Los obispos exigen una «revisión imparcial» de la encuesta del Defensor sobre los abusos en la Iglesia
SOCIEDAD
Insisten en que los datos han sido extrapolados de manera intencionada y errónea
20 nov 2023 . Actualizado a las 14:11 h.El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, niega la «veracidad y fiabilidad» de los resultados de la encuesta del Defensor del Pueblo sobre abusos sexuales en la Iglesia y exige una revisión «exhaustiva e imparcial» de los datos para corregir «cualquier sesgo que pueda haber sido extrapolado de manera maliciosa».
En el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Omella ha reconocido que el informe del Defensor del Pueblo «ha llenado de tristeza» a los obispos, pero también de «dolor y malestar» ante la difamación pública causada por «una intencionada y errónea extrapolación» de la encuesta que señala que el 1,13 % de los españoles ha sufrido abusos en el ámbito religioso y un 0,6 % por parte de un sacerdote o religioso.
«Dicha situación es inaceptable y exige una revisión exhaustiva e imparcial de los datos, para corregir cualquier sesgo que pueda haber sido extrapolado de manera maliciosa. Hemos revisado la información sobre la referida encuesta que aporta el Defensor del Pueblo en su informe y, francamente, nos resulta imposible confiar en la veracidad y fiabilidad de tales resultados», ha subrayado Omella. «Dicha infundada e intencionada extrapolación condujo a algunos medios de comunicación a la exorbitante afirmación de que en España hay casi medio millón de abusados por ministros ordenados y consagrados de la Iglesia; cuando lo único cierto y contrastado es que el Defensor del Pueblo ha recogido 373 testimonios que se refieren a 487 víctimas», ha señalado.
Argumentan los obispos que no se puede extrapolar una cifra del 0,6 % cuando el margen de error de la encuesta es del 1,1 %. Y lamentan que esto haya generado una «imagen perjudicial» de la Iglesia, por lo que exigen «una revisión exhaustiva e imparcial de los datos, para corregir cualquier sesgo que pueda haber sido extrapolado de manera maliciosa».
Omella ha asegurado que «de ninguna manera» pretenden buscar excusas o justificaciones para eludir cualquier responsabilidad como institución, y ha expresado «la vergüenza y la pesadumbre» causadas por los abusos, al tiempo que ha pedido perdón a todas las personas que han sufrido debido a estas «execrables acciones». «No hay palabras suficientes para expresar cuánto lamentamos su dolor, así como la traición cometida por parte de algunos miembros de nuestras comunidades», ha dicho.
Ha recordado que la Iglesia está revisando sus protocolos y colabora «estrechamente» con las autoridades civiles para garantizar que los responsables de estos actos sean llevados ante la justicia y ha animado a quienes haya sufrido abusos a que se acerquen a los organismos correspondientes en cada diócesis. En este sentido, ha explicado que la Iglesia cuenta con numerosos servicios de atención a las víctimas y con protocolos adoptados con tal fin y ha señalado que, en el caso de que se vuelva a producir algún caso, están preparados para reaccionar con «rapidez y eficacia». No obstante, Omella insiste en que este es un drama que afecta a uno de cada cinco niños en Europa y la mayoría de los abusadores son familiares o personas cercanas a la víctima.