Kelsey Grammer: «''Frasier'' nunca se ha dado por vencido, cree que hay una razón para estar aquí»
SOCIEDAD
El actor encarna de nuevo al popular psiquiatra en su regreso a Boston con una nueva temporada de su comedia
26 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Casi veinte años ha tardado Kelsey Grammer en volver a encarnar a Frasier, el psiquiatra más esnob y pomposo de la televisión, un papel por el que ganó dos globos de oro y cuatro Emmy. A lo largo de sus 262 capítulos, Frasier (1993-2004) desveló el día a día de un médico en Seattle que por la noche atendía las llamadas de los oyentes de la radio y por el día convivía con su padre, un policía jubilado, y su enfermera, Daphne, al tiempo que debía bregar con la enfermiza personalidad de Niles, su hermano. En el reinicio que lleva el mismo título, ya disponible en SkyShowtime y con un casting completamente renovado, Frasier regresa a Boston y acepta una plaza como profesor en Harvard para recuperar la relación con su hijo, cerrando de alguna manera el círculo. Puntualísimo —no es habitual— y con una amplia sonrisa, Grammer estuvo en Madrid para presentar una ficción que aspira a repetir el éxito de la original.
—¿Cuándo y por qué razón pensó en volver a «Frasier»?
—Hace seis años. El regreso de Roseanne había tenido algo de éxito y una gran reacción por parte del público y pensé, bueno, quizá tengamos algo más que contar sobre Frasier. Y eso siempre significó hacer un tercer acto [el personaje de Frasier salió de Cheers], no revisar demasiado material y llevar al personaje a un entorno distinto y en diferentes circunstancias.
—Creo que inicialmente iba a regresar todo el reparto original.
—Al principio queríamos al mismo elenco de vuelta, pero todos ellos en distintas circunstancias. Aquello no funcionó, así que decidimos que llevar a Frasier de nuevo a Boston y lo que siempre fue más importante para nosotros era que él descubría una relación con su hijo de la misma manera que había descubierto una relación con su padre en la serie anterior.
—En el nuevo reparto está su buen amigo Nicholas Lindhurst.
—Sí, Nicholas y yo trabajamos juntos hace unos cuatro años, cuando hicimos Man of La Mancha en Londres y, simplemente, nos enamoramos. Nuestras esposas son amigas y probablemente se hayan convertido en la mejor pareja de amigos que tenemos y siempre fue una alegría. Así que hace años, cuando estábamos elaborando por primera vez la idea del nuevo Frasier, miré a Nick en su cocina en Londres y le dije: «Nos gustaría que fueras parte de esto». Me dijo: «Será un honor para mí». Y es una gran parte de ello, porque sí, está Jack Cutmore-Scott, que hace de mi hijo Freddy, y la relación entre ambos lleva el peso de las tramas, pero Frasier nunca antes había tenido un amigo, solo tenía a su hermano. Y estaba genial explorar la idea de que tenía un viejo amigo, Alan Cornwall, con historia, con el que podía jugar y, probablemente, lograr unas dinámicas similares a las que teníamos con Niles.
—¿Por qué cree que la serie original ha perdurado en el tiempo?
—Bueno, él es divertido. Ese es un valor universal que todavía tiene su importancia, supongo. Pero más allá de eso, como personaje, nunca se ha dado por vencido, todavía cree que hay una razón para estar aquí y esa es una parte importante de la serie. Está haciendo todo lo posible para convertirse en el mejor Frasier que puede ser, para servir a la gente y resolver su vida.
—Después de veinte años, ¿fue difícil volver a encarnarlo?
—Fue fácil. Este personaje es una suerte de joya, así que es casi automático. Simplemente, tienes que volver a ponértela.
—Muchos espectadores reverencian, y con razón, la serie original. ¿No les dio miedo tocar algo sagrado?
—De hecho, quería... A ver, era consciente de eso y algunas personas sentían lo mismo. Volviendo a Frasier quería demostrarles que estaban equivocados, que todavía podemos ser divertidos y diferentes... En realidad, estoy muy feliz de cómo la hemos acabado.
