debía ser allí», dice. Lucila García, de 90, también en silla de ruedas, cogió un taxi desde el centro de Vigo con sus familiares. «¡Yo soy de Ponteareas y me mandan aquí!», se queja una señora que agarra las muletas y se escapa a toda prisa (es un decir) porque es su turno. También resignada, María del Carmen Crispín aguarda en la cola en su silla de ruedas, con su hijo. «Si hay que ponerse la vacuna...». Debe de ser una de las personas más jóvenes que se vacunan hoy. 81 años. En realidad, su cita era para la próxima semana, pero justo este viernes una consulta con el cardiólogo y le dejan aprovechar para ponerse la inyección. «Para las personas con movilidad reducida es difícil venir», confirma el hijo.

Una de las mayores es Argentina Fernández, de cien años. «Nunca fue a ninguna urgencia», presume su sobrina, hablando con el gerente del área sanitaria, Javier Puente, que abre los ojos incrédulo. «Estaba un poco asustada de tener que venir hasta aquí», dice la mujer, sentada en una silla de ruedas, «porque las piernas me fallan». Cogió un taxi con su sobrina y una cuidadora porque le llegó el mensaje con la cita, pero prefería que fuesen a casa a ponerle la inyección. No está segura de si ya padeció el covid. «Es que a esta edad, muchas veces se está mal», confía, «y cuando tuve algún catarro no sabía si fue por el virus». Dos años después de que el primer caso llegase a Galicia, cuando ya las mascarillas han quedado arrinconadas y las letras PCR han desaparecido de la conversación pública, la expresión «el virus» sigue sin dejar lugar a las dudas.

En el párking del Cunqueiro la primera media hora es gratuita, así que la mayoría se libra de pagar. El gerente explica que se ha acotado una zona solo para la vacunación, que queda justo debajo del vestíbulo principal, para facilitar todo el tránsito, y una persona dirige a los conductores en la puerta del aparcamiento. Además de los 3.000 que están citados hoy, otras 700 personas reciben el pinchazo en su casa. Se ofrece a todo el mundo la vacuna del coronavirus y la de la gripe. Ayer concluyó la administración de las inyecciones en las residencias, con 3.800 usuarios, y la experiencia dice que la participación es mayor en la antigripal: «Aproximadamente, el 97 % en la de la gripe y el 92 % en la del coronavirus», dice Javier Puente, que explica que hay gente que no se pone la del covid-19 porque padeció hace poco la enfermedad. 

Esto, sumado al desplazamiento al hospital, hace que la participación en el primer día sea escasa.

Aunque no a todo el mundo le parece mal el desplazamiento. Manuel (95 años) viene con su mujer desde Caldelas (Tui), ambos en sillas de ruedas. La hija de la pareja y su marido ejercen de chóferes. «El centro de salud [de Tui] nos queda más cerca, pero ya tenemos que coger el coche, así que no nos importa andar un poco más», dice el yerno.

Este colectivo de sillas de ruedas y muletas acude al mandato de las autoridades sanitarias por cuarta vez. Pero todavía hay quien llega con cierta ilusión. «¿Pero me pinchaste ya?», dice Carmen Figueroa (88 años) a la enfermera, con el ARN mensajero corriendo ya hacia sus células para comenzar la producción masiva de anticuerpos, algo que tarda dos semanas en lograr. Llega de Redondela con una de sus seis hijos, que la trae en coche. «Estamos acostumbrados a venir a Vigo, no nos cuesta tanto», dicen. Carmen tuvo el coronavirus, pero no se enteró. Se hizo una prueba después de un positivo en su casa y descubrió que estaba infectada, pero no lo notó. Fue después de vacunarse, aclara.

También lo tuvo Alfredo Rodríguez (86), uno de los pocos que vienen solos a recibir la cuarta dosis. «Sí que lo tuve, pero no me enteré», dice, con la cuarta dosis recién inyectada. «Está todo muy bien organizado», aplaude. En el hospital hay un circuito para que los pacientes hagan cola y se han instalado una decena de cabinas donde cada enfermera explica a los usuarios cómo es la vacuna, les pregunta si pasaron el covid y les ofrece también la inyección antigripal.

Decenas de taxis han tomado los viales del hospital.

