Adiós a «Sálvame», el programa que revolucionó la crónica rosa

J. Moreno COLPISA / MADRID

SOCIEDAD

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Telecinco despide esta viernes el que fuera su buque insignia, con un especial de cuatro horas en el que no está confirmada la presencia de Jorge Javier Vázquez

23 jun 2023 . Actualizado a las 09:41 h.

Sálvame se acaba. Telecinco despide este viernes a las 16:45 horas el magacín que más tiempo le ha durado en la franja de la tarde. Catorce años después del comienzo de sus emisiones en el 2009, el programa finaliza con una traca final, que durará más de cuatro horas, en la que prometen mucha emoción y 'quemar' el plató en homenaje a la noche de San Juan de este 24 de junio.

Habrá reencuentros pero no confirman la presencia de Jorge Javier Vázquez, el presentador titular, que se ha retirado temporalmente de la pequeña pantalla por motivos de salud. A buen seguro se recordarán los grandes momentos del espacio que revolucionó la crónica rosa.

Curiosamente, la política estuvo en algunos de ellos. Así, en el 2014, Jorge Javier Vázquez confesaba durante el programa que «nunca más» iba a votar al PSOE por, entre otros motivos, las declaraciones del alcalde socialista de Tordesillas respecto al Toro de le Vega. Poco después, el entonces líder de la oposición, Pedro Sánchez, llamó en directo al móvil del presentador para pedirle que siguiera confiando en su partido y anunciar que promovería una ley contra el maltrato animal. Todo, ante unos atónitos espectadores.

Más tarde, desfilaron por el plató del Deluxe otros dirigentes políticos como Gabriel Rufián (ERC) o Ada Colau, quien confesó en este espacio su bisexualidad. También entraron la ministra de Igualdad, Irene Montero, para hablar del caso Rocío Carrasco o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante el covid.

Incluso la crispación política y social que se vivía en la calle saltó al plató de la mano de unos colaboradores que se atrevieron a opinar de la gestión del Gobierno con la covid durante el confinamiento. En este sentido, quizá el momento más recordado fue la reivindicación de Sálvame por parte de Jorge Javier como un programa «de rojos y maricones», después de que el periodista Antonio Montero sacara a relucir el chalé de Galapagar de Irene Montero y Pablo Iglesias para defender la actitud de Alfonso Merlos en torno al Merlos Gate.

En aquellas semanas, el comunicador catalán también se peleó en directo con Belén Esteban por sus duras críticas hacia el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Acabó abandonando el plató y, dos días después, se reconciliaron en una cumbre por la paz que preparó en tono humorístico el programa. Y es que la de Paracuellos ha dado grandes momentos cómicos al formato, con escenas que ya se han convertido en carne de memes para las redes sociales, o entrevistas con frases icónicas para la historia de la televisión. «Ni que fuera yo Bin Laden», dijo la colaboradora defendiendo su papel como madre de Andrea Janeiro.

En el contexto del coronavirus también se generó tensión. Todo empezó por un directo en Instagram con Paz Padilla, donde aseguró que las vacunas «no sirven para nada».

En Sálvame, la presentadora puntualizó su opinión pero chocó con Belén Esteban, que calificó a la gaditana de «irresponsable». La humorista se enfadó, abandonó el plató y nunca más regresó al programa. Mediaset anunció la rescisión de su contrato, pero meses más tarde la readmitió.

En pandemia también se produjo el ya mentado Merlos Gate, en referencia a la serie Melrose Place, un culebrón que entretuvo a la audiencia durante el confinamiento protagonizado por Alfonso Merlos, Marta López, entonces su pareja, y Alexia Rivas, que apareció sin ropa y al fondo en un directo por internet del periodista, haciendo pública la infidelidad. La historia arrasó con más de tres millones de seguidores.

Otro despido polémico fue el de Antonio David Flores como colaborador. El formato mantuvo al ex guardia civil en el programa hasta el estreno de Rocío, contar la verdad para seguir viva, en el que la productora La Fábrica de la Tele destapó la historia de malos tratos que Rocío Carrasco sufrió a manos de su exmarido. La docuserie se convirtió en un fenómeno y traspasó la pantalla al ayudar a aumentar en un 4 2% las llamadas al 016 por violencia machista. El Ministerio de Igualdad premió a este proyecto televisivo por concienciar a la audiencia.

Conexiones telefónicas

Las llamadas telefónicas han otorgado a Sálvame grandes momentos televisivos. La cantante Isabel Pantoja también decidió llamar una tarde al formato para zanjar polémicas sobre su familia. La conversación con Carlota Corredera y los colaboradores duró una hora larga y dejó una frase para el recuerdo: «Te voy a decir una cosa, entro por teléfono gratis, pero para ir a sentarme no hay ceros en esa cadena». Aquel momento arrasó con un 21,4 % de cuota y 2,08 millones de espectadores.

La relación entre la tonadillera y Sálvame ha ido sufriendo vaivenes durante los catorce años del programa, pero se ha ido retroalimentando con los personajes satélites de Cantora. Su sobrina, Anabel Pantoja, fue colaboradora (generando su propio contenido) y Kiko Rivera ha sido un invitado habitual, protagonizando además espacios propios como La herencia envenenada, en el que puso en duda a su madre por la herencia de su padre, Paquirri.

Pero Sálvame también se ha caracterizado por sus momentos cómicos y frases que pasarán a la memoria colectiva. Desde el chuminero de Lydia Lozano a la saeta que cantaron a Aramís Fuster cuando le pillaron una mentira o la candidatura de Karmele para ir a Eurovisión.

O también la Sálvame Fashion Week o La última cena, espacios en el que los colaboradores se pusieron a desfilar y cocinar, respectivamente. «Tú y yo, Chelo, y te quiero, y siento mucho que no me hayan gustado las mujeres porque habría sido más feliz, hemos tenido una noche de amor», confesó Bárbara Rey a Chelo García Cortés, convirtiendo esta declaración en emblema de la bisexualidad.