El reconocido artista jesuita Rupnik, acusado de ser un depredador sexual

darío menor COLPISA

SOCIEDAD

Este religioso esloveno célebre por sus mosaicos habría abusado durante años de varias religiosas de una congregación de la que era director espiritual

20 dic 2022 . Actualizado a las 21:10 h.

 El jesuita esloveno Marko Rupnik, uno de los más reconocidos artistas contemporáneos de la Iglesia católica, se habría comportado como un depredador sexual durante años con religiosas de una congregación en la que ejercía como director espiritual fundada en Eslovenia, la Comunidad Loyola.

Los supuestos delitos de índole sexual cometidos por Rupnik, que estarían acompañados de abusos de conciencia y de poder, se habrían visto favorecidos por el encubrimiento de algunos exponentes tanto del Vaticano como de la Compañía de Jesús, la congregación religiosa de Rupnik y a la que también pertenece el Papa Francisco. Esta institución invitó el pasado lunes a las víctimas a presentar denuncias a un equipo de expertos creado específicamente para estos casos con el objetivo de escucharlas «con comprensión y empatía», según explicó el jesuita belga Johan Verschueren, superior de Rupnik.

El anuncio llega días después de reconocer que sobre el artista esloveno pesan restricciones en sus tareas como sacerdote, por lo que ya no puede confesar ni dirigir ejercicios espirituales, a pesar de que una investigación realizada por la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), el 'ministerio' de la Santa Sede encargado de juzgar los abusos, concluyó el pasado mes de octubre que habían prescrito los delitos de los que se le acusaba.

Fuentes vaticanas consultadas por este diario consideran que no se actuó con la debida firmeza en el caso debido en parte a que Rupnik cuenta con amigos personales y hermanos jesuitas en la CDF. Hay miembros de esta congregación que también lamentan que durante décadas la propia Compañía no hubiera impedido que surgiera «un gurú» entre sus filas, capaz de utilizar su gran carisma para someter psicológicamente a diversas consagradas de la Comunidad Loyola para abusar luego de ellas sexualmente.

Excomulgado y readmitido

El propio Rupnik ha confesado que absolvió durante la confesión a una mujer con la que había mantenido relaciones sexuales, un pecado muy grave para un sacerdote, lo que supuso su excomunión latae sententiae (automática), levantada poco después tras haber reconocido su culpa y arrepentimiento. Es algo que confirmó la semana pasada el superior general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, al hablar con un grupo de periodistas del escándalo que tiene como protagonista a este jesuita célebre por sus mosaicos, expuestos en el Palacio Apostólico del Vaticano y en la catedral de La Almudena de Madrid, entre otros lugares señalados.

Los abusos cometidos por Rupnik habrían tenido lugar tanto en Eslovenia como en Roma, adonde fue trasladado a finales de los años 90 tras los primeros casos y donde impulsó el Centro Aletti, su prestigiosa escuela de arte y espiritualidad. Una de sus víctimas, una exconsagrada de la Comunidad Loyola, denunció bajo condición de anonimato en el diario italiano Domani los abusos sufridos durante años por parte del religioso, que se justificaba echando mano de supuestas razones teológicas. «La primera vez que me besó en la boca me dijo que así besaba el altar donde celebraba la Eucaristía, porque conmigo podía vivir el sexo como expresión del amor de Dios», cuenta esta mujer de 58 años, para quien Rupnik se comportó como un depredador sexual también con otras religiosas de la Comunidad Loyola.