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¿Por qué el cielo se pone naranja al amanecer y atardecer?

SOCIEDAD

ADRIÁN BAÚLDE

La actual influencia anticiclónica favorece que los días empiecen y terminen con un bello espectáculo de colores cálidos

07 abr 2023 . Actualizado a las 11:34 h.

Antes de que las grandes mentes de la Revolución Científica descifraran el origen de los colores del cielo, un crepúsculo naranja no anunciaba nada bueno precisamente, sino todo lo contrario. Cuando las antiguas sociedades no entendían un fenómeno natural, responsabilizan a la furia de los dioses. El sentimiento y superstición que producía un amanecer o atardecer con tonos cálidos quedó muy bien reflejado en la trilogía de El Señor de los Anillos, cuando Legolas dijo aquello de: «el Sol se alza rojo, se ha vertido sangre esta noche».

El ser humano siempre ha sentido fascinación por el cielo y curiosidad por desentrañar su naturaleza. Sin embargo, habría que esperar hasta el siglo XVII para que Isaac Newton descubriese que los diferentes colores son el resultado de la refracción de la luz blanca. El experimento que diseñó el físico inglés para descomponer la luz permitió entender por qué el cielo es casi siempre azul y naranja a veces. De paso reveló también el origen del arcoíris.

La altura del Sol determina el color del cielo. Cuando está alto, la luz blanca se divide al entrar en contacto con las partículas de aire. El primero que se dispersa en todas las direcciones es el violeta y después el azul. Si no vemos el violeta es porque los humanos somos más sensibles al azul debido a unas células que tenemos en los ojos que se llaman conos y bastones. Por otra parte, es importante destacar que cuando la estrella está elevada, el grosor de la atmósfera que tiene que atravesar es menor, algo que facilita la dispersión del azul.

Pero cuando el astro rey está bajo sobre el horizonte, al atardecer o amanecer, la cosa cambia. El volumen de la atmósfera es mucho mayor y el azul, que tiene una longitud de onda corta, tiene dificultades para dispersarse y alcanzarnos. Entonces empiezan a aparecer los siguientes colores del llamado espectro visible y que tienen longitudes de onda más largas, como el amarillo y el naranja.

Los cielos naranjas también son comunes cuando se producen episodios de calima y tras una explosión volcánica porque aumenta el contenido de partículas en la atmósfera. Además, en estos días de estabilidad atmosférica y nubes altas es habitual empezar o despedir la jornada con un bonito cielo anaranjado.

Una atmósfera cálida ofrece a veces una información de servicio ya que puede anticipar un cambio de tiempo. Si el atardecer es muy rojizo significa que hay muchos aerosoles, poca humedad y no debería llover a la mañana siguiente. Aunque las nubes rojas indican que hay humedad en la troposfera, la capa baja de la atmósfera, esto puede ser síntoma de que se aproxima una borrasca desde el oeste.