Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El lugar al que acuden los que están cansados de Tinder y siguen buscando pareja

Javier Becerra
Javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Alicia López, directora de la agencia Lazos, con Julia Gallego, «coach» y asesora de la firma.
Alicia López, directora de la agencia Lazos, con Julia Gallego, «coach» y asesora de la firma.

Las agencias matrimoniales tradicionales resurgen en la era de las «apps» como una opción de lograr una relación estable

08 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Retornar al mundo de la noche o empezar a usar aplicaciones tipo Tinder. En muchas ocasiones, esas son las dos únicas vías que una persona tiene cuando quiere encontrar una pareja y su DNI indica una edad de 45 o más años. Lo explica Alicia López Losantos, directora de la agencia matrimonial Lazos, que lleva funcionando desde hace cuatro décadas en Galicia. «Ese es uno de los perfiles que nos llega. Gente cansada de las redes sociales y que busca una relación seria y estable», explica. Cuando surge esa situación de bloqueo, pero permanece la idea de compartir la vida con otra persona, aparece la figura que parecía en desuso: la agencia matrimonial tradicional. Sí, aún existen. Dicen que, aunque sean pocas las que están funcionando en Galicia comparadas con las que podría haber en el pasado, están en auge: «Nos está viniendo muchísimo desencantado de las redes sociales y las aplicaciones».

Jose Luis Fernández, de la agencia Amor & Co Galicia, lo corrobora: «Una pareja la puedes encontrar en la parada del autobús, en la cafetería de la esquina o en una red social, pero siempre por una gran coincidencia. En una red social puedes dar con una persona que quiere pareja, pero también con psicópatas, estafadores, curiosos y hasta gente que quiere salir y que le paguen por ello. En las agencias el 100 % de las personas buscan pareja estable. Esa es la diferencia. Es como acudir a un salón de baile. En lugar de andar buscando con quien bailar en la calle o una red social, uno va a un salón de baile porque todos quieren bailar. Lo normal ahí es que la mayoría acaben bailando. Esto es parecido».

Para lograr una efectividad que Alicia López cifra «en un 80 %» dentro de «un período de seis meses a un año» entran en juego una serie de filtros. En primer lugar, se encuentra la criba de aquella gente que no admiten. «Nos llaman muchas personas que vemos que no está bien y que son inestables. Luego, ves que están en las redes», señala. Fernández dice que en la primera entrevista que hacen a sus clientes en su agencia ya se establece una selección: «No discriminamos por edad, religión, nacionalidad o tendencias sexuales, solo por cultura y educación. Ahí, sí. Cuando llaman, si no nos gustan las expresiones que utiliza, si detectamos un problema psicológico o vemos algún fallo conductual, como un hombre machista o una mujer controladora, no inscribirnos a la persona».

Después de ello, aparece el precio. «En una red social se pagan 10 euros. O 15 o 20. Eso lo puede pagar cualquier persona por curiosidad, para chatear o para ligar sin tener que bajar a una discoteca. Aquí se pagan unos cientos de euros [de 400 a 600, dependiendo del contrato en su agencia] y con el dinero propio no juega nadie», argumenta Fernández.

Selección y discreción

«En las aplicaciones puedes encontrar cualquier cosa y la gente, cuando busca pareja, es selecta. Vas a meter a alguien en tu vida. Además, mucha gente trabaja de cara al público y estar expuesto en una red es duro», detalla López. Asegura que su agencia logra unas 4.000 parejas al año en España. «En Galicia son alrededor del 25 %, que aquí tenemos mucho volumen de negocio», precisa. En su caso, el servicio cuesta 1.500 euros, cuenta con un sistema de mensajería para los contactos totalmente confidencial de uso ilimitado. Una vez que se forma la pareja, el cliente tiene un año de garantía.

En las agencias, cuando se pasa la criba inicial y se realiza el desembolso económico, los clientes cuentan con un asesoramiento psicológico. «Hay gente que viene abusaba económicamente e, incluso, intimidada. Otra que ha salido, se ha enamorado y de pronto, no ha vuelto a saber nada más de la persona. También quien lleva un año conociendo a gente y no ha llegado a nada», describe Alicia López que señala que, al tratar en todo momento por profesionales, se filtran a los candidatos para quedarse solo con «los que buscan una relación seria y estable».

Entre los usuarios de este tipo de agencias se encuentran «gente desde 25 a 90 años», precisa López. «Cada vez nos llega más gente joven. Hasta los 40 hay gente que quiere formar una familia tradicional. Luego está quien se ha divorciado y quiere volver a tener una pareja estable como la que tenía antes. Y también, los mayores que ya no tienen esa idea de familia, sino la de compartir el resto de su vida en pareja y tiempo de ocio».