Los catedráticos África González y Rafael Toledo explican como funciona la respuesta inmunitaria
06 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La principal pregunta a la que tienen que responder ahora los gestores sanitarios es qué hacer con los menores de 60 años, aunque cada vez son más los expertos y las evidencias científicas que apuntan al nulo beneficio que supone inyectarles una nueva dosis.
Para la catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo África González, «no es bueno seguir abusando», más cuando «no estamos en situación de riesgo ni lo vamos a estar ya», porque el SARS-CoV-2 dejó de «ser un patógeno nuevo y nuestro sistema inmunitario ya lo conoce y se adapta para responder a él».
González sí entiende que se vacune —de hecho ya se está haciendo— a los mayores y a «personas con enfermedades graves, tratamientos inmunosupresores, un trasplante...», por dos motivos fundamentales: «Porque responden peor a la vacuna y porque si se infectan la enfermedad es más grave». Define su sistema de defensas como «un ejército de soldados envejecidos, que tiene muchos generales, muchos coroneles... pero corren peor, ven peor...». De hecho, normalmente estos medicamentos se les aplican de manera distinta. La vacuna de la gripe, por ejemplo, «contiene una dosis cuatro veces mayor» y en otras «se utiliza un adyuvante potente». Pero en el caso del covid, por las prisas y porque las fórmulas obtenidas que funcionan «se utilizan las mismas para todos» y la solución encontrada ha sido darles refuerzos a los más vulnerables, según reseña la especialista.
Sin embargo, y más con la variante ómicron, que está generando un mayor número de casos asintomáticos y leves, las personas jóvenes, «más si ya se han contagiado», tienen defensas suficientes. «Las células de memoria inmunitaria están ahí. Tardan unos días en ponerse en marcha, pero al final se resuelve con un catarro de dos, tres días y aquí no ha pasado nada», resume González de manera sencilla.
El catedrático de Parasitología de la Universidad de Valencia Rafael Toledo tiene una opinión muy parecida. Para él «la gran diferencia de este coronavirus con respecto a los otros con los que convivimos es que no habíamos contactado nunca con él, y eso se pasa con el tiempo». Explica que la respuesta inmunitaria celular «es mucho más efectiva y más rápida» que la que genera elevar constantemente por medio de las vacunas los niveles de anticuerpos, «que son una parte de la barrera, pero ni mucho menos la más importante». Con los mayores y los inmunodeprimidos se hace porque no queda otra, pero con los jóvenes no le ve sentido.