«Aquí Pablo Milanés era máis coñecido como o xenro de Federico que por ser una lenda da música»

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. ALVITE MAZARICOS / CORRESPONSAL

SOCIEDAD

cedida

El cantautor disfrutaba como uno más cuando venía a Mazaricos, el pueblo de su esposa Nancy Pérez

23 nov 2022 . Actualizado a las 09:11 h.

A Pablo Milanés le encantaba venir a Mazaricos. Disfrutaba, según comenta un allegado que lo trató mucho, del paisaje, de la tranquilidad, de la posibilidad de pasar totalmente desapercibido entre los escasos 200 vecinos del núcleo de Pino de Val, el lugar de nacimiento de su esposa Nancy y donde todavía residen sus padres, una familia muy conocida en la zona tanto por la actividad del suegro del cantautor como por ser también el origen del actor y cómico Fede Pérez.

«Aquí era máis coñecido por ser o xenro de Federico, o pintor ou o cuñado de Fede, o humorista, que por ser unha lenda da música cubana. Viña moitos días, sentábase nunha mesa, pedía un zume e lía o periódico con total tranquilidade, pasando totalmente desapercibido para o resto da clientela», comenta José Luaces Val, que hasta hace poco regentaba el Barallas, uno de los bares más emblemáticos del municipio y uno de los lugares que más solía frecuentar uno de los fundadores de la Nueva Trova Cubana. «Era reservado pero, ao mesmo tempo, moi próximo. Non era dos que arrincaba unha conversa, pero non tiña problema en participar nela se o facía outro», señala el hostelero que reconoce haber escuchado de boca del propio artista lo inspirador que le resultaba visitar tierras mazaricanas.

«Polo visto, daba grandes paseos e cando chegaba á casa, subía á última planta da vivenda familiar —un edificio que en su día acogió uno de los pubs más frecuentados de la zona— e tocaba a guitarra e compoñía cancións», apunta Luaces Val, en una afirmación que otros vecinos confirman haber escuchado de boca de Palmira, la suegra de Milanés que también corrobora la especial atracción que el cantautor sentía por Galicia.

Comienza la relación

La relación comenzó en 2004, cuando conoció en La Habana a Nancy Pérez Rey (Mazaricos, 1973), por aquel entonces, una joven historiadora que investigaba la primera llegada masiva de emigrantes gallegos a la isla caribeña a finales del siglo XIX. «Coñecéronse e creo que houbo un frechazo total porque ela non dubidou en deixar todo o que tiña aquí —había contraído matrimonio dos años antes con un joven del municipio— e quedarse en Cuba. Cónstame que, ao principio, foi moi duro para ela, pero sempre dixo que fixera o que lle dicía o seu corazón», señala una amiga de la localidad que destaca la simpatía y bondad que siempre ha mostrado Nancy. «É unha persoa encantadora, sempre co sorriso na boca. É moi amable e dunha bondade infinita», señala.

Buena prueba de ello es que la mazaricana no dudó en donarle un riñón con el fin de que el artista pudiese superar la grave enfermedad renal que padecía. El trasplante se realizó en 2014 en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña, una circunstancia que acrecentó aún más la relación afectiva del artista con Galicia. De hecho, su recuperación tuvo lugar entre Madrid, Vigo y Mazaricos, el municipio al que nunca dejó de viajar aunque sus salidas por la localidad se redujeron mucho.

«Sabíase que estaba enfermo, pero ninguén sabía dos pormenores ata que saíu todo publicado no periódico. Algunha vez se deixou ver paseando aos nenos —fruto de la relación tuvieron dos hijos gemelos en 2009— pero moito menos que antes, cando era raro o día que non subía por esa costa e traía aos cativos comprar larpeiradas», apunta Marcos Rodríguez que reconoce haber atendido al autor de Yolanda muchas veces en la gasolinera donde trabajaba. «Era un tipo encantador, extremadamente educado e cordial. Viña cada pouco paseando cos cativos. Se non había apuro, preguntáballe calquera cousa e botábamos un anaco falando. A min caíame moi ben».

La noticia del fallecimiento de Pablo Milanés fue de lo más comentado ayer en los bares de Mazaricos, el ayuntamiento bonito y tranquilo por el que pasó discretamente, sin llamar la atención, como a él le gustaba. Aún así, como si de un vecino más se tratase, fueron muchos los que no quisieron dejar pasar la oportunidad de mostrar sus condolencias a su familia política. Sucede a menudo con los grandes artistas a los que no siempre es necesario conocer para lamentar su desaparición.