Santiago:  «¿Mellor no centro de saúde? Iso nin se pregunta, isto é un incordio»

Unos 2.600 mayores de 85 o más años estaban citados este viernes en el Gaiás para la cuarta dosis; la vacunación de la gripe llegará a trece mil niños del área sanitaria de Santiago 

XOAN A. SOLER

Elisa Álvarez

Se pusieron todas las facilidades posibles: sillas de ruedas para personas con poca movilidad, un espacio para que pudiesen llegar los coches de los mayores que apenas pueden caminar, personal de protección civil... Pero la realidad es que los mayores de 85 años hubiesen preferido ponerse la cuarta vacuna del covid, o segunda de refuerzo, en su centro de salud, y no desplazarse al Gaiás, que reabrió su vacunódromo citando a 2.600 personas del área sanitaria de Santiago en la primera jornada.

La jornada transcurrió con tranquilidad, fluida pero con ritmo. En la Cidade da Cultura había doce puestos abiertos con opción a ampliarlo a 18, cubiertos por 24 enfermeras y cinco auxiliares. Victoria Carral, directora de enfermería del CHUS y coordinadora del proceso de vacunación, asegura que serán flexibles a la hora de inmunizar a la gente, «vacunamos a todo el que viene, aunque su cita sea para la tarde, para otro día o incluso a alguna persona que se tenía que vacunar en otro lugar». Todo para intentar que esta cuarta dosis cause las menos molestias posibles.

Aún así, los mayores de 85 insisten en que preferían ponerse esta protección en su ambulatorio habitual, «¿mellor no centro de saúde? Iso xa non se pregunta, isto é un incordio», dice Rogelio Blanco, de Noia, a quien tuvo que traer su nieta Antía, «o ano pasado puidemos vacinarnos no centro de saúde, e este vir aquí e depender da neta!», lamenta. Antía lo trae encantada, «non hai problema, pero é verdade que estou estudando e hai que adaptar os horarios».

XOAN A. SOLER

En otros casos, como el de Pura y Agustín, de Santiago, han tenido que recurrir a un amigo, «pero siempre hay que depender de una persona o coger un taxi», cuenta Agustín, que es quién acaba de recibir la vacuna, ya que su mujer aún no llega a los 85.

Lo que está claro es que estos productos funcionan y protegen a los mayores. De la media docena de entrevistados, ninguno tuvo el covid, y tampoco la gripe en los últimos años. De hecho, en estas jornadas de vacunación frente al covid se ofrece también la protección frente a la gripe, aunque no todos la quieren, «eu nunca me vacinei e non teño gripe», apunta Ramón Castaño, de 85, que vino en autobús desde Monforte de Lemos.

El Sergas insistió en que los mayores que no quieran desplazarse a los vacunódromos serán repescados por el sistema y se les citará en su centro de salud. No obstante, en el momento en el que reciben la notificación, este colectivo suele acudir. «Eu veño con miña nai e meu tío desde Serra de Outes, sei que podían ir ao centro de saúde e é moito máis cómodo, pero como xa llo dixera e estaban coa intención, pois quixeron vir», cuenta la hija y sobrina de Regina y Álvaro Domínguez, respectivamente. Los dos son nonagenarios, Regina tiene 90 y su hermano cumplió 93 años el 10 de junio. Ni enfermaron de covid ni últimamente de gripe, y sobre la posibilidad de llegar a ser centenarios, apuntan, «se chegamos así, si».

Tres enfermeras salen del recinto de vacunación para poner la cuarta dosis a los mayores que por problemas de movilidad ni siquiera pueden salir del coche. Es cierto que «somos selectivos», apunta Victoria Carral, porque los responsables del Gaiás no son partidarios de que suban muchos vehículos, pero dan todas las facilidades que pueden.

A Coruña: «Se mandan poñer a cuarta dose, será por algo!»

La campaña de refuerzo arrancó en el área sanitaria con 3.200 citados, máxima flexibilidad y una zona para casos de máxima dificultad para pinchar sin bajarse del coche.

 Miguel Estalote, parroco de Mezonzo (Vilasantar) de 90 años, este viernes antes de entrar en el recinto ferial de A Coruña para la administración de la cuarta dosis contra el covid-19.
Miguel Estalote, parroco de Mezonzo (Vilasantar) de 90 años, este viernes antes de entrar en el recinto ferial de A Coruña para la administración de la cuarta dosis contra el covid-19. Ángel Manso

