Drogas, alcohol y un fallo cardíaco: el infierno de Matthew Perry, Chandler en «Friends»
SOCIEDAD
El actor revela en su libro de memorias sus años de lucha contra las adicciones y cuenta que tuvo que retirarse de la superproducción de Netflix «No mires arriba» porque su corazón dejó de latir durante cinco minutos
26 oct 2022 . Actualizado a las 18:43 h.Los actores de Friends llevaron el buen humor a los hogares del mundo durante los diez años que la serie estuvo en emisión y, posteriormente, en las numerosas reposiciones y visionados de sus capítulos en las plataformas digitales. Pero Matthew Perry, conocido por su personaje de Chandler Bing, ha bajado en todo este tiempo a los infiernos y ha decidido hablar de ello en su próximo libro de memorias.
Perry tenía 24 años cuando se metió por primera vez en la piel de aquel personaje recordado por sus chistes y su sentido del humor. Entonces, según reconoce ahora, ya era alcohólico, pero aún creía tener el control de la situación. «Podía manejarlo, más o menos. Pero a los 34 años, ya estaba metido en un montón de problemas», asegura en el libro Amigos, amantes y aquello tan terrible, que acaba de salir a la venta en Estados Unidos y llegará a España el 17 de noviembre, publicado por la editorial Contraluz.
Matthew Perry desvela en estas memorias que arrastra desde su juventud graves problemas con las drogas, que ha pasado por rehabilitación quince veces y que tocó fondo hace cuatro años, cuando estuvo dos semanas en coma debido al consumo excesivo de alcohol y opiáceos.
Cuenta que, durante la década que pasaron compartiendo trabajo, sus compañeros de reparto fueron comprensivos y tuvieron mucha paciencia con él. «Fueron como pingüinos. Cuando un pingüino está enfermo, los otros pingüinos lo rodean y le ayudan a enderezarse, caminan a su alrededor hasta que puede caminar por sí mismo. Eso es lo que hizo el reparto de Friends por mí», afirma. Asegura también que Jennifer Aniston ha sido la que más se preocupó por su salud a lo largo de los años. Con todos ellos se reunió de nuevo para el programa especial del reencuentro de Friends, que HBO estrenó en mayo del 2021.
Su peor momento llegó en una de las últimas temporadas de la serie, cuando llegó a tomar 55 pastillas de Vicodin al día y llegó a pesar 58 kilos. Solía mentir a varios médicos diferentes para conseguir esos fármacos. «No sabía cómo parar. No podía parar porque la enfermedad y la adicción son progresivas. Así que iba empeorando a medida que me hacía mayor», cuenta.
En una entrevista con la revista People, Perry asegura que quería compartir su experiencia cuando se sintiera a salvo de no volver a caer «en el lado oscuro» y revela que cuando sobrevivió de milagro, los médicos le dijeron al ingresar en el hospital que sus posibilidades de superarlo eran de un 2 %. «Digo en el libro que, si hubiera muerto, algo que estuvo a punto de suceder, impactaría a la gente, pero no sorprendería a nadie. Y vivir con eso da mucho miedo. Así que espero que la gente se identifique con eso y sepa que esta enfermedad ataca a todos. No importa si tienes éxito o no, a la enfermedad no le importa», ha afirmado en la entrevista.
Reconoce que si ha conseguido llegar hasta aquí y hablar claro de sus problemas ha sido porque se gastó alrededor de 9 millones de dólares en su proceso de desintoxicación. En la novena temporada de la serie, en el 2002, obtuvo una nominación a los Emmy. Aquella fue la única temporada en la que consiguió mantenerse sobrio todo el tiempo. «Eso debería haberme dicho algo», lamenta ahora.
El actor también revela cómo una grave crisis de salud lo obligó a quedarse fuera de la película No mires arriba, el gran éxito de Netflix que se estrenó el pasado mes de diciembre. Después de unos años de escaso trabajo en el cine, aquel filme le iba a permitir compartir cartel con Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence y Meryl Streep, entre otros. Iba a ser la mayor película de toda su carrera.
Perry había llegado a grabar una escena con Jonah Hill en la que interpretaba a un periodista republicano, pero sufrió un fallo cardíaco asociado a su adicción a la hidrocodona. En una intervención hospitalaria, los médicos le administraron otro fármaco que, combinado con ese opioide, hizo que su corazón dejara de latir durante cinco minutos. «Me contaron que un tipo suizo muy pesado no quería que el tipo de Friends se muriera en su camilla, así que me hizo la reanimación durante cinco minutos, golpeando y machacando mi pecho», escribe y confiesa que el médico le salvó la vida, aunque le rompió ocho costillas. Cuando se recuperó de aquello, no volvió a trabajar en la película de Netflix y la escena que había grabado no se incluyó en el metraje final.