—El homenaje en el primer episodio a John Mahoney, que hacía de su padre Martin Crane en la ficción original, es muy emotivo.
—Sí (se emociona). John fue una parte muy importante de Frasier y de mi vida también. No conocí a mi padre muy bien, así que tuve la oportunidad de establecer una relación con John que era como la de un padre y un hijo, incluso a pesar de que éramos amigos. Honestamente, John no era lo suficientemente mayor para ser mi padre, quiero decir, lo hizo muy bien, pero creo nos llevábamos quince años de edad... Habría sido un padre bastante joven. Pero tuvimos la oportunidad de interpretar esa dinámica y aprendí lo que era tener un padre a través de él. Por eso, el primer episodio de la nueva serie tenía que ser siempre para rendirle un homenaje.
—Esa dinámica padre-hijo ahora se establece con su hijo. ¿Por qué la brecha generacional sigue siendo tan divertida?
—Porque es poner un espejo frente a la vida. Miro a mis hijos ahora, que los tengo en edades entre los 7 y los 40 años, y seguimos en desacuerdo en ciertas cosas. Nuestra percepción sobre ciertos eventos son diferentes. Probablemente, soy muy distinto a mi hija de 40 años, lo que es fascinante, pero todavía estamos muy conectados. Con mi hijo de siete años... somos como un par de críos, así que es un mundo divertido.
«Creo que hay un apetito renovado por la ‘‘sitcom''»
Kelsey Grammer cree que las sitcom viven un resurgimiento. «No quiero gafarlas alabándolas pero creo que podrían estar resurgiendo y, honestamente, todo lo que se necesita para que una sitcom tenga éxito es que la gente las vea tres, cuatro, tal vez cinco veces y se enamore de los personajes. Una vez que eso suceda, la verán para siempre».
—«Frasier» siempre se ha movido en coordenadas de humor inteligente y blanco. ¿Hay hueco para eso en la actualidad?
—Creo que en términos de industria y entretenimiento, en general, estamos fingiendo que nos divertimos con cosas que no son divertidas. Se ha vuelto muy personal lo que hoy se considera humor. Creo que hay un apetito renovado por una sitcom que todo el mundo pueda ver, disfrutar y decir: «Oh, eso es divertido. No tenía por qué ser grosero, ni sucio». Hay un grupo de personas que se aman ante la cámara y cuentan las dificultades que tienen en el día a día y todos podemos identificarnos. Eso es lo que espero que estemos haciendo.
—En esta primera temporada han reaparecido Lilith y Roz. ¿Veremos en la siguiente a Daphne o Niles?
—Podría ser. Ya sabes que la personalidad de Niles está, de alguna manera en David Crane, el sobrino de Frasier e hijo de Daphne y Niles, al que da vida Anders Keith en la serie. Pero sí, es posible. Aún no lo sabemos, pero con suerte habrá segunda, tercera y cuarta temporadas y los veremos.
—A lo largo de la «Frasier» original dirigió 36 episodios y en esta nueva entrega cuatro de diez. ¿Qué le gusta de dirigir?
—No dirigí durante mucho tiempo, pero siempre quise hacerlo. Quería asegurarme de que estaba listo y de que no retrasaría nada. No me gusta que se suban al barco personas que no están cualificadas para hacer el trabajo y eso ha estado sucediendo, no sé por qué. Sin embargo, yo no iba a ser una de esas personas. Quería mostrarme dirigiendo y hacerlo más rápido, mejor y más eficiente, así que lo estudié durante nueve años con James Burrows y durante otros cuatro años durante Frasier. También aprendí un poco de David Lee. Y lo cierto es que una vez comencé, me encanta. De hecho, casi prefiero actuar en una serie que dirija al mismo tiempo porque puedo verlo todo. Aunque me ha llevado mucho tiempo alcanzar este lugar.