Pedro Pascal se ha convertido en la gran figura paterna de las series de ciencia ficción. La suya es una de las caras más reconocibles de la televisión como protagonista de dos de las grandes superproducciones de lo que va del 2023: The Last of Us, uno de los estrenos de HBO casi a la altura de Juego de tronos, donde, por cierto, también estaba él; y The Mandalorian, que en pocos días estrenará tercera temporada en Disney+. En el periplo del mandaloriano Din Djarin, de la mano de Grogu, por el universo de Star Wars dentro de su ajustada armadura de beskar, el actor chileno pagó el peaje de formar parte de uno de los títulos de culto para fans de la saga dentro de un personaje que tiene prohibido mostrar su rostro. Por haber salido a respirar fuera de su casco unos minutos y haber revelado su identidad, contraviniendo las normas de su religión, en los nuevos capítulos tendrá que viajar por la galaxia para poder expiar su culpa.
En la apocalíptica The Last of Us, Pedro Pascal puede pelear a cara descubierta, pero solo porque un cambio de guion con respecto al videojuego en el que se basa la serie transformó el vector de propagación de los hongos mortíferos que desencadenan la trama. De no haber sido así, habría tenido que enfrentarse a la catástrofe de nuevo dentro de una máscara de gas.