El proyecto de dos emigrantes retornados se acerca a la veintena de reconocimientos internacionales
25 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Dicen que el auténtico premio es que sus fotografías transmitan la esencia del protagonista. Que en esa imagen esté la historia de su vida o, como en este caso, una de esas profesiones que llevan tatuado el sacrificio.
Mariano Fuentes (Buenos Aires, 1978) y Maribel González (Ciudad de México, 1973), nieto e hija de emigrantes gallegos, ven reforzado el proyecto que les trajo a casa. Su estudio, Dos Marías Arte Fotográfico, creado en el 2018 en el concello ourensano de San Amaro no deja de sumar premios. Tantos como 19. El último, con un retrato que es una auténtica explosión de color y que le da protagonismo al trabajo y al modo de vida que hay detrás del deporte. «Siempre me llamó la atención el culturismo, ese nivel de desarrollo muscular. Tanto visualmente como la esencia de su historia», dice Mariano sobre el retrato premiado. Ese reconocimiento es el Cosmos Awards. «Nos anima porque quienes están detrás son fotógrafos muy buenos a nivel mundial. Son los grandes gurús que te dicen ‘por ahí vas bien’», explica Maribel.
Fantasía en equipo
De esa curiosidad de Mariano por el culturismo surgió este retrato en plena pandemia. La primera misión fue localizar a la protagonista. Tras un intento fallido, y a través de la federación, apareció ella. «La verdad es que fue muy amable y pronto se animó a meterse en el proyecto. Buscamos que en la foto su cuerpo se vea bello, aunque ya lo tiene increíble, pero queríamos algo muy visual», explican. Ella es la ferrolana Andrea Tojeiro, campeona nacional de culturismo e integrante de la selección española en esta disciplina.
Con la modelo implicada en el proyecto, arrancó la idea artística. Mariano se encargó de los reflejos sobre su piel. «Mi visión era jugar con las luces y los colores. También con su cuerpo. El resto se fue acomodando». Se refiere a lo que aportó cada miembro del equipo. «Podemos partir de una emoción o de un mensaje. La verdad es que nos gusta trabajar con más artistas porque, entre todos, vamos creando», dice Maribel. Y es que una parte muy importante tenía que ver con el maquillaje, obra de la ourensana Jessica Feijoo. «Andrea iba con un maquillaje corporal completamente hecho de plata. Le llegaba hasta la cara. Le pusimos además un top como de papel de plata y, en el pelo, una coleta a juego», relata Maribel. «Necesitábamos que la piel y el pelo tuviesen ese efecto reflectante. El cuerpo, por ejemplo, tenía que estar en todo momento hidratado», añade Mariano. Un trabajo de una jornada que comienza por conocer bien a la modelo y reafirmar su historia. «Charlamos, tomamos café... necesitamos que se sienta a gusto. A Andrea le sorprendió mucho el resultado y eso es lo más bonito para nosotros».
Su historia
Mariano y Maribel siempre mantienen que los premios «dan fuerza», pero que mantener un proyecto artístico es «una valentía». Ellos decidieron seguir el camino de su sueño cuando sus profesiones poco tenían que ver con este ambiente. «Veníamos de mundos muy distintos. Yo estudié derecho jurídico empresarial y estuve trabajando en planificación fiscal internacional en grandes empresas, pero tuve una crisis a todos los niveles». Ese conflicto vital llevó a Maribel a la India e incluso a trabajar como voluntaria con las misioneras de la caridad. También al yoga y a la meditación. Mariano trabajó como director de arte en una agencia de publicidad pero, por una carambola, pasó 14 años como tripulante de Aerolíneas Argentinas.
Todavía sin tener claro su futuro laboral, estos dos gallegos aterrizaron en el pueblo de origen de Maribel, San Amaro. «Necesitábamos un sitio donde anclarnos. Y eso que, cuando yo llegué en el 2018, estuve aquí dos semanas solo y no paró de llover. Me preguntaba, ‘¿qué hago yo aquí?'», recuerda entre risas Mariano. Lo que definitivamente les dio el empujón hacia lo suyo, los retratos, fue una exposición de Rembrandt a la que asistieron en el Rijksmuseum de Ámsterdam. «Fue una casualidad. Para visitarla había que tener cita y, de repente, a una señora le sobraban dos entradas. El dramatismo de las obras, cómo juega con la luz, nos tocó mucho».
Ahora siguen su camino con paso firme dedicándose sobre todo al retrato artístico y al corporativo. La publicidad también ha llamado a su puerta con una campaña sobre rostros gallegos que puso en marcha Aceites Abril. «Son retratos que buscan dar visibilidad a los productores gallegos. Desde las mariscadoras, el mundo del pan, los pimientos de Herbón, la patata de Xinxo... La firma nos conoció por la prensa y lo que querían eran unas imágenes más bien dramáticas, dándole el protagonismo a las personas y su actividad. También, cómo el aceite ensalza el trabajo de esa gente. Es una campaña muy bonita y nos sentimos muy en sintonía con sus valores», comentan.