El Papa, tras la JMJ de Lisboa: «El Mediterráneo es un cementerio pero el cementerio más grande es el norte de África»
SOCIEDAD
El pontífice ha hecho estas declaraciones en el avión de vuelta al Vaticano
07 ago 2023 . Actualizado a las 15:17 h.El papa Francisco ha advertido de que «el Mediterráneo es un cementerio» pero «el cementerio más grande es el norte de África» y se ha referido, en concreto a la situación en el desierto entre Túnez y Libia, donde han sido abandonados migrantes para que murieran. Así lo ha manifestado este domingo en el vuelo de regreso a Roma, tras la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa.
En una rueda de prensa con los periodistas en el avión, el papa ha explicado que por este motivo va a viajar a Marsella, del 22 al 23 de septiembre para la conclusión de los Encuentros del Mediterráneo, en los que obispos católicos de 30 países del Mediterráneo reflexionarán sobre la tragedia de los migrantes.
«El Mediterráneo es un cementerio, pero no es el cementerio más grande. El cementerio más grande es el norte de África. Esto es terrible, léanlo. Voy a Marsella por esto. La semana pasada, el presidente Macron me dijo que tiene la intención de venir a Marsella y estaré (allí) un día y medio», ha precisado el Pontífice, al tiempo que ha recomendado leer un pequeño libro, Hermanito, escrito por un emigrante que llegó a España desde Guinea y que en el camino fue capturado, torturado y esclavizado.
Francisco ha alertado de que en el norte de África hay «campos de concentración», algo «terrible», y ha señalado que la semana pasada la asociación Mediterranean Saving Humans estaba realizando una labor de rescate de los migrantes que se encontraban en el desierto entre Túnez y Libia, «porque los habían dejado allí para que murieran».
Sobre por qué no mencionó la guerra de Ucrania durante el rezo en la capilla de las apariciones de Fátima, el Pontífice ha asegurado que rezó «por la paz» pero «sin hacer publicidad».
La terrible peste de los abusos
Respecto a los abusos, el papa ha señalado que, durante su visita a Lisboa, recibió en privado a un grupo de víctimas y hablaron «de esta terrible peste».
En la Iglesia, según ha reconocido, «se siguió más o menos el mismo comportamiento que se sigue actualmente en las familias y en los barrios: uno se tapa», pero ha añadido que en la Iglesia han tomado conciencia, sobre todo «desde el escándalo de Boston», aunque aún tienen que «madurar».
«Todavía tenemos que madurar y ayudar a descubrir estas cosas. Desde el escándalo de Boston, la Iglesia ha tomado conciencia de que no era posible ir por caminos aleatorios, sino que había que coger el toro por los cuernos», ha subrayado, insistiendo en la «tolerancia cero» contra los abusos y en la asunción de «responsabilidades» por parte de los pastores.
En concreto, acerca del caso de Portugal, ha asegurado que el proceso «va bien, con serenidad» y ha precisado que «los números a veces acaban siendo exagerados, en parte por los comentarios» que se hacen.
En esta línea, el papa también ha aprovechado para alertar del abuso sexual infantil al que se puede acceder desde cualquier teléfono. «Esto entra a nuestras casas y se filma en vivo el abuso sexual infantil. ¿Dónde está filmando? ¿Quiénes son los responsables? Esta es una de las plagas más graves», ha abundado, al tiempo que ha alertado asimismo de otros tipos de abusos como el trabajo infantil o la ablación del clítoris a las niñas, que ha tachado de «crueldad».
Sobre el hecho de que haya improvisado en la mayor parte de sus discursos, Francisco ha aclarado que en el Centro Parroquial de Serafina interrumpió el discurso porque la luz le impedía leer; y en cuanto a los encuentros posteriores, ha explicado que es porque no quiere «homilías académicas» sino que busca «la comunicación», con algunas «bromas» y «preguntas», sobre todo con los jóvenes porque «no tienen mucha capacidad de atención».
Todos, también los homosexuales
Por otro lado, preguntado por si no es una incongruencia decir que la Iglesia está abierta a todos, cuando por ejemplo los homosexuales no pueden recibir todos los sacramentos, el Papa ha aclarado que «la Iglesia está abierta a todos» pero «luego hay leyes que regulan la vida dentro de la Iglesia».
«El que está dentro está según la legislación... Lo que dices es una simplificación de decir: 'No puede realizar los sacramentos'. Esto no significa que la Iglesia esté cerrada. Cada uno encuentra a Dios a su manera dentro de la Iglesia», ha precisado.
En cualquier caso, ha puntualizado que las personas homosexuales también están dentro de ese «todos». «Para esto hacer una pregunta: ¿por qué los homosexuales no? ¡Todos! Y el Señor es claro: enfermos, sanos, viejos y jóvenes, feos y hermosos, buenos y malos. Hay como una mirada que no entiende esta inserción de la Iglesia como madre y la piensa como una especie de compañía que para entrar hay que hacer esto, hacerlo de esta manera y no de otra», ha explicado.
Igualmente, el pontífice ha mostrado su preocupación por el suicidio juvenil. «No digo que sea cosa de todos los días, pero es un problema. Es un problema actual. Es una cosa que pasa», ha avisado. También ha reconocido que «los jóvenes no siempre llevan una vida moral» pero ha preguntado: «¿Quién de nosotros no ha cometido un error moral en su vida? ¡Todos!».