R. Domínguez

Entre los 3.251 citados este viernes festivo en la ciudad _se conmemora a la patrona de A Coruña, la Virgen del Rosario_ a media mañana llamó la atención la larga y vetusta sotana del padre Miguel Estalote Gómez, párroco de 90 años de la iglesia de Mezonzo, en Vilasantar, donde sigue oficiando misa. «Es lo mío, se non, que vou a facer?», argumentó a las puertas del recinto ferial. Contó con la colaboración de un amigo para cubrir los cerca de 50 kilómetros que separan el pueblo de Expocoruña porque  «eu por alá ando co coche, pero meterme aquí na cidade….», explicaba sobre su disposición a cumplir con su cita con la cuarta dosis contra el coronavirus:: «Se mandan poñela, será por algo!; hai que obedecer», reflexionaba en voz alta. Con las tres anteriores «non tiven nada, nin reacción nin nada de nada» y aunque donde vive «hai pouca xente, non oín nada a ninguén» sobre posibles reticencias o dudas acerca de los beneficios, a la salida y ya con los dos pinchazos puestos, covid y gripe, en los brazos y sin dolor, animaba a acudir: «Home, que veñan, é unha pena que non veñan».

Miguel Estalote, cura de Mezonzo, en Vilasantar, de 90 años, entrando en Expocoruña para recibir la cuarta dosis contra el covid-19 y la vacuna de la gripe.
Miguel Estalote, cura de Mezonzo, en Vilasantar, de 90 años, entrando en Expocoruña para recibir la cuarta dosis contra el covid-19 y la vacuna de la gripe. Ángel Manso
 

El llamamiento a no relajar la guardia y completar el refuerzo de inmunización contra el covid-19 fue también reiterado por los profesionales sanitarios. El gerente del área sanitaria de A Coruña y Cee, Luis Verde, se encontraba a las 11 en el recinto y explicó que el dispositivo se organizó pensando en llevar a cabo «unha vacunación de ataque, para chegar ó maior número de personas no menor tempo posible e conter a posibilidade de infección» en un primer momento para, ya después, continuar la campaña citando en los centros de salud o acudiendo a los domicilios de los más mayores que no puedan desplazarse al vacunódromo. «Hai que sensibilizar e concienciar sobre a importancia que tén vacunarse, porque se ben é certo que os casos que temos agora non son tan graves, é moi importante por precaución, sobre todo para persoas con patoloxías previas de base», resumió. 

Luis Verde, gerente del área sanitaria de A Coruña y Cee, ante Expocoruña con motivo de la primera jornada de administración del a cuarta dosis contra el covid-19 a mayores de 80 años.
Luis Verde, gerente del área sanitaria de A Coruña y Cee, ante Expocoruña con motivo de la primera jornada de administración del a cuarta dosis contra el covid-19 a mayores de 80 años. Ángel Manso

Precisamente dado el perfil de usuarios que estrenan la nueva convocatoria de refuerzo contra el coronavirus, «deseñamos o operativo pensando na axilidade , pero tendo en conta o tipo de persoas que estamos citando, temos un número importante de profesionais de enfermería vacunando, pero espaciamos as citas para que se faga de xeito ordenado e tranquilo e para que non teñan que agardar», añadió Verde. 

Cada 4 minutos estaban programadas en la jornada inaugural las citas en los 23 boxes abiertos en el multiusos coruñés, donde la enfermería constataba que «a xente ven con moi boa disposición», comentó Enrique González Rodríguez, director de Enfermería del Chuac, que también insistió en que «intentamos dar a máxima facilidade» e incluso se vacuna a personas de la franja de edad convocada, mayores de 80, aunque no acudan justo en la hora y día de la cita. Además, el área sanitaria instalará en uno de los laterales una reserva de plazas para que aquellas personas con mayores problemas de movilidad puedan ser inmunizadas sin salir del coche

José Daniel Pérez, de 91 años, también acudió a pincharse en la primera jornada de la cuarta dosis contra el covid-19 en Expocoruña.
José Daniel Pérez, de 91 años, también acudió a pincharse en la primera jornada de la cuarta dosis contra el covid-19 en Expocoruña. Ángel Manso

«Están acudiendo de forma tranquila y sin esperas, ya son expertos en todo, llegan sabiendo lo que se van a encontrar, todo va más fluido y vienen contentos», aseguró una de las enfermeras vacunadoras, Silvia Vázquez, quien valoró que «es importante intentar llegar a mucha gente en poco tiempo para el control de la epidemia» e insistió en que, en cualquier caso, aquellos que no puedan acudir podrán recibir el pinchazo en su centro de salud, para lo que todavía no hay fecha,  en sus propias casas. «En un servicio más que se ofrece a toda la población y aunque no sabemos las fechas exactas, se hará», dijo. 

