Saturación de satélites en el espacio: ¿impedirán ver las estrellas?, ¿existe el riesgo de colisión?
SOCIEDAD
La constelación Starlink de Elon Musk ahorra el coste de llevar internet a sitios remotos, pero inquieta a los astrónomos, sobre todo porque hay nuevos proyectos que vienen detrás
23 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Llegará un momento, dentro de no demasiado, en el que los satélites serán más visibles que las estrellas. La advertencia parte de la Unión Astronómica Internacional, preocupada por el masivo lanzamiento de ingenios de telecomunicaciones en la órbita baja de la Tierra. El máximo exponente de esta potencial amenaza es la constelación de satélites Starlink, impulsada por el millonario Elon Musk, que pretende así llevar internet de calidad a todos los rincones del planeta, incluidos los más remotos. Hasta el momento ha puesto en órbita algo más de 4.000 —los últimos de la serie se han visto estos días en el cielo gallego— de un total de 12.000 previstos, ampliables a 42.000. Pero detrás hay otras compañías como Amazon (3.263), Boeing (3.000), Samsumg (6.400) o OneWebb (4.000) que se preparan para iniciar la carrera, sin contar con países como Rusia que quieren una constelación propia.
«El problema solo está empezando, porque por intereses estratégicos cada país también va a querer tener el suyo», alerta el astrofísico Borja Tosar. El cielo oscuro y silencioso podría ser historia.
Pero, ¿cuál es el riesgo de esta saturación orbital? El despliegue masivo de satélites dificulta e incluso imposibilita la ciencia astronómica desde la Tierra; provoca una enorme cantidad de residuos en el espacio, provocar incluso una reacción en cadena de choques entre ellos y genera una enorme contaminación lumínica, que entorpece la visión del firmamento en las noches oscuras.
«Supone —añade Tosar— una pérdida de patrimonio valiosísimo como es el cielo oscuro».
La cuestión es: ¿hace falta realmente una red tan densa de satélites en el espacio cuando podría desplegarse Internet con una terrestre? La respuesta depende de a quien se le pregunte. «No, no es necesario», apunta en un primer momento Fernando Pérez González, catedrático de la Teoría de la Señal y Comunicaciones de la Universidade de Vigo, para introducir luego el matiz: «La infraestructura que requiere una red terrestre es mucho más cara, algo que en África puede ser prohibitivo. A corto plazo la red de satélites es una muy buena solución donde no existen infraestructuras. Además, el acceso a internet es instantáneo».
Surge entonces otra pregunta: ¿Por qué se requieren tantos satélites? «Tiene que ver con la calidad del servicio. Cada uno cubre una porción pequeña y se necesitan muchos para garantizar la cobertura. Cuantos más tengas y más densa sea la malla tendremos una mayor calidad y velocidad en las comunicaciones», responde Carlos Mosquera, también catedrático de Teoría de la Señal de las Comunicaciones y ex director de atlanTTtic de la Universidade de Vigo. «Proporcionan —agrega— velocidades muy elevadas en todas las ubicaciones posibles y, al situarse en órbita baja, su retardo es muy bajo».
La reflexión de Borja Tosar es otra. «Hay que situar los pros y contras en la balanza, algo que no se ha hecho. Esto no va a servir para que los niños de África tengan Internet y puedan aprender Matemáticas, porque el servicio también tendrán que pagarlo, sino para que Estados Unidos tenga el control del uso de internet». En España, la cuota de Starlink es de 40 euros al mes sin límite de datos, el router y la antena aparte.
José Antonio Sobrino, responsable de la Agencia Espacial Europea de Misiones Espaciales de Observación de la Tierra con satélites y director del Laboratorio de Procesado de Imágenes de la Universidad de Valencia, incide en otro aspecto para evitar riesgos futuros: la necesidad de regular el espacio. «Es algo fundamental —advierte—, pero no es fácil, porque en principio es de todo el mundo. Pero habrá que hacerlo porque si no el espacio se va a convertir en algo inmanejable». Y alerta de otro problema derivado de la saturación orbital, la interferencia de las señales entre los aparatos de comunicaciones y otros dedicados, por ejemplo, a la observación de la Tierra. Carlos Mosquera es consciente de esta situación, pero cree que con una mayor investigación podrá ofrecerse una solución.
Existe otro riesgo no menor. Una tupida red de satélites dificulta la observación y seguimiento de Neos, asteroides y cometas peligrosos, con el potencial de impactar con la Tierra. «El problema se multiplicará mucho más ahora, con estas iniciativas de satélites en línea. Cuando tomamos secuencias de galaxias para realizar la medida astronómica de asteroides nos encontramos con el inconveniente añadido de estos trozos que entorpecen las labores de medida, si no la impiden», explica Josep María Trigo-Durán, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Espacio de Cataluña.
«La saturación genera un riesgo para la humanidad— señala Borja Tosar—, porque hará muy complicado el seguimiento y control de que un asteroide pueda impactar contra la Tierra». Mosquera cree que esta situación supone un contratiempo, pero opina que es superable. «Cada vez hay más empresas que se dedican a monitorizar todo lo que está en órbita. Yo, en este sentido, estaría tranquilo», dice.
Las observaciones radioastronómicas se verán «muy comprometidas»
«Fue espectacular ver pasar la red de satélites Starlink, los últimos lanzados por Elon Musk, porque lo hizo justo por encima de nosotros. Se observaban a simple vista, aunque no siempre van a pasar con el brillo de estos días», explica José Ángel Docobo, director del Observatorio Astronómico Ramón María Aller, de la Universidade de Santiago.
Hecha esta salvedad, Docobo apunta a que la saturación de satélites en la órbita baja de la Tierra sí inquieta a la Unión Astronómica Mundial, como se puso en evidencia en la reunión que la institución celebró el mes pasado en la isla de La Palma. «Ello ya nos da una idea de la preocupación existente sobre esta nueva amenaza para el cielo. Ya no es suficiente la contaminación lumínica, sino ahora esto también», señala el experto. En la reunión, algunos astrónomos proponían denunciar la situación ante la UE y otros negociar directamente con las empresas.
El impacto que los satélites tienen para las observaciones terrestres es diferente según estas sean en el óptico o en radio. «En el primer caso afectarían únicamente en los crepúsculos, que es cuando los paneles solares de los satélites hacen que estos sean visibles», apunta Docobo. Pero si los aparatos emiten radiación en el rango de la longitud de onda de radio, entonces «las observaciones de radioastronomía se verían seriamente comprometidas, porque afectarían durante toda la noche».
En lo que se refiere a las observaciones de la banda visible, los telescopios con un campo grande serían los más afectados, aunque, según Docobo, «ya se han diseñado algoritmos que permiten borrar la traza del satélite de las imágenes grabadas».
Aplicaciones para saber cuándo ver la constelación Starlink en mi ciudad
FINDSTARLINK.COM. Para saber cuando pasa por su ciudad puede escribir el nombre de la misma. Si no aparece puede elegir la más cercana.
SATELITE TRACKER. Aplicación diseñada para localizar e identificar satélites.
STARLINK AR TRACKER. La aplicación funciona en tiempo real, da igual que sea por la noche o por el día. Es de pago.