Arranca la cumbre del clima en Egipto, «un desierto de derechos humanos»

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

SOCIEDAD

La hermana de Fattah sostiene una foto suyo para pedirle a las autoridades de Reino Unido que medien en su liberación
La hermana de Fattah sostiene una foto suyo para pedirle a las autoridades de Reino Unido que medien en su liberación

El preso político Alaa Abdel Fattah lleva al extremo su huelga de hambre

06 nov 2022 . Actualizado a las 13:42 h.

La cumbre del Clima de la ONU COP27 comienza hoy en la célebre ciudad turística de Sharm el Sheij, en la costa del Mar Rojo. Se trata de un acontecimiento internacional de la máxima importancia en la lucha por frenar el cambio climático.

La conferencia continuará hasta el día 18, pero su punto álgido serán las citas de mañana y pasado a las que asistirán los jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la jefa del Gobierno italiano, Giorgia Meloni y el presidente de EE.UU. Joe Biden, o el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.

Pero incluso antes de que comience, la COP27 está recibiendo críticas desde varios frentes. En primer lugar, porque se celebra en Sharm el Sheij, símbolo del turismo globalizado, y en Egipto, un país que, como tuiteó Amnistía Internacional España, «se esfuerza por lavar su imagen acogiendo la COP27, pero no cuela: en verdad es un desierto de derechos humanos». Según el diario británico The Guardian, el gobernador de la región presumió recientemente en un canal de televisión local de lo exhaustivos que serán los registros de todos los visitantes que entren por tierra.

Egipto es uno de los regímenes más autoritarios del Mediterráneo, como demuestra el caso de Alaa Abdel Fattah, informático y activista por los derechos humanos y la democracia que se convirtió en uno de los rostros más conocidos de la revolución que derrocó a Mubarak en el 2011, y que ha pasado la mayor parte de los últimos diez años entre rejas. Abdel Fattah no es el único: las organizaciones de derechos humanos calculan que hay al menos 60.000 presos políticos en Egipto.

Durante más de siete meses, el activista ha estado en huelga de hambre, ingiriendo solo 100 calorías al día. Sin embargo, hace unos días dejó de comer por completo, y anunció que también dejará de beber desde hoy, el primer día de la COP27.

Su hermana, que lleva meses impulsando una campaña para que Londres presione a El Cairo para que libere a Abdel Fattah (ciudadano británico además de egipcio) teme que su hermano muera en prisión.

Abdel Fattah escribió recientemente a la familia una carta en la que hablaba de la crisis climática y de las devastadoras inundaciones que afectaron a Pakistán en septiembre. Pero la carta nunca llegó a su destino.

Activistas de toda Europa critican el hecho de que Egipto acoja la conferencia. La organización Human Rights Watch pidió a la ONU que desarrolle unos «criterios de derechos humanos para los países que acojan la próxima COP».

Riccardo Noury, portavoz de Amnistía Internacional Italia, declaró a La Voz: «Es absurdo convocar una cumbre mundial sobre una crisis, la del clima, en un país donde hay otra crisis, la de los derechos humanos. Está claro que cualquier decisión que se tome desde el punto de vista climático se verá ensombrecida por la represión en curso, por lo que pueda ocurrir con las protestas y, sobre todo, por la posible muerte en prisión de Alaa Abdel Fattah».