Muy emocionado, el director manchego no pudo contener las lágrimas al ver una imagen de su madre. «Me he venido absolutamente abajo», señaló al recoger el Premio de Honor
29 ene 2023 . Actualizado a las 17:50 h.El Auditorio de Zaragoza acogió anoche la gala de entrega de los Premios Feroz 2023, en la que el cineasta Pedro Almodóvar ha recibido el Premio Audi de Honor. Muy emocionado, el director manchego dijo: «Uno se siente de mil modos y uno es muy frágil», en agradecimiento a los organizadores de los Premios que pusieron una imagen de su madre: «Muchísimas gracias, es demasiada emoción, estaba muy seguro antes de subir arriba, pero en el momento de ver esa imagen me he venido absolutamente abajo».
También ha dado las gracias a la ciudad de Zaragoza, «a todos los que componéis esta ciudad por el modo en que os habéis volcado», recordando que el viernes dio una 'master class' en la capital aragonesa a la que asistieron unas 2.000 personas. «No recuerdo una audiencia tan cálida como la de anoche», celebró. «Mi vida y mi filmografía han estado muy marcadas por algunos acontecimientos, como haber tenido una madre manchega que me ha transmitido una cultura rural y muy universal, la falta de prejuicio»,continuó el veterano cineasta, señalando que «a pesar de la oscuridad en que vivíamos, la lucha diaria por sobrevivir no estaba reñida con el humor».
Almodóvar explicó que le marcó «mucho» el hecho de ser «forastero» en una ciudad como Madrid: «Yo también me vine del pueblo en busca, simplemente, de hacer mi vida y Madrid y su devenir durante los últimos 45 años me ha acompañado en todas mis películas», comentó, recordando la etapa de 1977 a 1985, cuando «todo era posible en Madrid». También «fue motivo de dolor y de gran inspiración haber tenido un novio adicto».
Almodóvar destacó que «la pésima educación» que recibió en los internados en los que estudió el bachillerato y que lo convirtieron en «analfabeto y ateo». Y afirmó que el cine fagocitó su vida «por entero». «A mí los rodajes me quitan los dolores», confesó, para añadira que se ha hecho «adicto a la adrenalina como una reportera de guerra».
«Le he sacado partido al hecho de ir al cine. He soñado, me he excitado, ha llenado mi vida cuando salía de las salas, muchas veces es la mejor terapia y el mejor espejo de mi futuro», recalcó. «Me emocionaba con los problemas de Natalie Wood, me identificaba con la hermana putón de Warren Beaty; desde mi pubertad reconocía que si para vivir con la libertad de ese personaje tenía que convertirme en un marginado, pues bienvenida sea la marginación» y «la vida me ha tratado mucho mejor que al personaje de la hermana de Beaty».
Otro elemento que le ha afectado mucho es «el paso del tiempo»: «Nunca he llegado a aceptar cumplir los 40 años, ni los 50, mucho menos los 60 y estoy a punto de mentiros ocultando que ya estoy en los 70», agregó para concluir que «la vejez no es una enfermedad, sino una masacre».
SANIDAD PÚBLICA
Además, Pedro Almodóvar dedicó parte de su discurso a la sanidad pública y pidió «un fuerte aplauso, a ver si llega a la Puerta del Sol de Madrid», para «animar a los sanitarios que lucharon por proteger nuestras vidas durante la pandemia exponiendo la suya propia».
«Ante la barbarie que se está llevando a cabo en la Comunidad», Almodóvar hizo hincapié en que el colectivo de profesionales sanitarios «lo está pasando muy mal» por «la situación de caos y precariedad», en especial de la Atención Primaria y las Urgencias hospitalarias. «El sistema de salud está al borde del colapso», expresó. «Los problemas de salud nos afectan a todos los españoles», subrayó el director resaltando su «empatía y comprensión» ante «la situación espantosa» de la sanidad pública madrileña, «que pone en peligro el sistema de salud universal y gratuito. Ojalá esto llegue también a Madrid», concluyó.