La intimidad del príncipe Enrique: droga, médiums y sexo a los 17 años con una mujer mayor

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCOÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

HANNAH MCKAY

El duque de Sussex se confiesa en unas polémicas memorias escritas por Moehringer. A pesar de que oficialmente no salen a la venta hasta el martes 10 de enero, algunos ejemplares se despacharon por error la tarde de Reyes en librerías españolas

07 ene 2023 . Actualizado a las 11:19 h.

La bomba de relojería estaba programada para el próximo martes, 10 de enero, fecha prevista para el lanzamiento mundial las memorias del príncipe Enrique de Inglaterra. Pero casualmente la víspera de Reyes el goloso volumen, redactado por el premio Pulitzer J. R. Moehringer —que ya en el 2014 se hizo cargo de la semblanza del tenista André Agassi—, acabó por error en la mesa de novedades de un puñado de librerías españolas. Los afortunados que lograron hacerse con los limitados ejemplares despachados antes de que la editorial Penguin Random House activase su plan de crisis para frenar el escape no dudaron ni un segundo a la hora de ponerse a destripar la autobiografía del repudiado por la Corona, que debe estar de uñas con sus confesiones, y enseguida sus fragmentos llegaron a las redacciones de los tabloides británicos. Ayer, bien despiezadas, les dieron los buenos días a los ingleses con especiales de hasta 17 páginas.

En la sombra, que se divide en tres partes, no escatima en detalles. Concebido como una honda confesión que avanza desde el trauma hasta la «curación» —«franca, directa y sin concesiones», anota Plaza y Janés, sello que lo edita en España—, va un paso más allá del documental en el que a cambio de cien millones de dólares los duques de Sussex se abrieron en canal para tratar de limpiar su imagen. Spoiler: no lo consiguieron. Si la intención del libro era subir su nota de popularidad, no ha sido buena idea a la vista de los fragmentos filtrados por el Daily Mail y The Guardian.

La muerte de lady di

«Mi padre no me abrazó». La muerte de Diana de Gales marcó un antes y un después en la vida del príncipe Enrique, que hasta ahora nunca había hablado abiertamente del trágico accidente que acabó con su vida. Cuenta cómo aquel agosto de 1997 el príncipe Carlos se sentó en su cama y le explicó lo que había sucedido. Confiesa que hasta los 20 años creyó que su madre había fingido lo sucedido para escapar de la presión mediática. «Mi padre no me abrazó. No se le daba muy bien expresar sus emociones en circunstancias normales. Es cierto que posó la mano sobre mi rodilla y me dijo: ‘Todo irá bien'». Hasta el funeral, Enrique no fue capaz de soltar ni una lágrima.

Contacto con el más allá

Para hablar con su madre. En el tramo final del libro, de 557 páginas, Enrique relata un encuentro con una médium, a la que acudió para tratar de contactar con Lady Di. Aunque apenas entra en pormenores, cuenta que le dijo que su madre estaba allí, «presente», y que en ese momento sintió un fuerte calor en la nuca y notó cómo se le humedecían los ojos. La mujer le trasladó también que Diana sabía que él «estaba buscando claridad y respuestas», que acabarían llegando con el tiempo.

Pérdida de la virginidad

«Me trató como a un joven semental». De «humillante» califica el duque de Sussex su primera experiencia sexual en sus memorias. Sucedió cuando tenía 17 años recién cumplidos, en un campo situado tras un pub inglés «muy concurrido». Fue con una mujer mayor, cuenta, tras un rápido jugueteo. Sin revelar datos sobre la identidad de la susodicha, sí detalla que le gustaban los caballos. «Me trató como a un joven semental; me dio unos azotes y me echó».

25 talibanes asesinados

«No los vi como personas, eran piezas de ajedrez». El capítulo referente a su época en Afganistán —«Cuando me encontré sumergido en el calor y la confusión del combate, no pensé en esos 25 [talibanes] como personas. Eran piezas de ajedrez quitadas del tablero»— ha sido hasta ahora la confesión que más ampollas ha levantado. Los veteranos de guerra han acusado a Enrique de romper la «regla no escrita» entre militares de no presumir de las bajas causadas y altos cargos talibanes han lamentado la alusión a las muertes de «seres humanos que tenían familias que esperaban su vuelta».

cocaína desde los 17 años

Cannabis y setas. El hijo pequeño de Carlos de Inglaterra habla además aquí abiertamente de sus coqueteos con las drogas. Cuenta que tras probar los hongos alucinógenos terminó conversando con muebles, que solía fumar porros y que probó la cocaína a los 17: «No era muy divertido, no me hacía sentir feliz, pero me hacía sentir diferente».