Hay avisos además por fuertes rachas de viento e intensas precipitaciones
17 ene 2023 . Actualizado a las 10:09 h.El invierno da un paso al frente en Galicia. Durante las próximas jornadas no faltará de nada. Hay avisos por viento, lluvia, nieve y oleaje. Será, además, un episodio bastante adverso. El nivel de alertas así lo refleja. La situación en las zonas de montaña y en la costa será realmente complicada. La Agencia Estatal de Meteorología ha activado el primer aviso rojo del año por olas que podrían llegar hasta los 9 metros de altura.
Las lluvias también caerán con bastante intensidad. Este martes serán unas precipitaciones que se presentarán en forma de chaparrón. Puntualmente podrían caer en forma de granizo y acompañadas de tormentas. Además, la cota de nieve desciende de manera espectacular hasta los 300 metros de altura. Hay avisos naranjas en las montañas de Lugo y Ourense por espesores que podrían alcanzar los 20 centímetros. Pero dado que la cota será tan baja también hay avisos en otras muchas zonas de la comunidad. En el interior de Pontevedra, Lugo, A Coruña y en toda la provincia de Ourense se podrían acumular al menos dos centímetros de nieve.
Desde el Ártico a Galicia
Aunque pueda parecer poco intuitivo el principal responsable del episodio invernal es el anticiclón de las Azores. Es evidente que hay dos borrascas, Gerard y Fien, que aportan su parte. Sin embargo, los temporales que vienen de la mano de las bajas presiones suelen generar vientos del suroeste, lluvias persistentes y temperaturas suaves, justo como hemos tenido durante los últimos tres meses. Estos días, sin embargo, soplan vientos del noroeste que permiten que llegue aire frío y que pueda nevar. Y esto es posible porque el sistema de altas presiones está más reforzado que en las últimas semanas y, además, ocupa una posición más habitual. En estos momentos, su centro de acción está situado al oeste de la Península. Desde esta posición y con la estimable colaboración de la borrasca Fien sobre la Bretaña francesa se ha formado un pasillo que conecta el Ártico con la comunidad gallega.
Se trata de un corredor de aire polar marítimo que canaliza su influencia en Galicia a través de una circulación del noroeste. Este es un matiz determinante ya que explica por qué la cota de nieve se va a situar tan cerca del nivel del mar. Si fuera un corredor de viento del norte habría igualmente aire polar, pero la masa no sería tan húmeda. Además, si fuera del nordés, sería un aire muy gélido, pero también demasiado seco para producir nieve. La masas de aire polar marítimo son las situaciones que históricamente suelen generar grandes nevadas en Galicia, donde la nieve en general no es un meteoro precisamente muy habitual. También son situaciones en las que hay mucha incertidumbre. No se descarta que pueda nevar por debajo de los 300 metros.
En el mar se encuentra el otro foco importante de este temporal. La situación se complica mucho durante las próximas 48 horas. Hay una configuración de mar combinada. Tanto la dirección del mar de viento como de fondo será del noroeste. Esto implica que las rachas soplarán con mucha intensidad y las olas impactarán con fuerza contra la costa gallega. Habrá que extremar la precaución cerca de los paseos marítimos, especialmente durante la pleamar, que está prevista a partir de las 11.30 de la mañana.
El origen de los fortísimos vientos que empujarán las aguas del Atlántico hacia el litoral gallego se debe al notable gradiente o diferencia de presión que hay entre el anticiclón y la borrasca. El sistema de altas presiones no solo ha recuperado su posición, sino que también ha ganado bastante peso respecto a los últimos meses. Ahora mismo, su presión central supera los 1.040 milibares. Además, Fien es una borrasca profunda, con unos 980 milibares en su centro. Este gran contraste de presión entre ambos permite que las isobaras se junten mucho y que esos vientos del noroeste sean muy fuertes. Por si fuera poco, ese corredor con las isobaras tan comprimidas pasa por encima de la comunidad. Esto provocará que el aire sople con fuerza en las cuatro provincias, especialmente en la costa y en las zonas altas donde entra en juego la orografía.