
El Parlamento luso saca adelante la ley tras años de debates y pese al veto del presidente
16 may 2023 . Actualizado a las 21:42 h.El Parlamento portugués aprobó este viernes la despenalización de la eutanasia pese al último veto político del presidente luso, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, y el rechazo de la derecha, que amenaza con recursos ante el Tribunal Constitucional que, en todo caso, no paralizarán la aplicación de la norma. Han pasado casi seis años desde que esta cámara debatió por primera vez el tema y han sido necesarias varias versiones de la ley para superar los cuatro intentos de Rebelo de Sousa de tumbar la propuesta: dos vetos políticos y dos por cuestiones legales en el Tribunal Constitucional.
La ley fue aprobada ayer por 129 votos procedentes de las filas socialistas (PS), con mayoría absoluta, el Bloque de Izquierda, los animalistas, y Livre e Iniciativa Liberal, el único partido de derecha que se sumó a la iniciativa. En contra, se contabilizaron 81 votos del Partido Comunista (la excepción del apoyo entre la izquierda), el conservador Partido Social Demócrata (PSD) y el ultraderechista Chega. Tanto socialistas como PSD dieron libertad de voto a sus diputados y, como resultado, 4 del PS votaron en contra y ocho de los conservadores lo hicieron a favor.
El veto presidencial no impide la entrada en vigor de esta nueva regla dado que, como explicó a Efe la diputada socialista Isabel Moreira, la Constitución establece que, pese al veto presidencial, con una mayoría superior a 116 diputados podrá salir adelante.
Rebelo de Sousa, católico practicante, tiene ahora un plazo de ocho días para promulgar la norma. El presidente ha querido adelantarse a las especulaciones asegurando que su último veto responde a una «precisión» y no a un problema de inconstitucionalidad y que «no hay drama» con su aprobación.
Desde el PSD y Chega, sin embargo, amenazan con recurrir al Tribunal Constitucional, aunque el procedimiento no frenaría la aplicación de la norma, y apuestan por convocar un referendo en el que vote la población portuguesa.
Encuestas
En la calle, el 61 % de los lusos apoyan la despenalización de la eutanasia, según un sondeo realizado en febrero por Aximage para varios medios del país, una encuesta que reveló también que la cifra crece hasta el 70 % en el colectivo de entre 18 y 35 años.
Portugal se suma así a otros vecinos europeos, como España o Bélgica. El proceso se ha prolongado durante seis años, ha atravesado tres legislaturas socialistas y ha requerido de cinco votaciones diferentes en el pleno del Parlamento.
«Ningún país ha discutido durante tantos años tantas garantías, tantos pormenores, tantos procedimientos como Portugal», sostiene Isabel Moreira, convencida de que el texto aprobado es «muy garantista».
Durante este largo proceso, el Parlamento ha reformulado su contenido para superar cada uno de los vetos, pero ha aprobado la última redacción tras descartar problemas de constitucionalidad. «La ley tiene toda la legitimidad para proceder», defiende Catarina Martins, del Bloque de Izquierda.
El texto aprobado define la muerte médicamente asistida como la que «ocurre por decisión propia», aplicable en mayores de edad que demuestren un «sufrimiento de gran intensidad, con lesión definitiva de gravedad extrema o enfermedad grave e incurable» y cuando es «practicada o ayudada por un profesional de la salud». Da prioridad al suicidio asistido y podrá aplicarse en casos de enfermo incapaces físicamente de hacerlo por sí mismos. Limita, además, el procedimiento a ciudadanos portugueses o que tengan su residencia fijada en este país. La ley entrará vigor al día siguiente de su publicación en el Diario de la República.