La nave Starship de Space X logra despegar y explota minutos después

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado REDACCIÓN

SOCIEDAD

Reuters

La empresa de Elon Musk probó el cohete más potente de la historia y el primero que estaba pensado para llevar humanos a la Luna y a Marte y ser usado en varias ocasiones

20 abr 2023 . Actualizado a las 21:11 h.

La empresa Space X, del multimillonario Elon Musk, ha conseguido este jueves por la tarde que la nave Startship, lanzada con el cohete más potente y el primero reutilizable de la historia nacido para llevar humanos a la Luna y a Marte, despegase. Lo que no logró fue que llegase a la órbita terrestre porque explotó cuatro minutos más tarde después de un vuelo aparentemente errático.

A falta de que se publiquen los detalles técnicos, de las imágenes en tiempo real del despegue se desprende que fallaron varios motores, al menos cinco de los 33, y en el momento que el cohete tenía que soltarse de la nave no se produjo la separación. En cualquier caso, los expertos califican la misión como un éxito porque este era uno de los escenarios previstos y estos minutos de vuelo logrados sirven para recopilar información muy valiosa.

Ya antes del despegue, el esquema ofrecido por Space X en su retransmisión mostraba que tres de los 33 motores de la primera etapa —el cohete propiamente dicho— habían fallado.

Una vez terminada la cuenta atrás y activada la secuencia de ignición, la ansiedad generalizada se instaló entre las decenas de miles de personas que seguían en directo el lanzamiento. Pasaron seis interminables segundos hasta que el cohete y la nave empezaron a elevarse. La desesperación se convirtió en gozo y se fue sucediendo un carrusel de emociones en el entorno de la Starbase ubicada en la costa de Texas. La cara del propio Elon Musk ilustraba perfectamente esas sensaciones encontradas porque la demostración de potencia y robusted del cohete contrastó con su errática navegación.

Después de un ascenso que aparentaba normalidad, cuando había trasncurrido prácticamente un minuto desde la ignición se observó una nueva explosión con lo que el número total de motores averiados se elevaba a cinco cuando los cálculos previos —aún sin una certeza absoluta— apuntaban a que el sistema podría soportar el fallo de entre tres y cuatro propulsores dependiendo del momento en el que se produjese.

Pese a esa evidente pérdida de potencia, el conjunto logró elevarse hasta los 39 kilómetros de altura y alcanzó los 2.157 kilómetros por hora de velocidad. Sin embargo, en cuanto la nave empezó a girar sobre sí misma sin que el cohete se despegase de ella, cuando hacía ya muchos segundos que tenía que haberse desprendido, quedó claro que algo iba mal.

Justo cuando el reloj marcaba los cuatro minutos, todo el conjunto reventó, aparentemente porque los ingenieros activaron el sistema de terminación de vuelo.

El supercohete diseñado para transportar a personas a la órbita terrestre, la Luna y Marte tiene su base en Starbase, en la costa de Texas, y se componía de una nave (Starship) y un propulsor (Super Heavy Rocket) totalmente integrados.

El lanzamiento estaba previsto inicialmente para el lunes 17 por la mañana, pero la compañía decidió suspenderlo debido a que los técnicos descubrieron que una válvula de presurización estaba congelada poco antes del despegue, aunque no obstante se realizó un simulacro de cuenta atrás de cara al próximo intento.

Starship es un sistema de transporte totalmente reutilizable diseñado para llevar tanto tripulación como carga a la órbita terrestre, ayudar a la humanidad a regresar a la Luna y viajar a Marte y más allá, según señala SpaceX en su web.

La altura del enorme cohete y la nave era de 120 metros (394 pies), el diámetro de 9 metros (29,5 pies) y podía cargar de 100 a 150 toneladas métricas de carga, extensibles a 250 toneladas. El equipo de SpaceX había hecho múltiples pruebas de vuelo suborbital de la etapa superior de Starship, que ayudaron a validar el diseño del vehículo.

Las pruebas habían demostrado que Starship podía volar a través de la fase subsónica de entrada antes de volver a encender sus motores y cambiar a una configuración vertical para aterrizar. Además el equipo había realizado numerosas pruebas del cohete Super Heavy, incluido el encendido del mayor número de motores a la vez de la historia.

El equipo de Starship también había construido la torre de lanzamiento y captura de cohetes más alta del mundo, de casi 146 metros (casi 500 pies) de altura.

El dueño de SpaceX, el multimillonario Elon Musk, reaccionó de forma inmediata en su cuenta de Twitter para felicitar a sus equipos y animarles a seguir trabajando en un proyecto que tiene como objetivo final contar con un aparato que lleve a los humanos a la Luna y Marte.

«Felicitaciones equipo en un emocionante lanzamiento de prueba de Starship. Aprendí mucho para el próximo lanzamiento de prueba en unos meses», dijo Musk, que ya había dejado claro previamente que la prueba tenía un 50 por ciento de probabilidades de fracasar.

«En una prueba como esta el éxito proviene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la confianza de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea 'multiplanetaria'», indicó la compañía, que a pesar de la explosión consideró positivo lo ocurrido sobre el cielo de su base llamada Starbase y situada en la costa texana del Golfo de México.