Ni siquiera en el 2016, el año más cálido desde que hay registros, se llegó a la situación actual
07 jul 2023 . Actualizado a las 11:58 h.En cuanto ha desaparecido el fenómeno de La Niña en el Pacífico ecuatorial, que tiende a enfriar el planeta, las temperaturas han comenzado a dispararse por todo el mundo. Y sin saber todavía cómo va a desarrollarse El Niño, que se encuentra ahora mismo en pleno desarrollo y que hace justo lo contrario, calentar la Tierra, el 2023 ya tiene todas las papeletas para acabar convirtiéndose en el año más cálido desde que existen registros. De momento, las previsiones siguen apuntando a que será un episodio fuerte. El último evento intenso de El Niño ocurrió en el 2016 e impulsó la temperatura media global hasta el valor más alto de la historia moderna. Pero incluso en el año más caluroso del que se tiene constancia no ocurrió nada de lo que está pasando en el 2023.
Las anomalías térmicas positivas (valores por encima de la media) han sido recurrentes y generalizadas por todo el planeta desde el primer día. El pasado mayo se registró un nuevo tipo de episodio meteorológico extremo relacionado con las altas temperaturas cuya traducción al castellano es «eventos que destrozan récords». Ese mes en la estación meteorológica de Córdoba se alcanzaron 38,8 grados. El récord anterior era de 34.
El pasado junio también fue de largo el más caluroso desde que se toman datos climatológicos, hasta 0,18 grados más que el del 2019, que tenía el récord anterior. Según datos de la Agencia Nacional de los Océanos y la Atmósfera de EE. UU. (NOAA) el 11 % del mundo registró el mes más cálido de los últimos 75 años.
Aunque el verdadero hito se acaba de registrar hace unos días. El 3 de julio la media global ha registrado un valor jamás visto desde que hay referencias climatológicas. «Según los datos preliminares, el promedio mundial alcanzó los 16,88 grados el pasado lunes, rompiendo el récord anterior de 16,80 de agosto del 2016», anunció ayer el programa Copernicus sobre Cambio Climático de la Unión Europea. Algunas instituciones científicas fiables como la Universidad de Maine (Estados Unidos) aseguran que tanto el 3 como el 4 de julio se superó por primera vez la barrera de los 17 grados.
Otra circunstancia bastante significativa de lo que está sucediendo es que buena parte del calentamiento se está produciendo en el mar, sobre todo en el Pacífico ecuatorial y en el Atlántico norte. El hecho de que el océano esté tan cálido permite entender por qué la media global ha alcanzado una cifra récord ya que cada grado de anomalía positiva en el agua equivale a 4 en el aire.
Además, no solo el mar está muy caliente. Los grandes refrigeradores de la Tierra, el Ártico y la Antártida están viviendo una situación completamente anómala, especialmente el polo sur. Para muchos científicos lo que está ocurriendo en la Antártida representa el caso más excepcional de todos. A pesar de que en el hemisferio austral es invierno y en el extremo sur apenas llega radiación solar, el deshielo sigue aumentando. El mes de julio comenzó en el continente helado con 3 millones de kilómetros cuadrados menos de hielo. Se trata del peor déficit jamás registrado, el doble que el récord previo.
En el otro extremo, en el Ártico, se registró el pasado 29 de junio el mayor derretimiento de hielo en un solo día debido a las temperaturas extremadamente altas en la región, de 23 grados.
En este escenario mundial, cada anomalía por separada podría ser considerada como variabilidad natural. Sin embargo, todas juntas configuran un escenario que se ajusta a las predicciones científicas sobre cambio climático. En este sentido, merece la pena mencionar el caso del Reino Unido, donde la serie histórica de datos se remonta hasta 1884. Es decir, hay información suficiente que permiten extraer conclusiones claras.
El pasado junio fue también el más cálido en las islas británicas. El récord superó en 0,9 grados al anterior. Un estudio rápido realizado por científicos de la Agencia Meteorológica del país (Met Office) señala que la posibilidad de observar un mes de junio que supere el récord anterior de 14,9 como ha ocurrido este año, se ha duplicado desde 1940. El récord previo se alcanzó en 1957. Precisamente una de las regiones del Atlántico con el agua más cálida es el Mar del Norte, donde hay activa todavía una ola de calor marina de categoría 4 sobre 5. «Nuestras observaciones sugieren que esta ola de calor marina amplificó las temperaturas terrestres aún más a los niveles récord de junio», confirma Segolene Berthou, directora científica de la Met Office.