España es el país europeo con más madres mayores de 40 años

alfonso torices COLPISA

SOCIEDAD

EFE

Galicia está a la cabeza de Europa, ya que el 14,4 % de los partos son de mujeres que superan esa edad

24 may 2023 . Actualizado a las 16:18 h.

España se ha convertido en el país europeo con mayor porcentaje de mujeres que dan a luz bebés con más de 40 años. Las españolas que tienen a su hijo o hija con esa edad o superior son ya una de cada diez madres de ese año, en concreto representan el 10,7 % de los alumbramientos, según los datos recogidos por un informe de Funcas.

A la proporción de madres maduras españolas solo se acercan, aunque a cierta distancia, otros países del sur del continente como Grecia, con un 9,7 % de alumbramientos de progenitoras de edades avanzadas, o Italia y Portugal, con un peso del 8,7 % y el 8,5 %, respectivamente, sobre el conjunto de los nacimientos del año.

Las características de la maternidad en España están a años luz de las sus socios del centro y norte de la Unión Europea. En concreto, el 10 % largo de madres de 40 años o más duplican los nacimientos de esta clase que se dan en la vecina Francia (5,1 %) y son algo más del doble que los registrados en Alemania (4,9 %), Suecia (4,6 %) o Países Bajos (3,8%).

Este fenómeno, la tardía llegada a la maternidad, se repite en todas las autonomías españolas, pero no con igual intensidad. El mayor peso de las madres maduras sobre total de nacimientos anuales hay que buscarlo en la mitad norte, con proporciones superiores en más de dos puntos a la media nacional. Galicia se lleva la palma con un 14,4 %, seguida de Asturias (12,4%), Madrid (12,3%) y Cantabria (12,2%). En las provincias del sur y en Ceuta y Melilla es donde hay madres más jóvenes, pero en todo caso con un peso muy alto de las maduras, no inferior al 8%.

La proporción de madres de edad sobre los nacimientos ha crecido de forma meteórica. En menos de tres décadas se han multiplicado por seis las españolas que cada año paren a su hijo con 40 años o más. Si hace 28 años, en 1993, la madres de esas edades no eran más que el 1,8 % del total. Ahora, como se ha indicado, se aproximan al 11 %.

La razón fundamental de esta tendencia creciente, que no ha dejado de aumentar desde los años ochenta del pasado siglo, es el progresivo retraso entre las españolas de la edad a la que tienen su primer hijo, lo que no solo supone partos cada vez a una edad más madura sino también familias más cortas, con muchos menos hijos por mujer.

En solo cuarenta años, la edad media a la que las españolas son madres se ha retrasado casi cuatro años. Si en 1981 la edad tipo de una parturienta eran los 28,2 años, a mediados de los noventa ya superó el umbral psicológico de los 30 y hoy (los últimos datos son de 2021) la media es de 32,6 años. En este concepto, la edad media a la que se produce la maternidad en un país, España también está a la cabeza de Europa, solo superada por la mínima por Irlanda, cuyas mujeres paren de media a los 32,7 años.

Emancipación tardía

Los expertos consideran que esta tendencia sostenida es fruto de una suma de factores. Dos tendrían que ver con que España también encabeza los ránking europeos de emancipación tardía -ellas no suelen abandonar el hogar familiar antes de los 29 años- y los de precariedad laboral, con récord de paro juvenil, de temporalidad en el empleo y de salarios medios o bajos y precio de la vivienda disparado. Otro derivaría de que cada vez más los ciudadanos sitúan la consolidación de su carrera laboral y profesional por delante de la tenencia de hijos. Y un cuarto tendría que ver con la debilidad histórica de las políticas de conciliación y de apoyo a las familias en España con respecto a los países del centro y norte de Europa, que no incentiva la crianza.

La cada vez mayor edad de maternidad tiene como efecto directo la caída en picado en el último medio siglo de la tasa de fecundidad, el número de hijos por mujer, que en España ha pasado de los 2,77 en los años setenta del siglo pasado a los 1,19 de 2021. La tendencia amenaza con lo que los especialistas llaman «invierno demográfico», o lo que es lo mismo, que la cifra anual de muertes sea muy superior a la de nacimientos, como ocurre ya en España, con el correspondiente envejecimiento acelerado de la población, que hasta ahora solo se ha conseguido paliar con la llegada anual de miles de inmigrantes. Los demógrafos calculan que la tasa de fecundidad que permitiría una reposición ordenada de la población española rondaría los 2,1 hijos por mujer, casi el doble de la actual.