Cómo medir el valor intangible y espiritual que aportan los bosques

Raúl Romar García
R. Romar LA VOZ

SOCIEDAD

La plenitud es una de las sensaciones que ofrecen los bosques que se encuentran los peregrinos que recorren el Camino de Santiago
La plenitud es una de las sensaciones que ofrecen los bosques que se encuentran los peregrinos que recorren el Camino de Santiago CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH | EFE

Ingenieros forestales de Pontevedra impulsan una metodología para incluir estos indicadores en la certificación forestal

06 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Paz, tranquilidad, sosiego, recreo, liberación, plenitud, el sonido de los pájaros, los olores, la calidad del aire... Son emociones que uno puede experimentar al dar un paseo por un bosque. Son sentimientos relacionados con el bienestar físico y psicológico a los que hay que unir otros valores que van más allá de lo puramente paisajístico: tradicionales, culturales, espirituales, estéticos... Son, en definitiva, indicadores que hasta ahora no se han medido y que van más allá del papel esencial de las masas arbóreas como mitigadoras del cambio climático, de preservación de la biodiversidad y de producción de madera. Son bienes intangibles, pero reales que ahora el grupo de investigación AF-4 de la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra pretende medir con el objeto de poder certificar estos valores inmateriales y espirituales ligados a los bosques.

«Pueden ser bienes intangibles, pero existen, son reales y apreciables que hay que tener en cuenta», explica Enrique Valero, responsable del equipo que ha empezado a trabajar en el desarrollo de una metodología que permita poner en valor estos valores inmateriales que aportan los bosques.

«Habrá que seleccionar —añade— unos indicadores que sean reconocibles por todos y establecer una serie de valores que nos permitan medirlos». El objetivo es que todo este trabajo se traduzca en un nuevo sistema de certificación forestal de los «bienes inmateriales e intangibles de los bosques, pero sí apreciables, como el bienestar, la salud, la espiritualidad, el valor experiencial, la calidad estética u otros relacionados con la experiencia perceptiva y emocional», advierte Valero. En Italia, de hecho, ya se han tenido en cuenta los beneficios que estos ecosistemas aportan a la salud, pero se trata de integrar también otros valores. «La idea —sostiene el investigador— es internacionalizar la certificación, porque ya tenemos a muchos organismos interesados en nuestro trabajo».

La metodología de certificación que el grupo AF-4 pretende contribuir a una gestión forestal respetuosa con los valores culturales y espirituales identificados en las masas forestales. ¿Y cuál podría ser un ejemplo de un espacio merecedor de una futura certificación? «Hay muchos ejemplos, como las fragas do Eume o los Ancares, pero uno bueno es el Camino de Santiago, atravesado por muchas masas forestales, pero que también suponen una experiencia emotiva para los peregrinos que lo recorren», apunta Enrique Valero