Manuela Muíño, de Carballo, recibiendo su cuarta dosis contra el covid-19 en Expocoruña.
Manuela Muíño, de Carballo, recibiendo su cuarta dosis contra el covid-19 en Expocoruña. Ángel Manso

El buen talante lo demostraron muchos de los que en la primera jornada acudieron a Expocoruña, como José Daniel Pérez, de 91 años, que describió la experiencia con un «formidable» o Manuela Muíño, llegada desde Carballo y que prefiere mantener al vecindario con la incógnita sobre su edad. Eso sí, pidió a la enfermera que el pinchazo del covid se lo pusiera en el brazo izquierdo y el de la gripe en el derecho «para poder planchar, traballar ¡e máis para ir de paseo!». La vacunadora le explicó que era mejor justo al revés porque «la de la gripe da más reacción que la del covid» y se fue muy satisfecha porque, en su caso, no tenía cita hasta el 16, pero aprovechó el viaje de un vecino para llegar hasta el recinto. A su lado, Daniel López Rama, de 94 años y también de Carballo, acudió en esta ocasión rápido pese a que, como él mismo contó, «coa primeira dixen rotudamente que non a puña, que non quería saber nada, pero non tardei oito días en cambiar de opinión ao ver o que estaba pasando». Dejó Expocoruña, como comentaba su hijo, José López Andrade, «preparado para o inverno». Con la cuarta dosis del covid y la gripe puestas.  

Como ellos, así se seguirá haciendo en las próximas semanas, en las que Expocoruña permanecerá abierto de lunes a domingo, incluidos festivos, pinchando en principio de 9.00 a 14.00 horas y de 15.00 a 20.00, aunque no se descarta que en las próximas jornadas se decida no interrumpir los pinchazos ni durante la hora reservada para comer. A medida que se vayan cubriendo grupos de edad, se irán incrementando el número de citados cada día para dar mayor agilidad a la campaña. «Ahora mismo son sobre 3.000 cada jornada, menos de la mitad de los que llegamos a tener en anteriores dosis con la gente más joven», explicó Verde. El objetivo, proporcionar inmunidad al mayor número de los 170.000 vecinos del área sanitaria de A Coruña y Cee que superan los 60 años de edad. 

Arranca la vacunación en Pontevedra: «La gente mayor es muy agradecida»

Afluencia sin aglomeraciones para poner la segunda dosis de recuerdo del covid y la de la gripe en el edificio administrativo de Campolongo

Cristina Barral

Sara Blanco es enfermera especialista en comunitaria. En uno de los puestos habilitados para recibir el pinchazo comenta, sobre las diez y media de la mañana, que los citados el primer día en el edificio administrativo de la Xunta en Campolongo, en Pontevedra, son muy agradecidos. La mayoría supera los 85 años. «La gente mayor es muy agradecida y ven la vacunación como un acto más», señala. La enfermera, tras vacunar a un matrimonio al que acompaña su hijo, indica que en este llamamiento se va a ser «más flexible que antes» en cuanto a los horarios. «Estamos poniendo el segundo refuerzo del covid (cuarta o tercera dosis, según el caso) y también la de la gripe. Una vacuna en cada brazo». Explica que normalmente la vacuna de la gripe suele dar más reacción, por lo que se opta por ponerla en el brazo no dominante, esto es, en el caso de una persona diestra se le pondría en el brazo izquierdo y la del covid en el derecho. También aprovecha para lanzar un mensaje de tranquilidad sobre las reacciones: si en las anteriores no tuvo problemas, ahora tampoco. «Es lo mismo, incluyendo la variante ómicron», añade Sara Blanco.

Algunas personas mayores de 85 años llegan al vacunódromo de Campolongo en taxi, otras en coches de familiares y otras andando. En la entrada, además de preguntar por la cita, se ofrece una silla de ruedas a quien tenga problemas de movilidad. «No hubo colas porque como se ofreció repesca en los centros de salud algunos prefieren esperar», dicen en la puerta. Ya dentro, se han habilitado doce puestos de vacunación aunque no todos están operativos. María Rosa Sánchez, de 86 años, natural de Redondela aunque residente en Pontevedra, sale ya con sus dos vacunas puestas. Pasó antes de la hora de su cita y no le pone peros al cambio de lugar. «Antes tenía que coger un taxi para ir A Parda, y ahora me queda al lado de casa porque vivo en Campolongo», señala. No tuvo dudas a la hora del pinchazo y tampoco teme a sus efectos. «Antes no tuve problemas y me dijeron que si me duele la cabeza tome un paracetamol», cuenta Rosa.

