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Ferrel y Hadley, las células de aire que determinan el tiempo en Galicia

SOCIEDAD

MeteoGalicia

Esta semana varias borrascas visitarán la comunidad gallega dejando lluvia todos los días

23 oct 2023 . Actualizado a las 09:13 h.

Esta semana de otoño y de borrascas es perfecta para explicar que hay muchas zonas de la Tierra donde no existen ni esta estación ni el fenómeno meteorológico. La caída de la hoja y los colores que adquiere la vegetación en esta época del año es una manifestación de la naturaleza propia de las latitudes medias. 

Además, si se tiene en cuenta que en el hemisferio austral hay más superficie oceánica que terrestre, el otoño, tal y como lo entendemos, es una estación desde el punto de vista meteorológico que experimentan las personas que habitan entre los 30 y 60 grados norte. Claro que no es casualidad que ahí viva el 80 % de la población mundial, los habitantes de casi toda Europa, Estados Unidos, la mitad de Rusia, y la gran parte de China. Es la conocida como célula de Ferrel.

La madre naturaleza es una poderosa fuerza que trata de compensar el desequilibrio de temperatura que hay entre el cálido ecuador y los gélidos polos mediante corrientes de aire. Un proceso global que comienza en la latitud cero, donde el aire caliente, que pesa menos que el gélido, asciende. Cuando alcanza una determinada altura se mueve hacia el hemisferio boreal y austral. Durante su viaje por las capas altas de la atmósfera, el aire se enfría lo suficiente como para ganar peso y caer otra vez hacia el suelo. Los vientos alisios cierran en superficie la conocida como célula de Hadley, en honor el astrónomo inglés. 

En las regiones polares ocurre un proceso similar. Debido a la escasa radiación solar, al aire frío y pesado se desplaza desde el extremo norte hacia el sur pegado a la superficie. Durante el descenso poco a poco va ganado temperatura hasta que acaba subiendo y cerrando la célula polar, que hay entre los 60 y los 90 grados.

Y entre los 30 y 60 grados latitud norte se encuentra la célula de Ferrel. Existe para ayudar a enlazar la célula polar y la de Hadley. Actúa como una rueda girando entre dos. La rueda intermedia avanza por el movimiento de las otras. 

Las dos células mencionadas determinan el tiempo en Galicia. Por ejemplo, el aire que cae en la de Hadley forma los anticiclones semipermanentes como el de las Azores que estos días está desaparecido. Por otra parte, el hecho de que Galicia esté dentro de la célula de Ferrel explica por qué siempre hay que atender al Atlántico para pronosticar las condiciones meteorológicas ya que la circulación general de la atmósfera se mueve de oeste a este. A 30 grados el aire que cae hacia el sur gira hacia la derecha por efecto Coriolis y toma una componente este, dando lugar a los vientos alisios, pero el aire que se dirige hacia el norte y que se desplaza a la derecha toma una componente oeste.

Volviendo a la cuestión de las estaciones, en el planeta hay diferentes zonas climáticas, pero solo en una de ellas existe el concepto de las cuatro estaciones. Probablemente el compositor italiano Antonio Vivaldi nunca habría escrito su obra musical más famosa si hubiera nacido en los trópicos.  En la mayoría de las regiones ecuatoriales y tropicales solo existen dos estaciones: una húmeda y otra seca.

Por otro lado, si nos vamos a los extremos del mundo no solo descubriremos que no existe la caída de la hoja, sino que incluso echaremos en falta la presencia de vegetación. El los polos solo existen dos épocas bien distintas, pero en esta caso no tienen que ver con la lluvia. Hay seis meses de luz solar y otros tantos de oscuridad.

En las latitudes tropicales y ecuatoriales tampoco existen las borrascas. La rotación terrestre de oeste a este que produce el llamado efecto Coriolis genera que en el hemisferio boreal el aire gire a favor de las aguas del reloj en el caso de las altas presiones y en el sentido antihorario con las bajas presiones. Sin embargo, este efecto resulta nulo en la latitud cero.

En los trópicos existen los ciclones y huracanes, pero su naturaleza es diferente. Por ejemplo, no tienen frentes, esas estructuras largas y estrechas típicas de las borrascas donde reside buena parte de la precipitación. Por ello siempre nos referimos a las borrascas como ciclones extratropiales. Esta semana esperamos tres.