La Ley de Restauración de la Naturaleza supera su gran examen ante el Parlamento Europeo

la voz AGENCIAS

SOCIEDAD

JULIEN WARNAND | EFE

La propuesta, aprobada con un margen muy estrecho, pretende recuperar los hábitats terrestres y marinos para el año 2030

12 jul 2023 . Actualizado a las 21:04 h.

La Ley de Restauración de la Naturaleza superó este miércoles, por un estrecho margen, un voto crítico en el Parlamento Europeo, de forma que esa icónica y controvertida iniciativa del Pacto Verde Europeo podrá proseguir su tramitación legislativa. La propuesta pretende ayudar a recuperar los hábitats europeos, el 80 % de los cuales se encuentran en mal estado y fija, para lograrlo, objetivos y obligaciones específicos jurídicamente vinculantes, con medidas de recuperación que cubran al menos el 30% de las zonas terrestres y marinas de la UE para 2030, y todos los ecosistemas que necesiten restauración para 2050.

La Eurocámara tendrá ahora que negociar la normativa definitiva con el Consejo de la UE, donde los Estados miembros ya consensuaron un enfoque común sobre un proyecto de ley al que se oponen frontalmente la extrema derecha y el Partido Popular Europeo (PPE), así como las grandes explotaciones agrícolas.

El pleno votó primero una enmienda clave para rechazar el texto al completo, que cayó con 312 papeletas a favor, 324 en contra y 12 abstenciones ante el estruendoso aplauso de las bancadas liberal, socialista y verde, unidos en su defensa del proyecto de ley. A continuación, el hemiciclo europeo escrutó una a una las 129 enmiendas añadidas al informe preparado por el español César Luena (PSOE), para finalmente votar el texto al completo, que fue aceptado por 336 escaños a favor, 300 en contra y 13 abstenciones.

La Ley de la Restauración de la Naturaleza ha adquirido un enorme valor simbólico y protagoniza una encarnizada batalla política. Parte de una propuesta lanzada en diciembre por la Comisión Europea para acompasar el paso del bloque comunitario a los acuerdos sobre biodiversidad alcanzados en la COP15 de Naciones Unidas, pretende reparar en 2030 el 20 % de los ecosistemas terrestres y marinos dañados de la UE y todos ellos para en 2050.

Pero los grandes empresarios agrícolas, representados por la patronal Copa-Cogeca, se oponen frontalmente a la normativa, al igual que las formaciones de extrema derecha y también el Partido Popular Europeo que preside Manfred Weber, quien ha convertido este expediente en un símbolo de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de 2024. «Restaurar el medio ambiente no tiene que suponer la muerte de toda producción artesanal, industrial, forestal o agrícola, no. Producir no es una palabrota», dijo la democristiana francesa Anne Sander, en un debate parlamentario del que se ausentó Weber.

Los populares aseguran que la ley amenaza la seguridad alimentaria, obliga a los campesinos a ceder parte de sus tierras para preservar la biodiversidad y compromete el despliegue de infraestructuras de energías renovables.

En el campo contrario, defienden la iniciativa socialdemócratas, verdes, izquierda y la mayoría de los liberales, así como otras plataformas agrícolas, la comunidad científica internacional, los cazadores, las empresas de energías renovables, un amplio surtido de multinacionales y cerca de un millón de ciudadanos, que han firmado una petición a favor de la ley. Quienes impulsaron esta ley argumentan que no fija objetivos obligatorios, mejorará la producción agrícola a largo plazo y prioriza la instalación de infraestructura energética verde, entre otros argumentos. «No habrá seguridad alimentaria si no hay suelos fértiles y polinizadores», dijo el negociador jefe de la Eurocámara en el expediente, el español César Luena (PSOE). Desde la sociedad civil, el experto del Centro Helmholtz para la Investigación del Medioambiente y exmiembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), Josef Settele, subrayó en una charla con periodistas que «la biodiversidad ayuda a las personas y a los ecosistemas a adaptarse al cambio climático».

Mientras se desarrollaba el debate en el hemiciclo, una batalla escénica florecía a las puertas del Parlamento Europeo, donde tractores y campesinos convocados por Copa-Cocega y organizaciones ecologistas como Oceana o WWF buscaban la atención de los medios de comunicación.