Salvador Sanjorge, de 90 años, es de Marín, aunque vive en Pontevedra. Sale también acompañado. «No tuve dudas, cuando me avisaron anteayer ya lo tenía claro». José Aldao, que peina 89 años, es de Lourizán. Cuenta que estuvo embarcado trabajando en máquinas y que fue todo muy rápido. «Como las otras veces», dice. Dentro del recinto está descansando en una silla Carmen Grandal, de 85 años. Es de Estribela, en Pontevedra. Hace tiempo pasó el covid, afortunadamente leve. Se puso las dos vacunas. A su lado está Manuel, sujetándole el bolso. Aclara que es su «compañero de fatiga» y desvela que son pareja y que están los dos viudos. Él tendrá que esperar porque cumplirá 80 el próximo año. «Si empieza a hablar no para», apunta Carmen. Ambos viven en Marín y se desplazaron a Pontevedra en autobús.

Por el vacunódromo también pasó el gerente del área sanitaria, José Flores, que estuvo acompañado por la coordinadora de vacunación, la enfermera Marina González. «Volvemos aos grandes recintos, en Pontevedra e tamén hoxe en Fexdega, en Vilagarcía», dijo. Destacó Flores que Galicia es una de las comunidades autónomas que ofrecen las dos vacunas, la cuarta del covid y la de la gripe, y que para facilitar el acceso y el aparcamiento se han tomado medidas. No hay una estimación cerrada para la vacunación de los distintos grupos de edad. Solo adelantó que el proceso iniciado hoy se prolongará en principio hasta el 11 o 12 de noviembre, aunque habrá repescas en centros de salud cabecera de comarca y en domicilios. Este viernes los citados en Pontevedra fueron 1.342.

   

El gerente del área sanitaria, José Flores, este viernes, en el vacunódromo de Campolongo, en Pontevedra
El gerente del área sanitaria, José Flores, este viernes, en el vacunódromo de Campolongo, en Pontevedra Ramón Leiro

Vuelve a haber un paciente con el virus en la uci y los casos activos se elevan a 169 

Desde el pasado 16 de septiembre no había en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés ningún paciente infectado con el virus SARS-CoV-2 que necesitara atención en la unidad de cuidados intensivos (uci) del hospital Montecelo. Según el informe del Sergas de este viernes, hay una persona con covid en críticos y otras 15 ingresadas en habitaciones de planta de varios hospitales. En concreto, son 11 en los dos del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP) y 4 en el comarcal de O Salnés, en Vilagarcía.

En cuanto a la incidencia del covid, se produce un pequeño incremento de casos activos, que pasan de 157 a 169. No obstante, el número de nuevos contagios diarios se redujo de 19 a 14 en las últimas 24 horas. Cabe recordar que el vigente protocolo solo incluye los positivos de las personas mayores de 60 años o vulnerables. Los que afloran en autotest pueden comunicarlo a la Administración si lo consideran, pero no es obligatorio. Desde el inicio de la pandemia, en marzo del 2020, las personas infectadas que han superado la enfermedad y se han curado son 76.422, mientras que otras 342 han perdido la vida a causa del virus.

Baja asistencia de momento entre los mayores de 85 años citados para vacunarse en el hospital de Burela

Hasta las 11.30 de este viernes estaban citadas 140 personas y acudieron en torno a 70, pero confían en que a lo largo de la jornada la presencia sea mayor

 

Este viernes es el primer día de vacunación de la cuarta dosis de refuerzo frente al covid para las personas mayores de 85 años. En el Hospital Público de A Mariña, donde están citados este viernes 528 mayores, la asistencia es baja por el momento. Hasta las 11.30 de la mañana estaban citadas 140 personas mayores para recibir la vacuna y apenas acudió la mitad, en torno a 70.

En el hospital atienden de mañana y de tarde y confían en que la asistencia sea mayor con el paso de las horas. Son personas que por su edad precisan de quienes las trasladen hasta el hospital mariñano desde toda A Mariña. Para el sábado están citadas otras 528 personas mayores de 85 años y otras tantas el domingo, también de mañana y tarde. 

Hubo algunas quejas entre quienes piden que las vacunaciones puedan realizarse en los centros de salud respectivos para mayor comodidad de los mayores y de sus familias. El PSOE lucense lo vienen demandando. El Sergas da esa opción entre aquellos mayores que por alguna imposibilidad no puedan trasladarse al hospital.